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Sant Felip Neri, la plaza "llena de vida"

La experta en tratamientos faciales terapéuticos Mariona Vilanova, que atiende a muchos rostros conocidos del mundo del espectáculo, se sorprende de haber descubierto este "cubículo" del Gòtic a sus amigos barceloneses

Sant Felip Neri, la plaza "llena de vida"

Sant Felip Neri, la plaza "llena de vida" / periodico

Laia Zieger

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"Cuando me instalé en Barcelona, un amigo me descubrió la plaza de Sant Felip Neri. Nada más llegar, me impactó muchísimo", recuerda Mariona Vilanova (Banyoles, 1978), experta en tratamientos faciales terapéuticos e inventora de un ritual de masaje que tiene como clientes a rostros conocidos del mundo del espectáculo porque, dicen, crea adicción. Describe este espacio como "un cubículo en pleno corazón del barrio Gòtic al que se llega recorriendo callejuelas de otras épocas, a veces perdiéndose por ellas".

Vilanova lo percibe como un lugar como ningún otro, a la vez romántico, doloroso, decadente y apacible. "Es una plaza que siempre está preciosa, pero con más magia cuando está solitaria, y que gana más con la luz de otoño", cuando las hojas de las tipuanas que se erigen en el centro adoptan tonalidades anaranjadas, amarillentas y marronosas, y empiezan a caer confiriendo un aura bucólica a este emplazamiento.

Sabe que la plaza de Sant Felip Neri nunca deja indiferente, y por eso confiesa que es el lugar al que lleva a quienes van a dar una vuelta por Barcelona con ella. "Lo que más me sorprende es que he descubierto este rincón a mucha gente que vive en Barcelona y que jamás lo había visitado", comenta. Y eso que este sitio es uno de los lugares recomendados en todas las guías internacionales.

El resurgir de una plaza

Pero si algo fascina a Mariona Vilanova de esta plaza de Barcelona es su capacidad para renovarse. "Durante la guerra civil, aquí mataron a decenas de niños en un bombardeo y, sin embargo, volvió a haber en la misma ubicación una escuela. En las paredes quedan marcas del trágico suceso, pero hoy en día es un rincón que está lleno de vida, de felicidad, porque lo visitan personas que vienen a disfrutar de Barcelona. Ha resurgido, pero sin olvidar su pasado, del que son testigos sus muros". Toda una alegoría de la vida.