EL PIANISTA DEL MAJESTIC

Artículo de Arturo San Agustín: 'Chimeneas'

ARTURO San Agustín

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Aquí, las cosas son así. O tal vez debería decir: aquí somos así y, además, qué cojones, no queremos cambiar. Ayer me llamaron varios vecinos de Sant Adrià de Besòs para decirme que la ciudadanía se había equivocado al decidir, en votación, que las tres chimeneas de la central eléctrica de Endesa sigan donde están después de que la misma deje de funcionar. Y, naturalmente, todos los que ayer me llamaron acabaron reconociendo que ninguno de ellos había ido a votar. Aquí somos así y no cambiamos.

En este asunto de las tres chimeneas, que con su carbonilla tantas azoteas, balcones y calles arruinaron, la estética tiene poco o nada que decir o argumentar. No ha ganado la estética sino los sentimientos, la historia reciente, los recuerdos obreros de quienes fueron a votar.

O sea, que ayer hablé con Sito, con Jesús María Canga, alcalde de Sant Adrià de Besòs y político que siempre ha estado preocupado por esa distancia, cada vez mayor, que sigue separando a los políticos de la ciudadanía. Sito, alto y noble, legal, viene de asturianos, de aquellas minas combativas y solidarias, de aquellas siderurgias y de la sidra, que según él, en Asturies, así, con e, cada vez la tiran peor.

Sito viene de aquellos trabajadores de la dinamita buena y eso se nota. Por eso siempre está por la labor. Y parte de la misma es intentar modelos de participación, de consulta pública. Y es en ese empeño, en esa voluntad suya para que la ciudadanía se corresponsabilice, donde hay que situar la consulta que acaba de celebrarse para decidir la suerte de las tres chimeneas de Sant Adrià de Besòs. Chimeneas que un amigo del señor alcalde, quizá excesivamente entusiasmado, ha definido como el nuevo faro de Alejandría. El entusiasmo es siempre necesario, pero tampoco hay que abusar de Alejandría.

Sito estuvo en el Fórum de Monterrey, México, y pudo comprobar la feliz reconversión que allí habían hecho de sus antiguas instalaciones siderúrgicas. Y de aquella realidad nació el deseo, la voluntad de que con las tres chimeneas de Sant Adrià de Besòs pase algo parecido.