Toma pan y moja

La fiebre de los New York rolls, por Òscar Broc

Es la nueva adicción de los 'gastroinfluencers'. Este cruasán redondo y relleno ya se vende más que el nuevo disco de Karol G

rolls

rolls / Instagram

Òscar Broc

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Nos quieren mal. Nos quieren ver implorando clemencia a nuestro endocrino, retrasando hasta lo indecible el próximo análisis de sangre, estudiando entre pucheros las condiciones para ser socio del Dir Claris. Parafraseando a Pedro Almodóvar: ¿qué he hecho yo para merecer esto? 

La pataleta victimista está justificada. El objeto de mi desdicha se llama New York roll y ha entrado en mi vida para abrirme definitivamente las puertas de la diabetes. Si el nombre despista, que la gente sepa que me refiero a un cruasán redondo y relleno. Fácil. Una masa de cruasán que se enrosca sobre sí misma en un mar de azúcar y mantequilla, suelta toneladas de crema cuando el hincas el diente y, para más inri, presenta un 'topping' dulce a modo de corona, por si la potente masa y el chorro del relleno no te parecen suficiente. 

El bicho ha nacido en Nueva York, dónde sino, y tiene su origen en la panadería Lafayette Café & Bakery, uno de esos sitios cuquis que quieren enviarnos a la tumba antes de los 50. Evidentemente, el cruasán redondo ha tardado poco en llegar a España y ya se está vendiendo más que el nuevo disco de Karol G. 

Fotogenia azucarada

Los 'gastroinfluencers' aman estas cosas. El azúcar 2.0 vende en Instagram. Los 'reels' adoran las piezas modernas de bollería para mayores de 18 años. Y en este fuego cruzado entre viralidad y creatividad, el que sale peor parado es siempre el sufrido consumidor, ahíto de colesterol y azúcar, totalmente incapacitado para darse un respiro alimentario y pasarse al apio y la zanahoria. Porque ahora es el New York roll y mañana será otro mamotreto pastelero hojaldrado, y al día siguiente una ensaimada Boston cream, y así hasta que la historia acabe como el chiste de Eugenio

– Si comes más pasteles reventarás. 

– Pues dame otro y apártate. 

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