compras 'retro'

9 tiendas 'vintage' de Barcelona para hacer un safari al pasado

Esta es una ruta para cotillas, buscadores de bagatelas, verdaderos coleccionistas y todo aquel que escuche el canto de Gizmo desde el fondo de cada caja de madera tallada

Petits Encants Francesc Raich, en el Born.

Petits Encants Francesc Raich, en el Born. / periodico

Albert Fernández

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El encanto de esas tiendas donde se concentran mil y un objetos de colección y rarezas antepasadas seduce al más distraído. Barcelona propone aventuras exóticas y viajes en el tiempo a través de multitud de anticuarios y viejos almacenes donde se mezcla lo curioso con lo insólito.   

1. Petits Encants Francesc Raich

1. Petits Encants Francesc RaichBasses de Sant Pere, 24

Siendo todavía un chaval, Francesc Raich se compró un reloj de bolsillo con el primer sueldo que ganó. Todavía lo conserva. A partir de ese momento nació una filia por los objetos con historia que pronto le llevó a dejar atrás sus estudios de agricultura para abrir una de las tiendas más bellas y emocionantes de la ciudad. Sin apenas proponérselo, acudiendo primero  a subastas, después vaciando pisos, y también recogiendo los objetos que le da la gente que pasa, sus Petits Encants se han hecho gigantes e insondables. 

Mires donde mires, hay más de lo que puede retener la mirada: instrumentos musicales clásicos, tocadiscos, tarjetas de felicitación más viejas que Matusalén, cascos de la guerra civil, cocteleras, muñecas... En su taller, escaleras arriba, Francesc arregla  relojes, gramolas, acordeones y lo que le echen. En su refugio para melancólicos se han rodado vídeos, películas y  anuncios. Si le pides que destaque un objeto, se queda con una sencilla placa de metal, sucia y abollada por marcas de perdigón, que encontró en una granja hace 30 años. El letrero reza: ‘Trabajar y sonreír es mejor’. Curiosamente, el señor Raich sonríe de lado a lado cuando me confiesa que no se la vendería a nadie. Tampoco su viejo reloj, claro.  


2. Columpiu

2. ColumpiuBailèn, 147 / Casanova, 159

La visita a Columpiu es un safari al pasado en toda regla. Una excursión por otras épocas en la que toca levantar constantemente la cabeza a ambos lados para no perderse nada. No sería raro darse de morros con Indiana Jones mientras atravesamos esos pasillos abigarrados, con toda clase de reliquias elevándose desde el suelo hasta el techo: vitrinas, alfombras, balanzas, cómodas, marcos, billares, radios, bustos. De todo.

Ahora me cuenta Joan d’Olot, el propietario, cuando pasea con su mujer esta le estira del brazo si ven un mueble abandonado. Pero en su época ya se lo habría llevado a casa a la primera de cambio. Desde que llenó de cosas ‘retro’ y pop su primera tienda en la calle del Rec Comtal, allá por el 2003, Joan ha visto cómo se devaluaban los precios de muebles de caoba buena, se extendían las modas escandinavas y se imponían las historias de Instagram para vender cada objeto. En parte por eso en pocas semanas cierra la tienda de Bailèn, que estos días tiene precios con descuento, y traslada todo su fondo a la de la calle de Casanova. Sea como sea, proseguirá ese viaje de admiración de los que valoran lo que otros tiran. 

columpiu.wordpress.com


3. Tot 2ª Mà

3. Tot 2ª MàTorrent de l’Olla, 95

Según entras, ves al fondo un cliente habitual rebuscando entre cajas de viejas fotos. Atraviesas con cuidado las estrecheces que dejan los muebles y objetos de otras vidas, y te das cuenta de que esta tienda está hecha de recuerdos. Aquí tanto el curioso casual como el avezado coleccionista entra en un mismo trance de pupilas dilatadas entre las filas de teléfonos de baquelita, góndolas, tocadiscos, vinilos, lámparas, figuras y viejos tebeos de Novaro y Vértice. 

