CIUDAD ON

Cómete un cuadro en una galería

¿El arte te parece tan difícil de entender como el whatsapp de un millennial? Eat.Art te lo sirve en bandeja: organiza cenas con platos inspirados en lienzos

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Ana Sánchez

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Según llegan los platos a la mesa, todos los comensales desenfundan el móvil a velocidad de 'cowboy'. Lo habitual desde que se puede dar envidia cochina al por mayor vía Instagram. Aquí el impulso foodie está justificado. Estás cenando en una galería de arte. El menú ya incluye que la comida te dejará a cuadros. Literalmente. Cada plato está inspirado en una obra. Sí, sí, el arte puede llenar el estómago. No hay más que ver al hijo de la baronesa Thyssen.

Eat.Art: es una nueva experiencia gastro para comer con los ojos y aprender de arte con el estómago. Te lo sirven en bandeja: el menú detalla los ingredientes de cada plato, foto del cuadro inspirador y biografía del artista. El apetito artístico se abre con un tour de hora y media para conocer la obra de los artistas que te vas a comer. “Lo que nosotros intentamos no es alimentar tu móvil, sino tu alma”, promete Rish.

Hace casi un año que Rish Loiha montó la empresa de cátering Delhicioso!  Katrina Affleck –no, no es familia de Ben, puntualiza- fundó hace medio año Artspace Tours, una plataforma online donde reservar rutas artísticas. A los dos amigos se les iluminó un día la bombilla: “A mí me gusta el arte; a ti, la comida. ¿Hacemos platos?”. Se estrenaron en septiembre pasado.  

Galería Cage (calle d’En Cortines, 23). La mesa con mantel está instalada frente a un mural inmenso del artista urbano Jupiterfab. Así que, entre plato y plato, puedes reflexionar sobre la sociedad moderna. Abres el menú y lees “Dalí” junto a “aperitivo”. Los ingredientes se detallan junto a una foto de la obra 'El momento sublime': dos huevos fritos surrealistas con auricular roto y caracol. El caracol lo han reinterpretado con un par de mejillones, adelanta Kat. Por evitar muecas surrealistas.

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Llega a la mesa la versión gastro: “Huevos de codorniz con mostaza de hinojo, panceta crujiente, remolacha cruda, mejillones al vapor y gelatina de naranja con aceite de trufa”. Tardas casi tanto en leerlo como en comértelo. Lo remiras, lo fotografías, salivas por los ojos, lo pruebas por tanteo, como si estuvieras lamiendo un lienzo. Hay tanto contraste de sabores como de colores.  

A unos metros, Grace y Michael siguen emplatando cuadros. De primero: Miró. De segundo: Chillida. “Hemos conocido al artista de postre”, comenta Kat como si fuera Hannibal Lecter. El postre es obra de Irene García: un clon en formato 'brownie' de uno de los helados del grafitero Konair, con el que se han topado los comensales durante el tour. Así que ahora todos se sienten un poco caníbales. “El helado –explicó el artista- representa el cuerpo”.   

Eat.Art organizará otro evento público en un mes, aunque esperan que se consolide como “experiencia” privada. Cuesta 50 euros (cena en la galería Cage con 4 platos + vino + cava); 65 euros, con un tour de hora y media.     

“Después de comer –garantiza Rish-, seguro que la gente se acuerda del artista”. Ese es el objetivo: “Promocionar el arte en Barcelona –apunta Kat-. Tenemos tanto y es tan bueno. Y comer es algo que a todo el mundo le gusta”.