CONCIERTO

Marta Delmont, en busca del misterio

La cantautora country-pop lleva a Escena Barcelona el repertorio envolvente de 'Landlords'

Marta Delmont

Marta Delmont / periodico

Juan Manuel Freire

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En tiempos en los que inspirarse en culturas en principio ajenas se cataloga, peyorativamente, de apropiacionismo, la música de Marta Delmont se podría ver como una osadía. Pero lo verdaderamente atrevido sería ignorar el expresivo, lánguido country-pop de esta joven catalana, revelada en el 2016 con el disco 'Silver blaze' y confirmada el año pasado con 'Landlords', cuyo repertorio presentará el sábado, día 15, en La [2] de Apolo, en el marco de la segunda edición del minifestival Escena Barcelona. Es gratis, así que no ir sería osado, también.

Delmont recuerda haber hecho clases de piano desde que tiene uso de conciencia, "pero sin demasiada motivación". A los 12, tuvo un flechazo con la guitarra y empezó a entender y disfrutar la música. Y a hacerla: "Cuando supe tocar cuatro acordes, ya empecé a inventarme cosas que, en aquel momento, me parecía que tenían cara y ojos… A día de hoy, me moriría de vergüenza si las escuchase".

Ya desde muy joven, sentía una fascinación increíble por Bob Dylan y The Band, la clase de artistas que oía su hermano mayor (por nueve años). "También me sacudió mucho descubrir el 'cosmic country' de Gram Parsons o The Byrds. En la crisis identitaria adolescente de rigor me aferré mucho a esto, y realmente he asimilado toda esa música como parte de mí".

Las canciones propias de Delmont, ya desde 'Silver blaze', suenan a eso, a un legado inmenso bien aprehendido. ¿Legado lejano? Solo geográficamente. Encontró un alma gemela y mentora en Joana Serrat, otra artista catalana que sabe hacer música emocionalmente creíble a partir de sonidos de raíz estadounidenses. "Joana y yo conectamos desde el principio y teníamos una visión muy compacta del sonido que queríamos, todo fue muy fluido", comenta Delmont sobre 'Silver blaze'. "Trabajar con músicos tan potentes y ver por primera vez como mis canciones tomaban forma fue increíble".

Trascender la tradición

Para 'Landlords', Delmont se montó una banda propia y trató de buscar un sonido, si cabe, aún más sofisticado. Hay una capa extra de misterio, ya desde la portada. 'No prescription' es puro country-noir. 'Second parts' remite a las atmósferas envolventes de The War On Drugs. "En el primero ya había cierto coqueteo con las atmósferas, pero aquí ya echamos toda la carne en el asador y buscamos explotar todo ese abanico de sonoridades", afirma. "Cada vez me influyen más proyectos contemporáneos como The War On Drugs, My Morning Jacket, Conor Oberst… Me siento cercana a su visión de la música. Admiro que no se queden atascados en la tradición".

Ella, desde luego, no se encalla. Ahora mismo trabaja en un par de proyectos paralelos. En uno pisa más o menos sobre seguro: Riders of The Canyon, proyecto de "folk fino" con compañeros del sello Great Canyon (Joana Serrat, Roger Usart, Matthew McDaid). Pero su otra aventura es una sorpresa, ya desde un nombre como… Pantocrator. "Es la antítesis de todo lo que había hecho hasta ahora. Entre power pop, garage y punk. También es el primer grupo en el que canto en castellano".