Toma pan y moja

Oda al ‘wall of fame’, por Òscar Broc

Aún hay santuarios en Barcelona que mantienen su pared VIP bien nutrida de fotos de visitas ilustres

El Rincón del Artista

El Rincón del Artista / Carlos Montañés

Òscar Broc

Òscar Broc

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Me pirra Instagram, que conste, pero tengo la horrible sensación de que la red social favorita de los 'foodies' está matando el 'wall of fame' (no encuentro una traducción fiable en español más allá de «muro de la fama»). Efectivamente, el 'wall of fame' es la pared que los restaurantes reservan, mejor dicho reservaban, a las fotos de visitas ilustres. Jugadores de fútbol, actores, músicos, políticos… Aunque no existe un libro de estilo, la tradición indica que en la foto (siempre enmarcada) tiene que aparecer el propietario junto a la celebridad. A menudo, ambos se agarran por la cintura o ejecutan un «¡pulgares arriba!» al unísono. 

Me encantan los 'wall of fame', sobre todo cuando son 'vintage'. Fotos de Romario zampándose un entrecot, Kevin Costner (cuando tenía pelo) alzando la copa, Lina Morgan tronchándose de la risa. Ahora que todos los restaurantes utilizan su página de Instagram como 'wall of fame' digital, me emociona encontrar santuarios que no renuncian a la fórmula tradicional; casas chapadas a la antigua que contra, viento y marea, mantienen viva y nutrida su pared VIP.

La pared del artista

Uno de mis muros favoritos pertenece a El Rincón del Artista, el legendario bar-restaurante del Paral•lel. Bien, de hecho todo el local es un muro de la fama; no hay pared que no ofrezca imágenes de famosos. Podrías pasarte horas analizando la constelación de estrellas que pueblan tan sacro espacio. En todas las instantáneas aparece el propietario del local acompañado por deidades: Sergio Dalma te guiña un ojo. Joselito y Moncho Borrajo te mandan un saludo. El Koala te mira fijamente. Veo a María Jesús y su acordeón. Veo al gran Toni Rovira… Mil veces mejor que Instagram, adónde vamos a parar.

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