CONCIERTO

Carolina Durante, fenómeno sin techo

Hablamos con Diego Ibáñez, cantante del fenómeno sorpresa del pop-punk nacional, antes del concierto en Apolo del viernes, día 27

carolina-durante

carolina-durante / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El pop siempre se ha renovado y autofagocitado con celeridad. Pero en los últimos tiempos, gracias a la caja de resonancia de las redes, un artista o banda puede llegar a un punto álgido en tiempo récord. Véase el caso de los madrileños Carolina Durante: solo hace unos meses publicaron su debut homónimo, pero en el 2020 (28 de diciembre, para ser precisos) actuarán en el WiZink Center de Madrid, a donde se supone que has de llegar tras amasar seguidores durante casi una vida. Y además, no en formato reducido, sino grande: 15.000 espectadores.

Desde dentro del grupo, las cosas se observan con tanto asombro como desde fuera. Que una joven banda de guitarras con referencias más alternativas que 'mainstream' haya llegado a un público tan amplio y diverso resulta, cuanto menos, sorprendente. "Desde luego, hay grupos a nuestro alrededor con los que no está yendo tan rápido", explica el cantante y compositor Diego Ibáñez. "Ha ido todo de una forma muy extraña. Si el WiZink también va bien, sería bastante loco. Pero tampoco quiero ser optimista al respecto; es distinto actuar dos días seguidos en La Riviera [como hicieron a finales de noviembre] a hacer un WiZink".

¿Por qué Carolina Durante triunfan y otros, en cambio, no tanto? Orgulloso de lo que hacen, Ibáñez resta importancia al factor de la suerte. Él creyó en el proyecto casi desde el principio: "Cuando empezamos a funcionar, creía realmente en nosotros. Creía que éramos la hostia, aunque haya gente que pueda no estar de acuerdo". Quizá parte de su éxito es cuestión de actitud: si crees en ti mismo, si te lo crees, es más fácil que otros crean en ti. "Hay días en que soy más crítico y pesimista", admite Ibáñez. "Algunos días el grupo me gusta más; otros algo menos. Pero tienes que mantener esa actitud de 'joder, apostemos'. En ese sentido, siempre me gusta mencionar a Luis Fernández, de nuestro sello [Sonido Muchacho], que siempre lo tuvo claro con nosotros". 

Por supuesto, sus entradas para el concierto de este viernes, día 27, en Apolo llevan un tiempo agotadas. Quizá porque, además, actúa Yawners, otro grupo que reivindica la energía eléctricaYawners en tiempos de auge de las músicas urbanas.

La culpa fue de Cayetano

En la raíz del fenómeno estuvo 'Cayetano', retrato cáustico de la vida pija para corear a grito pelado. Algunos grupos se cansan de tocar sus temas más conocidos. Ellos, para evitarlo, están cambiando la letra de 'Cayetano' casi en tiempo real, en un probablemente eterno 'work in progress'. Han cambiado "no votan al PP, votan a Ciudadanos" por "ahora votan a Vox, antes a Ciudadanos". Diego ríe. "Sí, bueno, es que hay que ir actualizando. De todos modos, yo no estoy cansado de tocar ese tema. Martín [Vallhonrat; bajo] lo está quizá algo más".

Sea como sea, no deberíamos poner a Carolina Durante (nombre de una antigua compañera de colegio de Diego) la etiqueta de 'one hit wonder': en su repertorio hay más favoritas de los festivaleros, como 'Perdona (ahora sí que sí)', grabada con Amaia Romero, o 'Himno titular'. "El grupo tiene cuatro o cinco canciones que canta absolutamente todo el mundo, sobre todo en festivales. Desde arriba se nota y eso es emocionante. Por eso yo no me canso de tocarlas".

'Generación vacía'

Aunque nadie lo diría por su movilidad escénica, Ibáñez puede tender hacia la melancolía y el retraimiento. Se advierte en las letras de canciones como 'Falta sentimiento' y 'No tan jóvenes', lamentos personales desdoblados en retratos generacionales. Normalmente, llega a esa crónica de la apatía casi sin querer. "Solo pequé un poco de pretencioso cuando hablé de 'la generación vacía' en el estribillo de 'No tan jóvenes'. Por una parte, era algo que quería escribir. Por otra, me daba cierto no-sé-qué". 

Diego, sea como sea, tampoco aspira realmente a ser la voz de una generación, sino de todas las que pueda. Habla orgulloso de cómo "hay mucha gente mayor que también ha podido tener esos sentimientos en otros momentos, y que se acerca a nosotros para decirnos cómo se identifica con nuestras canciones". Su madre, por ejemplo. "Ella es superfan. Se vino a Londres a vernos tocar. Siempre que hay reunión familiar, empieza a enseñar todas las noticias que han salido sobre nosotros. Y el grupo de WhatsApp de la familia parece de un club de fans de Carolina Durante".

Hoy por hoy, lejos de la apatía, Ibáñez tiene planes para su banda. "Se puede explotar nuestro sonido conocido en un segundo disco", pero en el siguiente podría haber espacio para "una segunda guitarra y atmósferas electrónicas". Queda grupo para largo.