HECHO EN CASA
Recetas para la resistencia: conejo con sepia y tomate (y poliamor)
Platos sencillos, sabrosos y eficaces para hacer más llevadero el confinamiento
Pau Arenós
Coordinador del canal Cata Mayor
Periodista y escritor, con 17 libros publicados, entre ellos, novelas y cuentos, y media docena de premios, como el Nacional de Gastronomía. Ha estado al cargo de las revistas 'Dominical' y 'On Barcelona' y ha dirigido series de vídeorecetas y 'vídeopodcast'. Entre las últimas publicaciones, 'Nadar con atunes y otras aventuras gastronómicas que no siempre salen bien' y el recetario 'Cocina en casa'.
PAU ARENÓS
QUÉ
Conejo troceado
Sepia
[o calamar]
Tomate troceado
[de conserva o fresco en temporada]
Cebolla
Tomillo
[o romero o mejorana]
Agua
Aceite
Sal
Pimienta
CÓMO
Para el conejo: en una cazuela con aceite, dorar el conejo salpimentado. Añadir un par de ramas de tomillo fresco (y si es seco, pues que sea seco). Que quede un bonito color de piel –del tono de un verano en Mallorca–. Sacar y reservar.
Para la cebolla, la sepia y el tomate: pasa la cebolla en juliana por la grasa que ha dejado el conejo. Corta la sepia en pedazos regulares y rehógala con cierta rapidez con la cebolla. Salpimienta. Las ramas de tomillo siguen en el recipiente, inyectando chispa. El turno del tomate. Si es de conserva, ya sabes: abrefácil. Si es fresco, córtalo a trozos con cuidado para conservar el agua de las vegetaciones. También puedes rallarlo. Venga, a la cazuela. Cocinar hasta que se integre todo.
Devuelve el conejo al lío. Cubre con agua. Tapa la cazuela. Lee, haz gimnasia, limpia los cristales, medita, mira una serie, ayuda a tus hijos con los deberes, tricota, mete barquitos en una botella, escribe tus memorias, canta, dúchate (y canta), bebe una copa de vino, salta a la comba, recupera el Scalextric, grítale a las palomas, pero pasa un rato del coronavirus. Es el momento de la desconexión.
Cuando la sepia esté tierna, seguro que el conejo se encontrará en su punto. A lo mejor a la mitad te has dado cuenta de que hay poco líquido. No pasa nada: añade agua. Deja que se evapora al máximo y que lo que quede sea una salsa.
Emplatado: en plato grande, depositar el conejo y la sepia y cubrir con la salsa. Unas hojitas de tomillo fresco le irían de maravilla.
POR QUÉ
Es un guiso, un mar y montaña de ingredientes que normalmente no viajan juntos. Y resulta que el conejo y la sepia son buenos amigos. A la cocina hay que aplicar una lógica muy básica y atreverse a jugar. Sabemos de la alianza del pollo y la gamba o la langosta. Demos, entonces, la oportunidad a que otros ‘singles’ se relacionen. La cocina es como una aplicación para ligar a lo bestia. En realidad se trata de un trío: sin el tomate no habría amor.
La base del guiso es la paciencia. Hay que dar una oportunidad al poliamor de la sepia, el conejo y el tomate. Mira, aquí llega, celoso, el tomillo.
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