CONCIERTO

Vampire Weekend, madurez distendida

El grupo art-pop publica el viernes por fin 'Father of the bride', su esperado primer disco en seis años

Vampire Weekend

Vampire Weekend / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Seis años sin nuevo disco de <strong>Vampire Weekend</strong> es una eternidad. Pero Ezra Koenig, líder del proyecto, parece su peor crítico, y el grupo al completo parece adorar demasiado la música como para publicar cualquier disco.

Por ahora, todos los que han publicado son idílicos: en el 2008 llegó 'Vampire Weekend', exhibición de pop cultivado e irónico, nervioso pero preciso, marcado por guitarras de pulso afro; en el 2010, 'Contra', repetición (expandida) de los aciertos de su debut, y en el 2013, el definitivo (hasta nuevo aviso) 'Modern vampires of the city', una atrevida exquisitez a todos los niveles.

Seis adelantos

Decimos hasta nuevo aviso no porque el cuarto sea peor. Quizá no lo sea, pero al cierre de esta edición todavía no habíamos podido escuchar el disco que el ahora trío –tras la marcha del teclista Rostam Batmanglij– publica el viernes, aunque ya circulen críticas de medios anglosajones. Los 'Spaniards' no somos nada. Para celebrar el lanzamiento de 'Father of the bride' tendremos que conformarnos con repasar los seis adelantos hasta la fecha, un tercio del nuevo repertorio.

'El padre de la novia', que se llama así, según la entrevista aparecida en el 'Sunday Times', por la película de Steve Martin y no la de Spencer Tracy, es un disco de madurez para la banda. Toca temas de responsabilidades adultas, de relaciones serias, justo lo que está pasando en la vida de Koenig, quien ha tenido un hijo con la actriz Rashida Jones, hija del productor Quincy Jones y Peggy Lipton, la Norma Jennings de 'Twin Peaks'.

Pero la música sigue siendo un patio de recreo para el grupo que completan Chris Tomson a la batería y Chris Baio al bajo. A pesar de la madurez, ellos se divierten, entregados a exploraciones del country psicodélico de Kacey Musgraves y la clase de accesos improvisatorios que asociamos a bandas como Grateful Dead o Phish, entre otras mil cosas.

Casi cada nuevo adelanto de 'Father of the bride' es un mundo en sí mismo. Los primeros en emerger fueron '2021', miniatura ambient-pop con línea de sintetizador tomada prestada de Haruomi Hosono, y 'Harmony Hall', ejercicio más vibrante y gozoso en el que no sorprenden las guitarras barrocas, pero sí el groove de piano en el estribillo.

Intento (exitoso) de neo-country espacial

Luego llegaron 'Big blue', un intento (exitoso) de neo-country espacial, y 'Sunflower', una colaboración con Steve Lacy (The Internet) en la que Koenig demuestra su talento para el scat. Pero las mejores novedades quizá sean 'Unbearably white', una sublimación de los Vampire Weekend más baladísticos, y 'This life', pop playero con un estribillo que interpola el 'Tonight' del rapero ILoveMakonnen.