Los mejores nuevos restaurantes de Barcelona

Frenesí, mucho frenesí. Eso es lo que vive la Barcelona gastronómica desde hace unos años. Y este otoño no es una excepción, pues la avalancha de novedades es para empacharse. Seleccionamos unos cuantos restaurantes recién abiertos para que disfrutes de una buena digestión.

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El Liceu ya tiene desde este verano un nuevo atractivo. Y no está relacionado con la música, sino con la gastronomía, el octavo arte. Se llama Ópera Samfaina, es un espacio de 950 metros cuadrados con varias áreas de degustación y cuenta con el reclamo irresistible del sello de los hermanos Roca en la heladería Rocambolesc y en L'Odissea Catalana, una mesa para 16 comensales que recorre la historia de Catalunya a través de los platos que se sirven allí en una versión más accesible de El somni, aquella ópera gastro en la que se mezclaba la comida, la música, la pintura, la escultura, la poesía… Òpera Samfaina, decorado por el artista visual Franc Aleu, también tiene una vermutería, vinos de todas la denominaciones de origen catalanas, venta de productos artesanos y una barra solidaria con platillos de chefs catalanes de relumbrón como Carles Abellan, Nandu Jubany, Albert Adrià y Christian Escribà.

El Mama y la Papa (Pasaje de Pere Calders, 2-4)

El barrio de Sant Antoni sigue añadiendo novedades a su efervescente vida gastronómica. En este caso, con un enorme restaurante de 700 metros cuadrados que va más allá de la gastronomía ya que, para ser distintos del resto, tienen un equipo de actores que amenizan el rato que pasan los clientes en el local: cantantes, payasos, trapecistas... El chef Álvaro Garcés, que formó parte de la cocina de Loidi (en el Hotel Condes de Barcelona, con la firma de Martín Berasategui), propone platos viajados elaborados con productos locales en lo que ellos llaman "tapas largas". "Son más que una tapa pero menos que una media ración", especifica Garces. Los domingos se han inventado el brunchmut, que mezcla brunch y vermut, y sacarán de la cocina arroces cada media hora entre las dos y las cuatro de la tarde que irán paseando por las mesas.

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Después de triunfar con Dos Palillos, Albert Raurich ha abierto Dos Pebrots. Y también en el Raval. Esta vez, aporta su modernidad al recetario medite-rráneo, reinterpretando platos como los caracoles con tripa de bacalao y el saganaki, una receta típica griega que se parece a una fondue.

Quienes conozcan a Ever Cubilla como chef de la marisquería moderna Espai Kru quizá se sorprendan por el cambio de tercio de su nuevo proyecto, iniciado con su pareja: Señorito, un restaurante de cocina andaluza “canalla” (como el mollete de calamares, en la foto) y decoración ad hoc: una entrada de aires cordobeses, una barra al estilo sevillano y un espacio para los vinos de Jerez que tanto ama el paraguayo.  

Puerto Chico (Diagonal, 405)

Si Boca Grande y Boca Chica fueran un bar español antiguo, sería Puerto Chico, según sus dueños. Esto es, una barra donde sirven en formato tapa los platos sofisticados de los dos primeros locales. Recetas tradicionales y modernas (pulpo con panceta, churros de bacalao...), y carnes a la brasa figuran en la carta.

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 El restaurante Solomillo, en la primera planta del Hotel Alexandra (calle de Mallorca, 251) es una brasserie en la que el cliente elige la carne al peso (desde 125 gramos hasta un kilo), la raza (frisona, salers, rubia gallega, black angus Nebraska...), el punto de cocción, la salsa, la guarnición... Abrió en julio para rodarse y ha vuelto con toda la carne en el asador. A pie de calle está La Charcutería, una barra con tablas de quesos, embutidos y delicadezas artesanales difíciles de hallar en circuitos comerciales convencionales.

Monocrom (plaza de Cardona, 4)

Un bar de vinos (muchos de ellos naturales y biodinámicos) con una propuesta gastronómica concebida con mucho mimo, desde los productos de proximidad seleccionados hasta la ejecución de los platos, sin colorantes ni aditivos. Los hermanos Xavi y Janina (él es un experto en vinos, como ella, que fue jefa de sala del restaurante Coure) imprimen filosofía eco a su proyecto.

Nonna Maria (Anglí, 4)

Esta pizzería dirigida por la japonesa Rie Yasui sirve pizzas clásicas y gurmet, con nombres propios, de sus trabajadores (la suya lleva pollo teriyaki y alga nori; la del catalán Marc, sobrasada y romesco...) y de chefs amigos de la casa, como Carme Ruscalleda, que ha estado en septiembre en la carta (foto), y Artur Martínez (Capritx, una estrella Michelin), que será el reclamo de octubre. Yasui también ha abierto La Piccolina, una minúscula cafetería con un toque japonés (Camp, 68), donde igual hace la ceremonia del té que sirve un menú sencillo con makis y ensaladas, o prepara el bocarroz, un bocadillo donde el arroz sustituye al pan.

La Turuleca (Arizala, 5).

El responsable de Ceviche 103, uno de los mejores restaurantes peruanos de Barcelona, ha abierto cerca del Camp Nou este establecimiento donde sobresalen los ceviches y los pollos asados en el horno Josper.

Más novedades

Además de los restaurantes citados en estas páginas, han llegado la cevichería mexicana Costa Pacífico (plaza de Sant Agustí Vell, 13); Xibarri, en el hotel Yurbban (Trafalgar, 30), con cocina de la abuela con el sello de Carles Garriga (La cuina d’en Garriga); la pulpería Can Lampazas (Paral·lel, 159); la vintage Bodega Monumental (Marina, 183); Bar à Vins en la Fàbrica Moritz (ronda de Sant Antoni, 39); El Nou, que fue Semon Nou (Santa Fe de Nou Mèxic, 15) y resucita con extrabajadores; Bar Omar (Amigó, 34), donde Omar Díaz sirve buenas tapas; y Auto Rosellón (Rosselló, 182), concesionario de coches reconvertido en restaurante con una carta viajada.

Hay restauranes que han cambiado para seguir igual. Sergio Palacio releva a Ana Merino en Mont Bar; el peruano Tanta deja la órbita de Acurio y pasa a llamarse Totora; Dani Lechuga fusiona Bardeni y Caldeni en un espacio; y La Dama ha fichado como director gastronómico a Guillem Oliva (Monvínic) y Cornelia, al exchef de El Pràctic, Andrés Huarcaya.