COCINA HOGAREÑA

La despensa de Mitre: confort en la zona alta

Este restaurante sirve platos reconocibles y cócteles variados en un ambiente cálido

La Despensa de Mitre

La Despensa de Mitre / periodico

Ferran Imedio

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¿Cómo debería ser un restaurante moderno pero sin pasarse? Probablemente, muy parecido a La despensa de Mitre (ronda del general Mitre, 114): sin pretensiones gastronómicas pero con buen producto de temporada; con platos de toda la vida con algún que otro toque desenfadado (los pistachos sobre el canelón de pollo asado, las verduras marinadas con jengibre que acompañan a las vieiras...); con alguna que otra receta internacional; con una carta de vinos que intenta salirse del carril pero sin descarrilar; con una decoración cálida, casi hogareña; con un servicio jovial y cercano, y con una barra de cócteles para alargar la sobremesa o la noche.

Un difícil equilibrio del que sale airoso y que agradecen los vecinos de la zona alta de Barcelona, que se sienten como en casa cuando pisan el parquet de tablilla que cubre el suelo de este negocio, que ocupa lo que antes eran tres locales contiguos. O cuando se sientan en sus sofás mullidos. O cuando entran en algunas de las salas privadas que parecen salas de estar.

Arroces impecables

Desde la cocina se busca dar la misma sensación de confort, ya sea a través de la carta o del menú de mediodías laborables (25 euros), en los que aparecen platos ganadores como los arroces (buenísimo el de sepia, cigalas y emulsión de azafrán) y el sensacional cordero a baja temperatura con parmentier de patata y pimiento asado, o a través de propuestas más exóticas como el sashimi de atún, en este caso acompañado con wasabi y vinagreta de salsa ponzu. Para beber, vinos fuera de carta que van cambiando cada dos por tres o cócteles clásicos y alguno de autor.