NUEVO OBJETO DE DESEO ‘FOODIE’

Monta el pollo: 13 santuarios gurmet que te dan alas (y pechugas)

Barcelona se ha entregado en cresta y alma al ave más universal. En estos restaurantes sirven bocados más adictivos que en Los Pollos Hermanos

ala broder

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Òscar Broc

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Ni siquiera Victoria Abril pondría en duda que el rey del pollo frito en España es Ramoncín. Resulta chocante, por tanto, que el rockero-tertuliano no haya cogido el puente aéreo para darse un atracón de muslos, contramuslos, pechugas y 'nuggets' en Barcelona, una ciudad que se ha entregado en cresta y alma a este ave universal

De un tiempo a esta parte, el pollo a l’ast se ha ganado el adjetivo de gourmet y las alitas se han convertido en bocados para sibaritas. También en los últimos años, el pollo frito se ha sofisticado y cada vez hay más restaurantes especializados que harían llorar en posición fetal al coronel Sanders. Nos lo comemos en un 'wrap'. Metemos el bicho entres dos bollos y nos sabe a gloria. Si persigues el aroma del pollo recién hecho, es muy probable que acabes en alguno de estos santuarios para devoradores de galliformes. Y mucho tiento: la mandanga de estos garitos es más adictiva que la de Los Pollos Hermanos. 

Volando alto

Alitas deluxe

Las alitas de pollo han vuelto, si es que alguna vez se postularon a algo, las pobres. Gracias a propuestas como Ala Broder, ahora cotizan alto en la bolsa 'foodie'. Con el sello de calidad del restaurante peruano Yakumanka, este negocio en formato 'delivery' se centra en alitas braseadas de pollo, pavo o pato, y las eleva a cotas de excelencia inauditas. Las cocinan a baja temperatura, las acarician al calor del Josper, las bañan en distintas salsas caseras y están ¡mmm… buah! Las alitas La Broder, con salsas anticuchera y de la casa, chimichurri y maíz hipertrofiado son una gozada. Las Spicy Chang, con salsa picante, kimchi y pico de gallo, son para valientes. ¿Red Bull te da alas? Venga ya.


Sofá, gallito y serie

La vida es ají

gallito

Nuevo servicio ‘delivery’ de pollos peruanos: Gallito Canalla.  /

Buenas noticias, 'pollófilos': el restaurante Leche de Tigre ha activado un servicio 'delivery' de pollos peruanos que recomiendo que introduzcáis en vuestros hogares y organismos. Se llama Gallito Canalla y con apenas dos meses de vida ya está en la cresta. Las alitas son superiores, tiernas, tentadoras, y llegan remojadas en charcos de salsas caseras con fondo peruano: espectaculares las de kimchi y rocoto; picantes y sensuales las de ají de charapito y mango. El pollo rebozado (muslo deshuesado y marinado 24 horas con ají amarillo y otros ingredientes arcanos) es otra chaladura: la corteza es ligera, pero endiabladamente crujiente. Su interior es tan tierno que estalla como una pompa de felicidad con cada dentellada. Y gaznates bien cubiertos, conste en acta: Pisco sour y chicha morada para bajarlo todo. Este gallito va muy en serio.


Rooq & roll

Pechugas y estrellas

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Un clásico de Rooq: hamburguesa de pollo frito. /

Si te gusta comer con servilleta de algodón, mantel de encaje y camareros con casaca, intenta cruzar la acera cuando pases por delante de Rooq. Tiene el espinazo de un 'fast food' juvenil, cero manteles y muchas servilletas de papel. Pides en la barra y te dan un 'busca' que se dispara enloquecido cuando tu pollo está listo. Es un repelente para pijos y me encanta, pues todos estos recortes repercuten en el precio: por menos de 10 euros te comes uno de los mejores bocadillos de pollo frito de Barcelona, con sus papas o 'coleslaw' y un refresco o cerveza artesana. Cuesta no pirrarse por la hamburguesa clásica, con pan de brioche hecho y horneado por ellos; salsas caseras; encurtidos de verdad y una generosa pechuga de pollo, marinada durante 16 horas y rebozada a conciencia con más de 10 hierbas y especias. Que nadie se levante de la mesa sin probar antes los 'nuggets': en mi fiesta de cumpleaños pienso repartirlos como si fueran Ferrero Rocher.   


