La crisis de Oriente Próximo

Cheney dice que el Estado palestino "debió crearse hace tiempo"

R. M. F.
JERUSALÉN

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Solo dos meses después de la visita de George Bush a Ramala, su brazo derecho y vicepresidente, Dick Cheney, viajó ayer a la capital administrativa palestina para repetir la confianza y el optimismo de su país en el estancado proceso de paz. "Si todos los implicados trabajan", dijo, "se puede tener éxito". Cheney dedicó parte de su discurso a denunciar "el terrorismo y los cohetes" palestinos, pero omitió toda mención a los asentamientos que Israel construye en Cisjordania y Jerusalén Este en contra del criterio oficial de EEUU y de las pautas fijadas por el proceso de paz.

Tras reunirse con el presidente Mahmud Abbás, reiteró además el compromiso de su país con una solución negociada que conduzca a la creación de un Estado palestino. Un Estado que, como ya dijo Bush en su día, "debía haberse creado hace mucho tiempo". Abusando de la retórica oficial tan empleada por otros dirigentes de su administración, Cheney afirmó que para llegar a buen puerto son necesarios "tremendos esfuerzos en la mesa de negociación y dolorosas concesiones por ambas partes".

También dejó entrever su oposición a una reconciliación intrapalestina mientras Hamás no se pliegue a las condiciones de la comunidad internacional. El progreso en las negociaciones, recalcó, "requiere determinación para derrotar a aquellos comprometidos con la violencia que no aceptan el derecho básico de la otra parte a existir". Sin embargo, no tuvo una sola palabra de censura para la actitud de Israel desde el relanzamiento de las negociaciones en Annápolis.

Fue Abbás quien se encargó de expresar la posición palestina. "La paz y la seguridad nunca podrán lograrse expandiendo colonias y construyendo barreras", afirmó el presidente, cuya popularidad mengua a marchas forzadas en beneficio de Hamás, según la última encuesta. "Lo que se necesita es un apoyo valiente por parte de la comunidad internacional y especialmente EEUU", añadió.

La gira de Cheney llega solo unos días después de la visita a Israel del candidato republicano a la presidencia de EEUU, John McCain, quien visitó Jerusalén y Sderot, la ciudad israelí martirizada por los cohetes palestinos, y habló por teléfono con Abbás sin poner pie en Ramala.