CIUDAD ON

¿Quieres ser neurofeliz?

Hace años que el 'mindfulness' es un mandamiento básico para tener un aura decente. Esta meditación exprés ahora se practica con realidad virtual

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Ana Sánchez

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Según el famosímetro universal -teclear en Google-, no saber qué es <strong>mindfulness </strong>vendría a ser como preguntar qué les ha pasado a <strong>Brad Pitt</strong> y <strong>Angelina Jolie</strong>. Hace años que es la técnica antiestrés de las 'celebrities'. Uno de los mandamientos para tener un aura decente. Hay quien lo llama «budismo para no budistas», incluso «McMeditación». Un estado zen 'mainstream' que entra en fase 2: lo que se busca en masa ahora es la «neurofelicidad».

«¿Ves la ballena?». Ariadna lo pregunta con la naturalidad con la que lo soltaría <strong>Nemo</strong>, aunque esté entre cuatro paredes. «¿Ves la ballena?». Habla con tono calmante, como si su voz tuviera efectos de trankimazín. ¿Una ballena? Rastreas el despacho con los ojos bien abiertos: ves una medusa, una tortuga, ahora pasa un delfín, y, ah, pues sí, una ballena coletea a lo lejos.

«El futuro es esto». Ariadna señala las gafas que apuntan a este fondo del mar formato Disney. Es una de las pocas psicólogas que ofrece en Barcelona 'mindfulness' con realidad virtual. Eso que han bautizado como «neurofelicidad». «Estimulamos a nivel neuronal a través del campo visual -dice-. Todas las imágenes son positivas».

TERAPIAS DE TERCERA GENERACIÓN

Ariadna Torres es «especialista en terapias de tercera generación». «Aquí entra el 'mindfulness', la realidad virtual, terapias de aceptación… Porque tienes que aceptar quién eres en el presente». El estribillo de esta meditación: «Conciencia plena». «Trabajar la aceptación del ahora. Ahora estamos aquí tú y yo, pero tú estarás pensando: 'Tengo que ir al súper'». Se llama «mente de mono»: salta de un pensamiento a otro. Del súper a las terceras elecciones, a las tarjetas 'black'. Dios, ¿me habré dejado el gas abierto?

¿La ventaja de la realidad virtual? Se cambia el «imagina que estás en una playa» por «mira la playa». «Y no te permito que la mente mono vaya saltando -añade-. Te fuerzo a que tu atención esté centrada en este entorno».

Ariadna utiliza entornos virtuales creados por <strong>Psious</strong>, una compañía que nació en Barcelona: bajo el mar («relajación pura y dura»), una isla («para aceptar lo que queda pendiente»), un campo («el paseo consciente»). Ariadna clica sobre el «paseo consciente» y la consulta se transforma tras las gafas en un camino con horizonte verde. No dirías que estás nervioso, pero según los electrodos que tienes en los dedos alcanzas una ansiedad de 9 sobre 10. Tardas en moverte. Te impacientas. «Es para aprender a pararnos», justifica la psicóloga. Parece que maniobra tu cabeza como una de las emociones con patas de la peli '<strong>Del revés</strong>'.

Intentas tocar todo lo que ves. «Estamos trabajando para que te pongas un guante y puedas coger cosas». Te paras frente a un árbol, miras caer las hojas una a una. «Son ejercicios que puedes hacer en tu día a día -explicará luego-. Si tu mente está agobiada con pensamientos, haces lo de las hojas y te imaginas que cada pensamiento va cayendo».

¿Y fueron neurofelices? Al menos todo el que viene sonríe ya antes de comenzar la sesión. Lo primero que dicen al ver las gafas: «Hazme una foto».