EL MUSEO IMAGINARIO

Una "historia romántica" con el Liceu

Al restaurador Juan Molina-Martell (Grupo Nomo) le apasiona la ópera desde niño. Es abonado al coliseo desde los 18 años y, ahora, con 32, lidera la activa Lliga Jove del Cercle del Liceu

Juan Molina-Martell, en el Liceu

Juan Molina-Martell, en el Liceu / periodico

Ferran Imedio

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Juan Molina-Martell habla en el escenario de sus sueños: el Liceu. No lo pisó hasta que tenía 13 años, en la primera jornada de puertas abiertas tras el incendio que lo destruyó. "Me en-can-tó", recuerda con la misma emoción que sintió entonces. Su "romántica historia" con el coliseo parecía programada: iba a clase de piano y en casa siempre había escuchado sinfónica y ópera porque sus abuelos, con asientos en el coliseo de la Rambla y en el Palau de la Música, le inculcaron el amor por esta música y el Liceu, que casi se tornó en obsesión. "Tenía pósteres en la habitación", confiesa.

Para su mayoría de edad, pidió un abono anual como regalo. "Luego me hice socio del Cercle del Liceu, club social que tiene la cultura como punto de encuentro". Y, hace tres años, le propusieron formar un comité de jóvenes que acabó convirtiéndose en la Lliga Jove del Cercle del Liceu para revitalizar la institución. Lo están logrando.

FIESTA DE INAUGURACIÓN DE LA TEMPORADA

El empresario, socio de Grupo Nomo, que fundó su hermano Borja y que ahora codirige junto a él, su hermana Alexandra, su cuñado Ramón Jiménez y el chef ejecutivo Naoyuki Haginoya, explica todo esto en el Liceu mientras ultima con sus compañeros de la Lliga Jove la inauguración de la temporada para jóvenes como él, que tiene 32 años. 

"Somos menores de 40 que montamos una actividad cultural al mes enfocada a los jóvenes", resume. La inauguración de la temporada, por ejemplo, consistió en un cóctel-cena precedido de un recital con los cantantes y los 90 espectadores sentados en el mismo escenario, con la platea de fondo. Espectacular.

CENAS GIN & BURGER

Hay más actividades que organizan él (codirector de tres restaurantes en Barcelona y tres en la Costa Brava, cinco de ellos japoneses, además de un servicio de comida nipona a domicilio) y sus compañeros del Cercle, que se arremangan para escribir y enviar invitaciones o montar y desmontar las mesas del Gin & Burger, una cena informal con algún personaje destacado, como el chef Raül Balam o algún directivo del Barça. También acogen recitales de talentos emergentes y viajan a otras óperas europeas.