CONCIERTO

(Sandy) Alex G, siempre a su manera

El cantautor indie rock llega a Barcelona con el repertorio de 'House of sugar', el disco más inspirado de una larga carrera

zentauroepp52280582 onbarcelona  freire  escuchar200213215357

zentauroepp52280582 onbarcelona freire escuchar200213215357 / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando le conocimos, a principios de la década pasada, Alex G sonaba como un joven sobrino lo-fi y psicodélico de Elliott Smith: la misma tristeza, la misma dulzura; quizá algo más de extrañeza a la hora de estructurar y adornar las canciones. Poco a poco, y mientras se rebautizaba como (Sandy) Alex G por motivos misteriosos, nuestro héroe se ha ido despegando de su influencia más evidente y tomando vuelo desde instrumentaciones y géneros diversos: en 'Rocket' (2017), su segundo disco para el sello Domino, sonaba folk, pero también alt-country, hardcore punk e industrial.

Su intuición melódica y sus ganas de experimentar, sea como sea, nunca se han llevado tan bien como en su último álbum, el ambicioso 'House of sugar', que resulta difícil de explicar usando etiquetas. Es indie rock con voces filtradas al estilo de los electrónicos The Knife; también hip hop con guitarras distorsionadas. Pero no, no es solo (todo) eso.

¿Sirven para algo las etiquetas en el 2020, cuando casi cada joven artista no se adscribe a una sola, cuando lo que más se lleva es ser posgénero? "Yo creo que las etiquetas aún sirven", nos dice Giannascoli (ese es su apellido completo) vía telefónica. "Cuando estás tratando de explicar a alguien cómo suena algo, aún resultan útiles, acabas recurriendo a ellas. Pero es cierto que ahora es difícil categorizar a muchos artistas en un solo género". Deberíamos, quizás, dejar de explicar la música como si fuera una receta de cocina: 100 gramos de esto, 20 gramos de aquello, etcétera. Ir más allá de eso. "¡Me parece bien!", indica Giannascoli.

Por otro lado, tampoco es que le disguste leer las reseñas que se hacen de sus discos. Bueno, a veces sí, aunque en general haya sido bien tratado: "Acabo leyendo las críticas, al menos las de medios grandes, como 'Pitchfork'. Y no siempre disfruto haciéndolo. De hecho, llego a preguntarme por qué lo hago. Sobre todo, me molesta que muchos críticos crean saber mejor que yo mismo sobre qué trata una canción. Si yo evito las verdades únicas, si evito explicar mis canciones en entrevistas, ¿por qué ellos se creen con el poder de hacerlo?". El arte no es necesariamente un jeroglífico con una única respuesta; un enigma a resolver. "Eso mismo creo".

La intuición como guía

A veces, ni siquiera Giannascoli sabe de qué van sus canciones. Casi podríamos decir que tropieza con ellas en lugar de buscarlas, de diseñarlas: "Mi proceso es realmente intuitivo -explica-. Me pongo ahí con la guitarra y el teclado y, bueno, nada, espero a que algo tenga vida. Después le doy algo de forma. Pero nunca digo de antemano: 'Hoy voy a hacer esta clase de canción, sobre este tema, etcétera'. Tampoco pienso mucho en cómo será un álbum. Simplemente, voy haciendo tema a tema".

Entonces, ¿nunca pensó 'este nuevo disco va a ser el más conectado con el hip hop que he hecho'? "No, no realmente, pero es cierto es que el modo en que ciertas canciones están producidas y condimentadas puede recordar al hip hop. La mitad de cada canción es ordenador puro y duro; esas partes no se pueden volver a tocar ni reproducir de forma natural en el directo. Llevo trabajando así un tiempo, en realidad. En 'House of sugar', la única novedad es que un amigo me prestó un micrófono que suena realmente bien".

Las ventajas de un señor sello

Desde hace tres discos, (Sandy) Alex G forma parte del 'roster' del (gran) sello independiente Domino, hogar discográfico de, entre muchos otros, Animal CollectiveArctic MonkeysFranz Ferdinand o Hot Chip. Pero eso no ha supuesto un cambio en su forma de funcionar: "Sigo grabando los discos igual que siempre. Cambian la mezcla y la masterización, que son profesionales. Es increíble lo que puede cambiar un tema cuando se mezcla en condiciones".

¿Entonces no se compró nada de nuevo equipo con la pasta de Domino? "Sigo con el mismo ordenador de hace diez años [un iMac]. Bueno, no es el mismo, mismo, porque el que tenía se rompió, pero me compré otro igual. Sigo grabando mis pistas en 'GarageBand' [el 'software' musical gratuito de los ordenadores de Apple]. Y sigo usando la misma guitarra eléctrica; a veces conectada al ordenador, a veces a un amplificador".

Ha visto estudios mejores, pero no siente envidia. Aunque acompañó al prestigioso artista R&B Frank Ocean en la grabación de 'Blond' (guitarras y arreglos de 'Self control' y 'White Ferrari'), sigue pensando en su estudio doméstico como el mejor lugar del mundo. "No voy a negar que fue guay estar allí, en un estudio tan sofisticado, rodeado de gente que sabía lo que hacía. Pero no sé si ha afectado mucho a mi creatividad; diría que no".

Ir a su aire le permitirá, además, seguir produciendo a su ritmo, que sigue siendo bastante rápido. ¿Oiremos algo nuevo suyo este año? "No he tenido mucho tiempo últimamente. Entre las entrevistas y los conciertos [como el del próximo jueves en Razz 3], apenas he podido parar un momento y hacer música. Pero estoy pensando en publicar, al menos, un par de canciones sueltas antes de ponerme en serio con una colección larga".