Hecho en casa
Receta de 'escudella' vegetariana con albóndigas de garbanzos
La sopa ha salido de nuestras vidas como si fuera un primer amor. Con lo sencillo que es prepararlas y la gente prefiere cargar con ladrillos de ‘tetrabrick’
Pau Arenós
Coordinador del canal Cata Mayor
Periodista y escritor, con 17 libros publicados, entre ellos, novelas y cuentos, y media docena de premios, como el Nacional de Gastronomía. Ha estado al cargo de las revistas 'Dominical' y 'On Barcelona' y ha dirigido series de vídeorecetas y 'vídeopodcast'. Entre las últimas publicaciones, 'Nadar con atunes y otras aventuras gastronómicas que no siempre salen bien' y el recetario 'Cocina en casa'.
Pau Arenós
QUÉ
‘Galets’
Bote de garbanzos
Harina de garbanzos
Hierbabuena
Canela en polvo
Huevo
Pan rallado
Nabo
Chirivía
Col
Zanahoria
Puerro
Apio
Agua
Aceite
Sal
Pimienta
CÓMO
Para el caldo: meter las hortalizas limpias y cortadas sin miramientos en la olla a presión. Sí, el agua también. Y sal. Quien no tenga el artefacto con válvula (la de casa es enorme y primitiva), una olla abierta. Lo suyo sería sentarse a esperar, escuchar silbidos (¿admiración, abucheo?), oler el aroma que sale por la válvula y hacer un crucigrama. Desde el momento en el que la válvula comienza a volverse loca, esperar diez minutos. Liberar presión (atención: este recipiente es una bomba), destapar y colar el caldo.
Para las albóndigas: abrir un bote de garbanzos: ¡flop! Retirar el agua. Con el túrmix, triturar las legumbres junto con la hierbabuena, la pimienta y un poco de canela (cuidado: la canela es más persistente que un cuñado atiborrado de pacharán). Probar y rectificar de sal si fuera necesario. Pasar a un recipiente amplio con el que trabajar la masa con las manos. Añadir un huevo. Si queda endeble, dar consistencia con el pan rallado. Hacer bolas, pasar por la harina de garbanzos y freír en una sartén. Manejar con delicadeza: es frágil. Los manazas y los aprendices de malabarista, cuidado. Desengrasar sobre papel de cocina y reservar.
Para los ‘galets’: colocar en el fuego una cazuela amplia con agua y sal y cuando hierva, invitar a la pasta a darse un baño. Sacar los ‘galets’ al punto (o casi) y depositar en una bandeja, echar un chorrito de aceite encima y cubrir con papel film para evitar que se sequen: es un truco que evita que se rompan que tomo prestado del cocinero Carles Abellan. Nada más triste que un mar de ‘galets’ naufragados.
Emplatado: en un plato hondo, depositar las albóndigas de garbanzos y los ‘galets’ y mojar con el caldo muy caliente.
POR QUÉ
Colesterol, triglicéridos… ¿Aún quieres un ‘por qué’? La sopa ha salido de nuestras vidas como si fuera un primer amor. Con lo sencillo que es prepararlas y la gente prefiere cargar con ladrillos de ‘tetrabrick’. Por ser demasiado cotidiano (¿ordinario?), el caldo se ha secado en los restaurantes. Ya solo nos queda el refugio de casa, y es una suerte tener un hogar en el que poder refugiarse.
Sin carne, pero con la misma voluntad de llegar al placer por vía de una relajante bañera de agua caliente. A triunfar a bordo de un ‘galet’ sin chocar contra la albóndiga.
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