Entre la colección de nostalgias que maneja el propietario, Francesc Santiago, también encontramos esos días lejanos en que su abuelo ya compraba antigüedades de la época, cajoneras, cubiertos de plata y tallas de madera; o cuando su madre decidió volver a abrir el viejo almacén del abuelo. Desde el 2014 es Francesc quien acumula curiosidades ‘‘vintage’’ en su local de Torrent de l’Olla, encantado desde siempre por el olor a mueble viejo, y orgulloso de ítems como las esculturas de Clodion y Goldscheider, sus antiguos tarros de farmacia o una pieza tan única como un estereoscopio del siglo XIX. Mientras sus clientes curiosean entre juguetes viejos, estampas de vírgenes o colecciones de cromos, él sabe que lo que en realidad buscan es algo que les devuelva a su infancia.  

tot2ma.com 


4. Fusta’m

4. Fusta’m Joaquín Costa, 62

La armonía que nos invade solo con contemplar el escaparate de Fusta’m es incomparable. Justo después, bocas abiertas al acceder a un espacio que fascinaría a Stanley Kubrick. Podemos contemplar con detenimiento muebles, lámparas y cerámicas de los años 50, 60 y 70 tan bien dispuestos y de tanta belleza que dan ganas de formar una familia ‘ipso facto’. 

Igual de acogedor es el entusiasmo de la responsable del local, Lídia. Su discurso es genuino y contagioso. Primero aclara la naturaleza doble de su proyecto, que además de la tienda cuenta con un taller especializado en restauración, diseño de interior y carpintería. Después insiste en que, más allá de la eterna vuelta de la estética ‘vintage’, lo importante es la cultura del reaprovechamiento sostenible, y habla de la necesidad de atender a lo local. 

Donde otros buscan solo iluminaciones danesas e interiorismo nórdico, ella reivindica, por ejemplo, los diseños de lámparas de Josep Maria Magem y las cerámicas únicas de Níjar, en Almería. El suyo es un refugio de lo auténtico, para amantes de los objetos de otros tiempos.

www.fustam.cat


5. L’Encant de Gràcia

5. L’Encant de GràciaAstúries, 44

Las señoras que trabajan en L’Encant de Gràcia tienen por costumbre comentar entre ellas cualquier consulta que se les haga, y en medio de esa cadena de transmisión sensacional te sientes en casa ya de primeras. 

Esta tienda de venta de artículos de segunda mano abrió hace más de 20 años en una de las calles más concurridas de Gràcia, pero sus nobles intenciones datan de muchos antes. El local pertenece a la Fundación ACIS, una institución sin ánimo de lucro que fue creada en 1962 con fines educativos y como respuesta a diversas necesidades culturales y sociales. El personal de la tienda trabaja allí desinteresadamente, y los beneficios se destinan a guarderías, escuelas, centros de jóvenes y espacios culturales. 

Sus veteranas voluntarias se aplican con un primor excepcional en clasificar y ordenar las legiones de telas, vajillas, cerámicas, abanicos, juguetes, miniaturas e incluso sillas de hace tres siglos y antiguas herramientas de campo. Y tú puedes perderte en esa ‘melange’ sensacional y llevarte a casa alguna perla, más cierta satisfacción altruista.

encantdegracia.com


6 . Wunderkammer Barcelona

6 . Wunderkammer BarcelonaFrancisco Giner, 8

Este es un local con un ‘feng shui’ muy especial. Pisas el mullido suelo de Wunderkammer, escuchas la música étnica y te entra un ‘chill’ bueno, bueno, que acompaña un paseo de asombro en asombro entre muebles de teca natural, vajillas de época, cuencos de mármol y granito, telas decorativas, antiguos brazaletes, figuras decorativas y lupas de mano en latón. 

