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Estrenan 'Hysterical', el espectáculo de un mago que transforma casi cualquier cosa en ansiedad

La actualidad del mañana de Barcelona

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Caminar por el carril bici

Llevaba años yendo en bici hasta que un día me la dejé en casa y me di cuenta de que la actividad es mucho más trepidante si se circula a pie por el mismo carril donde antes de pedaleaba. Esquivar a las bicis, que se acercan por delante y por detrás, y encajar los insultos como golpes de boxeo son disparadores de la adrenalina. Cien por cien recomendable.

Café El Picotazo

¿Sabéis las cafeterías donde puedes ir a acariciar gatos? Vas allí, juegas con ellos, los acaricias, te relajas… Pues han abierto un local de estos pero en vez de con gatos, con avispas. El negocio acaba de empezar así que no hay mucha clientela todavía, pero parece muy prometedor porque es una idea súper original. ¿Quieres ir a jugar con avispas o a acariciar avispas o a que las avispas se froten contra ti? Pues ya tienes un sitio. 

Espectáculo de magia 'Hysterical'

He visto a un mago que es capaz de transformarlo todo en ansiedad. Su primer truco es decir "y ahora necesito a alguien del público". PUM, ansiedad. Luego, cuando ya has subido al escenario te pregunta “¿sabrás hacerlo bien?, ¿estarás a la altura?”. ¡PUM! ¡Más ansiedad surgida de la nada! Su número final consiste en hacer sonar los teléfonos de medio auditorio, momento en el que todos los miembros del público creen que debe de haber ocurrido algo gravísimo. Como número final, el mago te recuerda que mañana es día laborable.   

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Dicen que si activas esta newsletter delante de un espejo a medianoche, se te aparece Pocholo y te lleva de fiesta. Ana Sánchez te descubre cada semana los planes más originales de Barcelona.

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Rubén

Bueno, lo he probado esta semana: todos mis amigos han quedado conmigo con el único objetivo de decirme “te lo dije”. ¡Qué experiencia tan desagradable! “Tendrías que haberme hecho caso”, “no quisiste escuchar…”. Una humillación y una tortura. Y mi amigo Rubén ha sido el peor de todos, porque me lo ha dicho varias veces y encima riéndose. No se me ocurre peor opción de ocio en la ciudad. Un semáforo rojo para él, una vez más. 

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