PASADO CON PRESENTE

Bodega La Palma: con sabor a historia de Barcelona

Este negocio detrás de la plaza de Sant Jaume sirve platos sin pretensiones gastronómicas en un local emblemático

Bodega La Palma:

Bodega La Palma: / periodico

Ferran Imedio

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La historia de Barcelona se escribe en lugares como Bodega La Palmauno de los 300 locales de la ciudad considerados como emblemáticos por el ayuntamiento. Abrió en 1935 como tienda de ultramarinos, se convirtió en bodega en 1940 y atrajo a artistas como Francesc García Estragués y Joan Hernández Pijuan, que la convirtieron en su punto de encuentro (aún quedan restos de sus pinturas en alguna puerta). Fue conocida como la bodega de la señora María, su entonces propietaria, que se la dejó a su hija Carmen, quien empezó a servir cafés y tortillas a partir de los años 80. 

Desde el 2005 es una gastrobodega regentada por Judit Giménez y Albert Rial que, pese a la evolución del negocio, han mantenido el escenario: botas de vino, barra de madera y mármol, asientos de madera adosados a las paredes, mesas de mármol y hierro forjado... Este rincón junto a la plaza de Sant Jaume va más allá de los típicos platillos de vermut con propuestas algo más gastronómicas, aunque sin pasarse: así, a unas gildas suaves, un delicioso 'botifarró' de arroz con compota de manzana y unas bravas superclásicas les añaden platos algo más elaborados como la caballa escabechada con verduritas y la remolacha al horno gratinada con queso de cabra, trufa y piñones. 

Buenos vinos

Bodega La Palma no tiene más pretensiones que servir buenos platos con buenos vinos (es recomendable dejarse aconsejar por Rial, afinado sumiller). El precio medio de la carta (hay sugerencias fuera de ella) ronda los 25 euros y los mediodías laborables ofrecen un menú de 13.