Su propietario, Federico, frecuenta algunos mercados de Francia para escoger algunas de sus piezas; pero sobre todo mantiene un estrecho vínculo con el imaginario de la India, país que visita varias veces al año, y donde consigue de primera mano verdaderas proezas para su colección de antigüedades. Además, aquí cuentan con una serie de cristalería de elaboración propia que replica antiguos modelos. No es difícil imaginar a Mina Murray bebiendo absenta junto a Drácula en una de sus copas de cristal tallado a mano. Tú también podrás decir: "He cruzado océanos de tiempo para encontrarte".

www.wunderkammerbarcelona.com  


7. Antique Boutique

7. Antique BoutiqueSèneca, 16

Lo veo. Ahí está, refulgiendo junto a la puerta, una barra de bar de los 70 con neones rojos. Y dando giros alrededor suyo visualizo perfectamente a Tony Manero en pleno frenesí bailongo. Dentro encuentras aún más animación: un sillón de bambú y mimbre inspirado en la famosa película ‘Emmanuelle’, fotos de gente en piscinas, sofás de guateque… 

Cuando abrió Antique Boutique, Sonia Pérez-Català pensó que, como a ella, a mucha gente le gustaría comprar antigüedades ‘vintage’, objetos peculiares y únicos, huyendo de la estandarización de los catálogos de muebles. Y también encontrar todo eso en una tienda informal, con un desorden estudiado, sin la seriedad del anticuario, con música alta y aire desinhibido. De ahí que lo mismo puedan tener el cartel de un sex shop que un cuadro de la Virgen de la Concepción, aquel rótulo de Cinzano que estaba en una famosa plaza de Barcelona, o el mostrador de una antigua droguería de Gràcia. Además de una colección propia con reminiscencias retro. Diez años después, el espíritu sigue siendo igual de espontáneo y vivaz. En Antique Boutique te entran ganas de bailar y de llevártelo todo. 


8. Barcelona Vintage

8. Barcelona Vintage Peu de la Creu, 16 bis

Escribo esto bajo la tenue luz que me ofrece un globo terráqueo de esos ‘oldies’ con iluminación, que llegó a mi escritorio hace dos años, precisamente salido de Barcelona Vintage. Pocos meses antes, Tomás, con la ayuda de Eduardo, había levantado por primera vez la persiana de esta elegante tienda ubicada en una esquina del Raval. La impronta fascinante del local se basa en su especialidad, los artículos alemanes de los años 50 y 60, especialmente porcelanas, cristalería y artículos de bar. 

El recorrido atento por sus vitrinas nos arranca aulliditos de emoción, porque el gusto y la calidad de cada objeto son excelentes. Mira, también hay tríos, esos juegos de té ingleses, además de copas individuales y platos de postre sueltos, preciosos y a muy buen precio. Si no puedes acercarte hoy, vete echando un vistazo a su Instagram. Vas a ver cuántos flechazos. 

www.barcelonavintage.es


9. Gotham

9. Gotham Lleó, 28

En los bajos fondos de la ciudad, Bruce Wayne busca una lámpara ‘retro’ que encaje en la Batcueva. No te emociones, eso solo pasa de noche. Si vas de día a Gotham, no te encontrarás con el bueno de Batman, pero sí a otro héroe: el propietario de esta tienda. El donostiarra Chema lleva aguantando las puertas de su local abiertas desde 1994, cuando se dio cuenta de que ya no le cabían tantas cosas en su casa. La capacidad de evocación de su pequeño rincón en el Raval se basa en el atractivo de sus lámparas de los años 60, antiguos carteles y percheros, casas de muñecas ‘sixties’ y los muebles ‘vintage’ que antiguamente arreglaba y pintaba con geometrías coloridas. Por desgracia, el gótico y lo romántico no siempre prosperan. Chema está a punto de cerrar Gotham de una vez por todas, para dedicarse exclusivamente a la venta por internet. Así que no pierdas la oportunidad de visitarle y conseguir algo de rebajas. 

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