Hay pollo en casa

‘Nuggets’ en pijama

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‘Fried chicken wrap’ de Van Van Chicken. Un pollo que cruje como el lumbago de Clint Eastwood. /

En este escenario pandémico, el pollo y el 'delivery' se han convertido en perfectos aliados, de ahí que en los últimos meses hayan surgido propuestas gallináceas de calidad que operan exclusivamente en la distancia. Van Van Chicken (proyecto de la factoría Van Van) va de cara: su misión es llevarte a casa un pollo frito de primera división a precios de regional. Puedes pedirlo en piezas -el combo por 9,95 € vale mucho la pena-, en un 'wrap' o en una deliciosa hamburguesa. Es un pollo goloso y de proximidad que se baña 24 horas en un yacusi de 'buttermilk' y especias, un cacho de ave con un megarrebozado que cruje como el lumbago de Clint Eastwood. 

También Piel de Gallina se ha especializado en pollo frito a domicilio: te lo presentan en formatos internacionales -el Tulum y el Seúl, mis favoritos- y te lo puedes zampar en un bocadillo Po’boy, con 'daikon' encurtido y mayonesa japonesa. Prohibido darle los huesos a tu mascota, que luego se atraganta.

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Brooklyn Follies

Comerse El Prat

kiki i riki

Manjar en cubilete de Kiki & Riki. Acaba de abrir en El Prat de Llobregat. /

Acaba de abrir en El Prat de Llobregat mientras escribo estas líneas. La 'crew' de Can Pizza se ha aliado con Mucho Muchacho (el mejor 'rapper' de BCN) para poner en el mapa pratense un restaurante de pollo frito que recuerda mucho a los garitos de Brooklyn. Se llama Kiki & Riki, tiene un mostrador 'vintage', hip-hop de los 90 de fondo, unas Nike Air Jordan VI en una vitrina, un postre que es la zurullito rosa del Dr. Slump y un pollo frito 'american style' tremendísimo que viene en cubiletes (piezas a elegir) o en formato bocadillo. El lugar donde comería Notorious B.I.G. si estuviera vivo. 'Hell Prat forever'!   


Los gallitos del barrio

Pollos del Raval

dr beer

Pechuga rebozada sobre gofre casero, de Dr Beer & Mr. Fried. /

El restaurante de 'street food' mexicana/estadounidense Gringa fue uno de los primeros en apostar por un 'burger' de pollo frito de calidad. Ha llovido mucho, pero su 'bun' de pollo frito sigue siendo uno de los bocadillos más apreciados del Raval, el barrio de Dr. Beer and Mr. Fried, un pequeño restaurante de comida cajún y birra artesana que nunca decepciona. Su pollo frito sureño tiene una costra de rebozado que le podría borrar los tatuajes a Neymar cual piedra pómez. Bordan un pollo tierno y suculento por dentro; explosivo y crujientísimo por fuera. Lo marinan largo y tendido y lo rebozan con cereales segundos antes de que aterrice en tu plato. Si te gustan los 'burgers' de pollo, es posible que te enamores del pánzer de la casa. No pasa desapercibido tampoco el pollo frito cajún con gofre: Viagra natural.

Por si fuera poco, la coctelería ravalense Two Schmucks acaba de abrir un restaurante especializado en 'brunch' que tiene el pollo como droga más dura. El pollo frito con salsa picante, mantequilla de café y gofres, acompañado de un Bloody Mary de la casa, es el mejor regalo que puedes hacerte este 'finde'. En su terraza, además, disfrutarás de ese trepidante blockbuster titulado Raval.   


BCN a l’ast

El secreto está en la brasa

chickoa

Los pollos a l’ast de Chickoa llevan la firma del chef Paco Pérez. /

El pollo a l’ast, compañero de fatigas del 'tortell' asociado al dominguero de mediana edad, es ahora objeto de deseo 'foodie'. Si existe el pollo a l’ast gourmet, Apluma merece acaparar los focos: untan los gallináceos con una pócima mágica de vino, hierbas y otras golosinas, y los tienen dando vueltas en al asador, a fuego lento, hasta que adquieren una textura y un sabor escandalosos. En Chickoa, el chef Paco Pérez también apuesta por la maceración, el carbón y la pausa con notable éxito. Los siempre impecables Pollos de Llul son una apuesta segura para los paladares más clásicos. Y en el restaurante peruano La Turuleca, entre ceviche y ceviche, uno se puede zampar un pollo a la brasa macanudo que ya tiene muchos adeptos en Les Corts.

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