CIUDAD ON

Esta bicicleta te hace el café

Velopresso es una bici-cafetería que prepara 'espressos' a pedaladas. Solo hay 17 en el mundo. La única que rueda por España está en Barcelona

Ana Sánchez

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Una señora se para en seco por la calle, desenfunda el móvil en segundos a lo 'cowboy', va apretando el botón mientras pregunta «¿puedo?». Flas, flas, flas. Dispara una ráfaga de fotos con ansia de 'instagrammer', como si tuviera enfrente el plato de un 'foodie'. Es la segunda persona que se detiene en apenas 10 minutos. «Si cobrásemos por cada foto, seríamos ricos», asegura Miguel. Miguel y Núria son los dueños de este artilugio con efecto de 'photocall'. Es el único que existe en España. Solo hay 17 por el mundo. <strong>Velopresso</strong>, se llama. De lejos, parece un carrito de helados 'vintage' sacado de una peli americana. Hasta que uno se acerca y ve a Núria moliendo café a pedaladas. Sí, sí, es una bici que hace café.

«Todo lo del café lo descubrimos en Australia», resume este matrimonio. «Matrimonio cafetero», puntualizan ellos. Cuando no están subidos a su bici aromática, él es profesor de cafetería en la escuela de hostelería CETT; ella lleva la cafetería de <strong>The Bike Club</strong>. Hace solo dos años que volvieron de Australia. «Allí la cultura del café es como aquí la del vino», asegura Miguel. «El café es como una religión». Se hizo barista (profesional del café de calidad) y pasaron tres años. «Y un día surgió: ¿por qué no una cafetería en Barcelona con todo lo que sabemos?». Esa era la idea: unirse a las cafeterías de referencia que estaban apareciendo aquí, donde hacer un café empezaba a tener aire de sacrificio ritual (<strong>Satan's Coffee Corner</strong><strong>Nømad Coffee</strong>). «Buscando información de cafeteras, Miguel encontró una Velopresso en internet», añade Núria. Y cambiaron la pregunta retórica: «¿Por qué no en lugar de tener una cafetería y atraer a los clientes, vamos a buscarlos directamente?». Se fueron a Londres -«es el proyecto final de carrera de dos diseñadores industriales del Royal College of London»- y se trajeron esta bici-cafetería 'espresso'.

CAFÉ AMBULANTE CON ARTE 'LATTE'

Hace casi un año que Núria y Miguel se ganan el pan con el sudor del 'spinning': para hacer cada café, tienen que pedalear 5, 6 segundos. Así lo muelen. «A mí me ha hecho dejar de fumar», asegura Miguel. «Luego es como una cafetera normal: se prensa el café y se coloca en la cafetera -detalla el barista-. Lo que tiene de especial es que no está conectada a la electricidad. Va con gas. Llevamos una bombona de butano para calentar el agua». Pueden hacer 50, 60 cafés a la hora. «Hemos llegado a pasar 6 horas sin parar», detalla Núria.

<strong>The Milk & Coffee</strong>, han bautizado la empresa. «'On wheels'» (sobre ruedas), añade el logo. Ya han hecho una treintena de eventos, calculan: desde mercadillos orgánicos hasta los premios Gaudí. «Hemos estado hasta en un monasterio en lo alto de una montaña», apunta Núria. Es el único hueco legal donde pueden vender su café ambulante. «Sería maravilloso poder vender en la calle para vivir de lunes a viernes», lamenta Miguel.

Su café callejero incluye corazoncito cremoso de <strong>arte 'latte'</strong>. «Cuidamos mucho el café que utilizamos -promete el barista-. También usamos leche fresca [la bici tiene nevera] y agua de garrafa para que nos dé una buena crema». En total, 150 kilos con los depósitos llenos. Es decir: toda una etapa ciclista cuando tienen que llevarla a un evento. Velocidad de crucero: 15 km/h. Es fácil de reconocer: suele llevar pegado detrás un cafetero con mono: «¡Paraaa!, ¡paraaaa!, ¡un caféééé!».