CONCIERTO

Tamino, entre dos aguas

El ascendente cantautor pop trae a Barcelona su mezcla de pop alternativo y aromas tradicionales árabes

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Juan Manuel Freire

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Con esa voz profunda y elástica, Tamino-Amir Moharam Fouad, más conocido como Tamino, a secas, podría cantar cualquier cosa y convencer. Pero las canciones del disco 'Amir' son cualquier cosa menos cualquier cosa: notable pop melancólico entre las modernas influencias alternativas (Jeff BuckleyRadiohead) y los aromas árabes ancestrales; guitarras eléctricas mezcladas con el laúd árabe o un tipo de flauta llamada ney; Occidente y Oriente entrelazados en suntuosa armonía.

Temas como 'Habibi', 'Persephone' o 'Indigo night' -este último, con bajo de Colin Greenwood de Radiohead- hacen crecer cada día el club de fans de Tamino, quien hace un año no lograba acallar el ruido de fondo en el Secret Vida de Vilanova, pero llega a La [2] de Apolo este viernes, día 13, con aires de casi estrella. En breve, seguramente, tendremos que quitar el "casi" para referirnos a él.

Aunque su voz suena a revelación, Tamino se considera, antes que nada, compositor, y cantante después. "Para mí la composición es lo más importante y misterioso", nos cuenta vía telefónica. "Es difícil entender cómo nace una canción. A veces, surge algo solo con rasguear un poco la guitarra. Otras veces, de una frase que tenía apuntada en una libreta. Lo que sucede entre ese primer chispazo de inspiración y el resultado final no deja de parecerme un misterio".

Y, al parecer, tampoco tiene ganas de resolverlo. A Tamino le cuesta un poco, no parece gustarle, hablar de sus propias canciones; como si analizar sus procesos en exceso fuera a acabar con esa magia que hace nacer la música. "No me gusta explicar mis canciones", señala. "Es mejor que la gente haga sus propias interpretaciones".

Que habrán de incluir, necesariamente, melancolía, tristeza y pesadumbre. Tamino nada a conciencia en ellas; ahora mismo es difícil imaginar un tema disco (ni siquiera de los tristes) saliendo de su voz y sus manos. "Todo eso siempre ha estado conmigo. Es como soy. La melancolía es uno de mis rasgos".

Entre Amberes y El Cairo

Esa tristeza es también característica de la música árabe. Aunque creció en Amberes, Tamino nunca perdió el contacto con sus raíces egipcias y libanesas. "Mi madre es belga y mi padre es egipcio. Se separaron cuando yo tenía tres años. Me quedé con mi madre en Amberes, pero ella nunca me alejó de mis otras raíces. A mi madre le gustaba toda clase de música, incluyendo la árabe, que escuchábamos en casa todo el tiempo. Me ponía también canciones de mi abuelo, Moharam Fouad, una verdadera estrella en Egipto. Todo eso se quedó dentro de mí".

Su primera epifanía musical llegó, no obstante, con el disco 'Imagine' de John Lennon: "Yo debía de tener ocho años por entonces -explica-. Fue empezar a escuchar esas canciones y sentir que algo hacía clic dentro de mí. Fue la primera vez que me propuse saber algo de un artista. Pasé de ser un oyente pasivo a interesarme activamente por la música".

Con 11 o 12 años, Tamino se reencontró con su padre, y empezó a profundizar también en la tradición musical árabe: "Me ayudó a aprender mucho sobre ella. Él también había sido músico, pero lo tuvo difícil por ser hijo de quien era. Si yo hubiera empezado a hacer carrera en Egipto, y no en Bélgica, seguramente me habría pasado igual. Me habrían visto como el nieto de Moharam Fouad".

La conexión Radiohead

En lugar de eso, se le ve, sobre todo, como un heredero de Jeff Buckley y Thom Yorke, algo que no desdeña ("soy admirador de ambos, claro"), pero también parece empezar a cansarle. Hablar de Radiohead parece inevitable: al fin y al cabo, comparte bajista con ellos. Colin Greenwood quiso conocerle tras quedar impresionado por un concierto suyo en Amberes y se fraguó una conexión instantánea. "Le pregunté si quería tocar en mi disco, un poco aventuradamente, pero por suerte aceptó. Después pasó a formar parte de mi banda de directo".

El directo es parte esencial de su proyecto artístico. O parte, mejor dicho, trascendental. Tamino quiere que cada actuación sea única y significativa, tanto para él mismo como para su público. "No traemos nada pregrabado. Es todo real. Y bastante minimalista. Creo que en un paisaje cultural como el actual, donde todo es tan prefabricado, una propuesta tan orgánica como la nuestra resulta refrescante. La gente sabe apreciarlo y lo celebra".

Sobre todo en cuanto suena 'Habibi', una canción que, dice Tamino, "ya no es de Tamino". ¿A qué se refiere? "Significa mucho para mucha gente. Según tengo entendido, ha empezado a sonar en bastantes funerales. La gente recurre a ella en momentos difíciles. Ya no es mía".

Sus músicos

COLIN GREENWOOD. El bajista de Radiohead, hermano mayor del guitarrista de los mismos, Jonny Greenwood, vio a Tamino en vivo y quiso sumarse a su aventura. Si alguien así toma una decisión así, algo de especial debe de tener nuestro entrevistado.