Toma pan y moja

Comer solo, por Òscar Broc

Cada vez más personas comen solas porque lo han elegido, afirma el periodista gastro Rafael Tonon. Pedir mesa para uno puede servirnos para conocer nuestros propios gustos sin necesidad de agradar a nadie

comiendo sola

comiendo sola / woman eating in trattoria restaurantl. table on the street in Rome, Italy

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hago una encuesta rápida entre mis allegados y detecto una cantidad alarmante de animales sociales que aseguran tener pánico a comer en solitario. Algunos, incluso, confiesan que prefieren languidecer delante del televisor con una pizza hawaiana en el regazo antes que pasar por el mal trago de acudir solos a su italiano favorito. Lo viven como una derrota

Hace muchos años, yo era uno de ellos. Me aterraba la idea de entrar en un restaurante y pedir mesa para uno. Había algo de vergüenza, de miedo al que dirán, de «mira ese freak», yo qué sé… La figura del comensal solitario me producía una extraña melancolía que, con el paso del tiempo, he aprendido a transformar en placer

Cuando superas la estúpida barrera de la presión social, descubres que comer solo es una bendición: no hay conversaciones absurdas con las que llenar el vacío, no hay expertos en vino, no tendrás que escuchar las mismas anécdotas de aquel viaje a Tailandia ni sacar la maldita calculadora para saber lo que le toca pagar a cada uno.

Metadona de sociables

El periodista gastronómico Rafael Tonon, cuenta en 'Las revoluciones de la comida' que cada vez más personas comen solas porque lo han elegido. Tratar de verlo como una experiencia positiva y alegre, asegura, puede servirnos para conocer nuestros propios gustos sin necesidad de agradar a nadie. 

Yo empecé por la barra. Metadona para comensales sociables. Te ayuda a desengancharte de la compañía, hace que la transición a la soledad sea lo más suave posible. A la larga, te armarás de valor para pedir mesa para uno y podrás disfrutar de una comida contigo mismo, sin interferencias, sin miedo al estigma. Bien mirado, con el 'smartphone' encima, ¿quién demonios está solo hoy en día?

Suscríbete para seguir leyendo