CONCIERTO

Matthew McDaid: cuando el viento te susurra canciones (y motivaciones)

El joven cantautor folk irlandés afincado en Rupit presenta 'Off the beaten track', del sello Great Canyon Records

Núria Martorell

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Escuchas el folk costumbrista del joven artista de Belfast Matthew McDaid y poco sospechas que su catalán pueda tener un acento que ya quisiéramos muchos barceloneses. Lo entiendes cuando te explica que con 11 años se instaló con su familia en Collsacabra (Rupit, Osona). Aunque una lectura más poética podría ser que fue el viento el que le susurró que en estas tierras encontraría la inspiración (y el empuje) necesario para emerger como cantautor.

'Whispering winds' es la canción que elige para cantar en acústico y una de las más pegadizas del disco 'Off the beaten track' que el 11 de enero presentará en la sala Rock Sound de Barcelona. Y no estará solo: actuará con su sexteto y contará con dos invitadas, Núria Moliner (Intana) y Joana Serrat, quien le ha ayudado en las mezclas del compacto junto al guitarrista Àlex Vivero (integrante de su grupo).

'Whispering winds', explica McDaid, nació como una carta de ayuda para un amigo que no se sentía cómodo dónde vivía ni con su vida y acabó adquiriendo tintes filosóficos para expresar que "no todo es para siempre", que "hemos de disfrutar de las cosas buenas, aceptar las malas y, sobre todo, tirar siempre hacia delante y seguir el camino que nos marque el viento".

Pero no solo la letra evolucionó, también el ritmo. "Llegué al estudio con las canciones superestructuradas pero una vez ahí vi que 'Whispering winds' no funcionaba. Tenía una vestimenta swing que no me convencía. Estuvimos hasta las dos de la madrugada luchando y al productor Victor Valiente se le ocurrió probar otro patrón de batería, cambiando así completamente la canción. Un buen productor, una mirada externa, es quien logra esto: cuando hay una duda, cuando el músico topa con una pared, te lo resuelve mejor que tú mismo, que conoces demasiado bien tus canciones".

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Otro nombre clave para entender la dimensión del álbum es el ingeniero canadiense Harris Newman (Arcade Fire), el encargado de las mezclas. "Él consiguió el barniz, el color que necesitaba el disco. Porque el disco ya contaba con muy buenos músicos y Newman nos  dio el último brillo".

VOCACIÓN PRECOZ

Matthew siempre supo que sería músico. "Con  6 años me quedaba absorto delante de la tele viendo los videoclips de la MTV: entonces me flipaban Eminem, el rap… [no busques reminiscencia alguna de este estilo en su cancionero]". En su casa, explica, siempre se escuchaba mucha música, y de todo tipo. "Mis primeros recuerdos son Cat Stevens y Manu Chao [tampoco esperes encontrar ningún guiño al mestizaje].

Con 13 años, sigue relatando, le compraron su primera guitarra y empezó a estudiar "de forma autodidacta". "Bueno, hubo solo una época en la que no sabía qué hacer con mi vida. Fue cuando mi padre se fue a trabajar como marino mercante y yo me fui a L'Atmella de Mar a estudiar Náutica. Menudo fracaso: aguanté en clase tres meses".

McDaid debutó discográficamente con el 'epé' autoeditado 'Crowded by silence', cinco canciones con las que logró que la revista 'MondoSonoro' le colocara como el sexto mejor disco estatal de folk.

Luego, fue él mismo quien llamó a las puertas del sello Great Canyon Records. "Buscaba uno sensible a la escena folk y con ambición internacional. En Catalunya no acababa de encontrar mi sitio".

Matthew McDaid tiene en marcha tres formatos para sus actuaciones: la de bolsillo, en solitario, guitarra y voz -"¡nunca falla!"-; en cuarteto, y con todo el sexteto, más rockero y con violín y chelo. Sus próximas citas son: el 27 de enero, en el Teatre Cirvianum (Torelló); el 23 de febrero, en el Centre Cívic La Guixa (Vic) y el 1 de marzo, en el Festival El Mini (Olot).

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Cuando le pedimos al joven de 23 años que describa su estilo musical, la primera palabra que le viene es el folk. Y luego, más tímidamente, añade country. "Siempre me ha gustado y llevo un año escuchando mucho este estilo. Al principio, yo mismo era reticente a tocarlo. No estaba preparado. Escribía canciones de country y cuando las ensayaba con la banda, el guitarrista hacía los típicos acordes y yo le pedía que parara. Ahora, ya no".

El folk (con armónica incluida) el rock y cierta psicodelia son las herramientas con las que Matthew convierte sus emociones en melodías. Y en sus letras hay dos temas recurrentes: la naturaleza y el reto. "Escribo de lo que conozco", explica. ¡Y qué bien lo hace!