Toma pan y moja

Tortilla de paranoia, por Òscar Broc

Esta semana parece más seguro jugar a la ruleta rusa que pedir una de Betanzos. Es la primera vez en 30 años que Casa Dani tiene un brote de salmonelosis

Tortilla

Tortilla / Instagram

Òscar Broc

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La noticia me ha caído como un cubo de agua helada en el pescuezo. Casa Dani, un restaurante de Madrid conocido por la calidad de sus tortillas, ha sido el foco de un brote de salmonela que ha afectado ya a unas 40 personas. Mientras escribo estas líneas, no se sabe exactamente la causa, pero todo apunta a las tortillas de patata poco cuajadas que factura en masa este conocido restaurante.

Soy un obseso de la tortilla jugosa, cuanto menos cuajada mejor. Me encanta para desayunar y la consumo muy a menudo en mis sitios de confianza. Jamás he sufrido una intoxicación, y no será por falta de empeño. Pero esta semana, la tortilla jugosa ha cruzado todos los medios –televisión, radio, prensa escrita y redes– como si fuera una asesina en serie .Por un momento, parecía más seguro jugar a la ruleta rusa en medio de un huracán que pedir una de Betanzos en el bar Manolo. 

Drama de dos huevos

No caigamos en el drama gratuito. Todos los templos de la tortilla a los que acudo respetan escrupulosamente las pautas fijadas por Sanidad. Un estallido de intoxicaciones puede acabar con tu negocio de un plumazo; ningún establecimiento serio se la jugaría.

Lo cierto es que Casa Dani factura una cantidad indecente de tortillas al día. Y cuando juegas con cifras de producción tan abultadas y utilizas tantos huevos crudos, por muy bien que lo hagas el riesgo se multiplica exponencialmente. Es la primera vez en 30 años que Casa Dani tiene un problema de este tipo; visto en perspectiva el salmonelagate parece un «puede pasar» de libro. 

No obstante, la horda de nutricionistas, médicos y gastrónomos que ha inundado los medios ha conseguido rellenar mi tortilla jugosa con un extra de paranoia. Tendré que acostumbrarme a tan innovador ingrediente.

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