Emoticonos comestibles

Del móvil, a la boca. En vez de teclear y enviar un emoticono por WhatsApp, podrás regalarlo para que no solo lo miren sino que se lo coman. Una manera más dulce, más cercana, más original y sin duda más analógica de comunicarse. Christian Escribà se ha inventado los llamados 'emotipollos', unos pollitos que imitan los gestos de los emojis que tenemos en los móviles. No todos, claro, ya que el catálogo es interminable.

"Son pollitos de Pascua con los que queremos crear un nuevo lenguaje de chocolate. Dependiendo del estado de ánimo que tenga la persona, puede escoger un 'emotipollo' u otro". Y se puede elegir entre seis tipos: el que llora de risa, el que pone los ojitos en forma de corazón como fuera un enamorado, el que suda apurado, el que saca la lengua, el que luce gafas de sol y el que guiña un ojo. Son piezas no muy grandes que cuestan 25 euros.

HUMOR Y CREATIVIDAD

Escribà siempre intenta sorprender con su humor y creatividad pop, no solo en el catálogo de monas (el casco de Star Wars, Frozen, Minion, la máscara de Spider-man, Ratatouille, Hello Kitty...) sino en las figuras que exhibe en el escaparate de la pastelería.

Ahora tiene un Ferrari Land de chocolate y, en años anteriores, mostró réplicas de 'clicks' de Playmobil, de un gorila gigantesco y de Messi y Cristiano Ronaldo. No se atrevió con la figura de Jose Mourinho que pretendía ir derretiendo poco a poco con un foco muy caliente...