GURMETIZADOS

Quin pollastre!: escoger entre muslo o pechuga

Una 'rostisseria' ecológica que vende pollos a l'ast, bichos con más de tres kilos

Quin Pollastre!

Quin Pollastre! / periodico

Pau Arenós

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[Este establecimiento está cerrado]

Javi Gavaldà, cocinero de Quin pollastre!, pregunta: "¿Muslo o pechuga?".

Siempre muslo, amoscado con la sequedad de las pechugas por culpa de una infancia en la que no era posible elegir. Hacerse mayor es poder escoger, al fin, entre muslo o pechuga. El pollo a l’ast es patrimonio de la niñez y de los días extraordinarios.

Aunque es comida-para-llevar, prefiero ocupar una de las dos mesitas –hay un sofá pero temo empollarme– porque voy cargado.

Croquetas para encargar un kilo (1 € la unidad), de jamón y de pollo, bien 'embechameladas', según la receta de Valentina, madre de Javi.

Ensaladilla rusa (2,2 €), con un toque de 'allioli', demasiado fría para consumir en el local, lo que impide una valoración.

Patatas fritas (1,5 €), irregulares y con piel (red pontiac), para embadurnar con una salsa que denominan Marisa, con mayonesa, miel y soja.

Solo dos vinos a elegir: pido la garnacha negra de Casa Mariol, de vuelo corto. Esto es una 'rosstiseria' y los extras, de trámite. 

Después de varios párrafos con mucho cocoricó, ¿qué pasa con el pollo a l’ast (16 € entero y 9,5, medio)?

La pechuga no sé, pero el muslo es bueno, jugoso y de apetecible y chamuscada piel. «Lo acompañamos con manzanas, que recogen los jugos que van cayendo. Eso nos diferencia», condimenta Javi.

'Groc català' de más de tres kilos (alimentado con cereales), masajeado con hierbas secas, ecológico (como el resto de la materia prima), que da vueltas en el espetón durante 120 minutos a 190-200º, rociado con una mezcla de aceite de oliva, girasol y zumo de manzana.

En este gallinero hay cuatro socios: Raul Navarro, Pablo Castellet y sus respectivas parejas. Javi conducía la camioneta La bomba más brava, encontró a uno de los gallos y decidió aparcarla.

Abiertos cada día, los domingos despachan unas 80 aves, que giran con la rutina de los platos con memoria.

Cada espada ensarta cuatro cuerpos de bronce: ese sí que es un buen moreno y no el de las cabinas de uva.