eclecticismo al poder

Anita Flow: una carta para todos los gustos

Este restaurante sin complejos elabora con solvencia platos de todas las culturas gastronómicas

Restaurante Anita Flow

Restaurante Anita Flow / periodico

Ferran Imedio

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Las cartas amigables tienen mala prensa. Son esas sin más pretensión que la de contentar a todo quisqui, que no muestran una personalidad propia sino múltiple, que pican de aquí y de allá. Da igual que sean recetas 'nostrades' o lleguen del nuevo mundo. El eclecticismo es la bandera. Pero como dicen los chefs, solo hay dos clases de cocina: la buena y la mala. Y Anita Flow (Consell de Cent, 413) y su carta para-todos-los-gustos pertenece a la primera. Porque no se le puede poner objeciones a cada plato que desfila por la mesa, la mayoría de ellos para compartir. Por eso todo fluye en Anita Flow.

Funciona la improbable mezcla de la ensalada de aguacate con espinacas, humus de remolacha, cochinita pibil y piña asada. Pican lo justo y necesario sus papas 'arrugás' con salsa huancaína y chile chipotle. Triunfa el 'meze platter' -es el más vendido de la casa-, con pan de pita para mojar en 'baba ganoush', 'muhammara' (crema de pimientos) y humus de remolacha, y que va acompañado de queso feta, zanahoria asada y pimiento escalivado. Es una delicia el jugoso y tierno pollo a l’ast que sirven 'sentado' en el plato (va ensartado). Gusta su 'fish & chips' de lo más 'british', hecho con bacalao, con guisantes macerados en menta y limón que se puede aliñar con salsa tártara. 

Tres ambientes

Anita Flow es tan grande que cuenta con tres amplios ambientes de aire industrial chic: la sala principal, llena de luz gracias a unos ventanales XXL; el llamado 'El patio', con entrada propia y que viene a ser una terraza interior que da a la calle, y la parte más 'nocturna', llamada 'El callejón' y presidida por una Vespa que sale de la pared del fondo. 

Los mediodías laborables ofrecen dos menús por 11,50 euros, con un primero y un segundo fijos que salen de la carta y agua ilimitada, sin postre ni café (si quieres postre, te lo ofrecen a mitad de precio). También se puede desayunar allí y hacer un 'brunch' los fines de semana. Queda claro que su vocación es contentar a todos.