CALORCITO RICO

Calabrasa: fuego en el Born

Calabrasa pasa por la parrilla todo y más: carnes, pescados, verduras, arroces...

Calabrasa

Calabrasa / periodico

Ferran Imedio

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Si en La Ribera hubiera casitas bajas, llegar a Calabrasa sería sencillo: tan solo habría que ir en busca del humo que sale de su brasa. Por fortuna, este restaurante es fácil de encontrar porque está en el número 27 del paseo del Born, pegadito al Born Centre de Cultura i Memòria. Vale la pena la visita en busca de ese fuego porque saben jugar con él para sacar partido a las carnes y a los pescados, que saludan al comensal desde el mostrador de la entrada.

No es una propuesta muy habitual en una zona tan inclinada a dar placer al turista y no al local, que podría imaginarse en una masía recóndita mientras se zampa una carrillera de vaca vieja a la ratafía con pan al tomillo frito o en un caserío vasco atacando un chuletón con 35 días de maduración. 

La brasa nunca ha sido una cocina sencilla, por muy primaria que sea, y las manos del chef Jesús Galán logran que todo cuadre. Hasta el arroz marinero con marisco y ortigas de mar: aunque parezca un oxímoron, fuego y agua se unen sobre la brasa de carbón y madera de encina. El cocinero también se luce con recetas menos convencionales, como el rape a la brasa sobre una base de piña, 'chutney' picante y flan de coco, una combinación para grabar a fuego en la memoria de cualquiera.

Vinos diferentes y cócteles clásicos

Para acompañar la comida, una carta de vinos con 33 referencias que en su gran mayoría pertenecen a pequeñas bodegas. También hay cócteles clásicos a precios que no superan los 8 euros. El menú de mediodía laborable cuesta 14,50 y el de las noches laborables, 25 o 30, según los extras.