DE FIESTA POR EL MANCHESTER CATALÁN
Así es el nuevo Poblenou: tragos y bocados 'cool'
El distrito urbano más moderno y artístico renace constantemente gracias a bares y locales cargados de ambiente e imaginarios enriquecidos. Esta zona siempre está a la última
Albert Fernández
Hoy toca aventura. Te escucho tararear distraídamente la vieja canción de los Smiths: "Sácame esta noche, porque quiero ver gente y quiero ver vida". Oye, ¿hace cuánto que no sales por Poblenou? Porque sí: al hilo del título de aquella perla pop, te diré que en los confines que van de la Torre Glòries a la playa del Bogatell hay una luz que nunca se apaga. Hace tiempo que Poblenou no es una zona de fábricas aislada de la ciudad. Aquel barrio industrial ha devenido distrito urbano artístico y 'cool'. Más allá de sus oficinas tecnológicas, las modernas salas de exposición, esas estampas clásicas de la rambla y el mercado de Els Encants, o el icónico rascacielos diseñado por Jean Nouvel, el Manchester catalán se renueva constantemente gracias al afloramiento de locales con chispa. Resulta genial encontrar ambiente en todas sus calles, y que al tiempo no cueste conseguir mesa como en otros barrios. Vale, deja de darme con el codo. Ya salimos.
Copas y neones
Pongamos que quieres impresionar a una visita o una cita especial. Eliges empezar el 'tour' por la línea Maginot donde la Diagonal separa mundos. En lo que se tarda en decir Torre Glòries, habréis entrado en las faldas de The Hoxton, Poblenou (avenida de la Diagonal, 205), justo al lado. En los bajos del hotel puedes pasar una velada de lo más chic en la elegante pizzería Four Corners. Sirven unas curiosas porciones al estilo Detroit, con masa altísima y formas cuadradas. Lo mejor es su terraza o ese salón de luces tenues y muebles distinguidos. Además, organizan veladas musicales, como los 'Get funked' de los miércoles. Gozas con uno de sus vinos naturales mientras la tarde se deshilacha. Ya te has marcado un tanto.
Hip hop y cócteles espectaculares
Otras opción estilosa es emplatarse en Can Culleres (Bilbao, 79) y rematarlo en Balius Bar (Pujades, 196), una gastrococtelería retro y fascinante que se pone a reventar como el primer día. Pero si de verdad quieres volver la noche ingrávida, lo mejor es dejarse llevar por los neones de Trash Talk (Pere IV, 244). A la vera de la fenomenal Sala Beckett, este local tiene como pilares los sonidos hip hop y unos cócteles espectaculares, además de gloriosos platos de comida urbana internacional. Es el sitio favoritísimo del moderneo del barrio. Su coqueta terraza de madera y los taburetes a ambos lados de la ventana atraen de primeras.
Dentro, te invade el compás juguetón de la música y empieza el desfile de imaginería popular: The Notorious B.I.G. te saluda con colores chillones en la entrada. Los camareros llevan gorra como 'outfit' irrenunciable. Sobre una mesa ves a Woody de 'Toy Story' entregado al whisky. Pepe rapea algunos versos mientras sacude la coctelera. La selección músical es finísima. Los referentes cinematográficos continúan en los carteles que anuncian sus 'afterworks' 2x1 y en la barra donde pende la sierra de 'La Matanza de Texas', y lucen retratos de infinidad de celebridades, desde Raffaella Carrà a Catwoman. Trash Talk mola mucho, y sus fundadores, Pepe, Pablo, Martín y Juan, están eufóricos: el sábado 19 de noviembre celebran su primer aniversario por todo lo alto.
Aires ochenteros
La opción más sexi es tomar otra en Trikini (Pujades, 226), un local de aires ochenteros que fantasea con el verano eterno. Su receta de Martinis y bikinis, esa carta de 'street fusion', más la ambientación de crucero tropical, con toallas y bañadores rematando un salón de bambú y cristal, son todo un viaje. La nostalgia del 'star system' español y ese sótano que recrea una piscina de reflejos noctámbulos lo convierten en un paraíso ideal para los amantes de la verbena sin fin: dj's los fines de semana, acústicos los domingos, cocina abierta hasta la madrugada y oleadas de buen rollo.
Si la noche desemboca en la terraza diáfana de Local 225 (Doctor Trueta, 225), todo irá bien. Este bar de barrio con un toque canalla transmite buenas vibras. Las figuras se recortan sobre las mesas con el fondo de grandes portalones del bar. Dan ganas de llenar un lienzo con la estampa. Este garito 'hand made' resulta ideal para empezar el día con el vermut en su generosa plaza o sedimentar la jornada a base de tapas, cócteles y música.
Al otro lado del barrio, Cacho (Llull, 27) ofrece similar versatilidad: puedes gozar al sol con una espectacular 'cheese burger' o, tal como hacen los chavales pudientes que se arremolinan en su privilegiada esquina, apurar la última antes de entrar al Razzmatazz o la sala WOLF.
De día y de noche, Poblenou siempre renace.
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