LA JORNADA DE LIGA

Guardiola se muestra comprensivo con el retraso de Messi, pero no revela si habrá multa

Guardiola conversa con Messi tras el entrenamiento de ayer.

Guardiola conversa con Messi tras el entrenamiento de ayer.

MARCOS LÓPEZ
BARCELONA

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Apenas quedaba un cuarto de hora para terminar el entrenamiento vespertino del Barcelona, el último antes de jugar hoy contra el Mallorca, cuando apareció la figura de Leo Messi por el Miniestadi. Llegaba tarde. Era el último en unirse al grupo después de un día marcado por problemas en los vuelos que le impidieron cumplir con lo pactado con Pep Guardiola, el técnico. Alves sí llegó a tiempo; Leo, no. "A la una estaba en Madrid y no ha podido salir. Como muchos pasajeros, se ha quedado colgado", le disculpó el técnico azulgrana ayer en una larga, sentida y apasionada defensa de la estrella.

"No ha podido salir antes. Ha llegado tarde, contento y sano, no hay nada más que decir. Incluso un poco más delgadito", explicó Guardiola, quien tuvo que gestionar otro asunto extradeportivo. Mientras Etoo, Keita y Martín Cáceres sorprendían al técnico, como él mismo reconoció, al acortarse las vacaciones, Messi las apuró al máximo. Tanto, que una huelga encubierta de controladores aéreos en el aeropuerto de Barajas le dejó ayer atrapado en Madrid. Sin capacidad para estar a la hora pactada en el Camp Nou (17.30 horas, 60 minutos antes del inicio del entrenamiento), transformándose el retraso del argentino en un asunto de portada. Apareció a las 19.40 por el Mini, demasiado tarde.

"PUEDE JUGAR"

Esa tardanza navideña de Messi alteró la armonía del Barça. El día estuvo lleno de contradicciones porque debía aterrizar a las ocho de la mañana y tomó tierra en el aeropuerto de El Prat sobre las siete de la tarde. Y eso que, a pesar de que disponía de un permiso extra, la estrella entrenó una hora y cuarto al Miniestadi. Pero no modificó, curiosamente, los planes que tenía Guardiola. "Puede jugar, puede jugar. Ha llegado bien", dijo de manera inesperada sin querer descartar a la estrella de cara al duelo con el Mallorca. Ni a él, ni a Alves ni, por supuesto, a Etoo, jugadores que puede usar esta noche, aunque inicialmente pretendía darles descanso pensando en la Copa del Rey (el martes en el Calderón con el Atlético).

LA VISITA DE MARADONA

En esa protección de Messi, Guardiola quiso acordarse de dos asuntos. El primero es la visita de Diego Armando Maradona, el nuevo seleccionador argentino. Vuelve hoy al Camp Nou 25 años después de que lo hiciera como jugador. "Le pregunté a Leo si estaba decepcionado por no haber jugado en Escocia y me dijo que sí", recordó el técnico, quien abrió la puerta para que Messi pueda estar el 11 de febrero en el amistoso de Marsella contra Francia. "Lo importante es proteger al jugador. Si fuera un viaje largo, me preocuparía, pero esto no". Hoy, para evitar más problemas, Maradona podría charlar con Guardiola sobre ese encuentro.

El otro asunto, y el más importante para el técnico azulgrana, se remontaba al incidente que tuvo con Messi tras el choque con el Valencia. Justo en la semana previa a la visita del Madrid al Camp Nou. "No es verdad que se negara a entrenar tras el Valencia", dijo en tono enfadado. "Habíamos adelantado una hora el entrenamiento, él no lo sabía. Ya se había ido", recordó. Messi se había marchado enfadado porque el técnico lo había sustituido en los minutos finales del choque. Ganaba el Barça 4-0, el Camp Nou se entregaba a Leo con una ovación que ponía la piel de gallina. Pero él se fue enfadado. "Llamamos a Leo y vino a entrenar. Llegó tarde porque adelantamos una hora la sesión", insistió el técnico.

SIN SIGNOS DE ENDIOSAMIENTO

Tan contundente resultó la defensa de Guardiola sobre Messi que no le reprochó nada. "Me parece perfecto que haya apurado muchísimo. Es un problema de los controladores, no de él. Su familia es vital, es un chico joven, de 21 años, no pasa nada", comentó sin querer luego especificar si habrá sanción económica a la estrella por ese retraso. "¿El tema multa? Es cosa nuestra, es cosa nuestra", sentenció antes de advertir que no apreciaba ningún signo de endiosamiento en la actitud de Messi.

"Lleva mucho peso, es uno de los mejores del mundo. No es algo fácil de llevar, pero él lo asume muy bien. Es un chico tranquilo, familiar, se entrena bien y compite bien. ¿Si está endiosado? No he visto ningún motivo", aclaró Guardiola, empeñado en que Messi saliera indemne de este retraso navideño, que agitó el oasis del Barça.