Ruta | A la caza de arte urbano por Barcelona

Desde fachadas modernistas hasta galerías, si algo no le falta a Barcelona es cultura. Pero hay un tipo de arte más cotidiano que pasa desapercibido: el urbano. La ciudad está llena de murales, grafitis y pinturas al aire libre dignas de aplauso. Y no, no solo hablamos del Beso de Fontcuberta o de la cenefa de Keith Haring. Instagramers y tiktokeros ahora salen a la caza del arte urbano más desconocido. Estos son los imprencindibles.   

Para empezar, el mural de la culé Alexia Putellas, icono futbolero del artista Tvboy que aún se mantiene en el 217 de la calle de Escorial, en Joanic. El mural apareció hace menos de un año para celebrar el Balón de Oro de la jugadora, pero también para sustituir la imagen de Maradona, algo que causó muchos detractores: el dibujo ya ha sido vandalizado en varias ocasiones con insultos machistas y homófobos, demostrando por qué sigue siendo necesario reivindicar su figura públicamente.

Bajando por Sagrada Família, la ruta continúa hasta la plaza de Pablo Neruda. Situada entre Marina, Aragón y Diagonal, un embrollo de autopistas urbanas, coches y obras, en los márgenes de este pequeño jardín destaca un mural que decora el lateral de un edificio, los míticos 'Balcones de Barcelona'. 

Esta pintura, nacida del lavado de cara de los JJOO del 92, pretende incluir en un mismo edificio los grandes nombres de la Barcelona del siglo XX. Algo así como la '13, Rue del Percebe' versión catalana, con Picasso, Gaudí, Miró, Rodoreda o Carmen Amaya, entre otros, compartiendo escalera en la misma comunidad de vecinos. 

No muy lejos, un rincón urbano con más pinturas que el salón de Hogwarts, el párking de Ambulancias Tomás (Padilla, 165). No es un museo, pero sus fans en Instagram lo han bautizado como tal. Esta salida del aparcamiento de ambulancias está decorada como una galería de arte 'trash'. Aquí no te esperes unos cuadros dignos de la Academia de París: las pinturas son tan 'kitsch' que parecen robadas del piso de Carmen de Mairena.

La siguiente parada es en la Barceloneta. Sobre un lateral del restaurante Pez Gordo del mar (Pescadors, 87), se alza un mural que le encantaría a Karina: una pared monocromática con decenas de objetos estampados que hace de baúl de los recuerdos del barrio, recogiendo desde chanclas y gafas de sol hasta estrellas de mar y vegetación costera, decenas de elementos que reflejan la identidad de la Barceloneta. 

La meca grafiti

También en primera línea de mar, cerca del Fòrum, está Play Barcelona (avenida Litoral, 115). Este espacio, impulsado por Nike, es un híbrido deportivo con más diversidad que un anuncio de Benetton. Cuenta con zonas polivalentes para animar a sus usuarios a probar distintas disciplinas deportivas. No es extraño venir a jugar a baloncesto y acabar uniéndose a una clase de baile. Pero si forma parte de esta ruta es por los murales que presiden su cancha. Hasta hace nada estaban decorados con 'stills' de Rosalía. A finales del año pasado fueron repintados con un 'collage' de motivos urbanos y deportivos igual de populares en las 'stories' barcelonesas. 

La última parada, en la Sagrera, es la Nau Bostik (Ferran Turné, 1-11), un antiguo recinto industrial reconvertido en un espacio de creación artística y cultural que se ha alzado como la meca del arte urbano. Las paredes que recubren el espacio están pintadas con motivos y figuras de varios artistas, un collage que va más allá del grafiti y sirve como la Rosetta del muralismo contemporáneo de Barcelona. ¿Quieres una excusa para visitarlos más allá del arte? Apúntate en la agenda que el fin de semana que viene acogen el Salón de Vinos Naturales de Barcelona. Arte y cata de vinos, plan ideal.

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