30 años de Sónar

El director artístico disecciona sus campañas más provocadoras

Por Juan Manuel Freire

Sergio Caballero, codirector de Sónar con Enric Palau y Ricard Robles, recuerda los inicios del festival con un punto de descreimiento: “Cuando nos pusimos a ello, Enric y yo éramos músicos y Ricard era periodista. No habíamos organizado un concierto en nuestra vida, así que imagínese lo que fue ponerse con un festival. Son esas cosas que haces de valiente cuando eres joven”.

Antes incluso de aquello, Caballero había mostrado ya arrojo en las acciones del grupo de arte total Los Rinos, que compartió con Marcel.lí Antúnez Roca, cofundador de La Fura Dels Baus, y el pintor Pau Nubiola. El afán provocador de la formación sigue vivo, en cierto modo, en las campañas gráficas de Caballero para Sónar, casi tan esperadas año tras año como el anuncio de los artistas que conforman el cartel. En ellas explora todo lo que le gusta: humor absurdo, personajes extraños, mundos ocultos detrás de la cotidianidad y visiones que escapan a la comprensión, todo ello capturado en bellos encuadres pictóricos. Aprovechamos el 30º aniversario del festival para hacer un repaso de grandes éxitos de una imaginación desatada.

Por Juan Manuel Freire

Sergio Caballero, codirector de Sónar con Enric Palau y Ricard Robles, recuerda los inicios del festival con un punto de descreimiento: "Cuando nos pusimos a ello, Enric y yo éramos músicos y Ricard era periodista. No habíamos organizado un concierto en nuestra vida, así que imagínese lo que fue ponerse con un festival. Son esas cosas que haces de valiente cuando eres joven".

Antes incluso de aquello, Caballero había mostrado ya arrojo en las acciones del grupo de arte total Los Rinos, que compartió con Marcel·lí Antúnez Roca, cofundador de La Fura Dels Baus, y el pintor Pau Nubiola. El afán provocador de la formación sigue vivo, en cierto modo, en las campañas gráficas de Caballero para Sónar, casi tan esperadas año tras año como el anuncio de los artistas que conforman el cartel.

En ellas explora todo lo que le gusta: humor absurdo, personajes extraños, mundos ocultos detrás de la cotidianidad y visiones que escapan a la comprensión, todo ello capturado en bellos encuadres pictóricos.

Aprovechamos el 30º aniversario del festival para hacer un repaso con el propio Caballero de grandes éxitos de una imaginación desatada.

Los padres

Tras algunas campañas funcionales con la estética techno que tocaba, Sónar empezó a jugar realmente con su imagen en 1997, cuando Caballero planteó la posibilidad de huir lejos, muy lejos de clichés pixelados.

"Decidimos trabajar con nuestros padres y darles el protagonismo, los cinco minutos de fama que van a tener en su vida, como diría Warhol", recuerda. Jubilados fotografiados en una Costa Brava fuera de temporada: nada que ver con un festival de música moderna y, por tanto, todo lo que Caballero quería.

Las brasileñas

En un juego risueño con el contraste, mujeres vestidas para el carnaval de Río posaban sobre fondos nevados de los Pastorets. "Me gustaba esta exuberancia festiva mezclada con esta pátina catalana carrinclona", apunta Caballero.

Las bailarinas se convirtieron, después, en parte del propio festival: “Aparecieron cuando Jeff Mills pinchó ‘The bells’. Después se acabaron recorriendo media España porque un montón de discotecas de techno querían a ‘las brasileñas del Sónar’”.

El perro embalsamado

Embalsamado y sobre ruedas, para ser precisos, y posando en ambientes de revista '¡Hola!'. Caballero siente predilección por las naturalezas muertas en su más variada expresión: “Siempre me han gustado las naturalezas muertas y las veo y detecto constantemente".

"Quizás es porque estuve trabajando tres años de carnicero durante mi juventud. Un día me compré un encendedor de bronce que era un perro que echaba fuego por la boca; de allí salió la imagen de ese año", rememora.

Las gemelas con poderes paranormales

Un par con el poder de no respirar y otras dos, aún más emblemáticas, con melena lacia y falda florida, que hacían levitar objetos. "Nos quedamos con esas dos chicas [las hermanas Natalia y Meritxell de La Garriga] porque se metieron muy bien en esos personajes con punto oscuro.

"Cuando montamos una carpa en el CCCB para que la gente se hiciera fotos con ellas, teníamos que decirles que estaba permitido sonreír. ¡Estaban muy metidas en su papel!".

Para la campaña de 2015, las casaron con otro par de gemelos, y los invitados fueron otras 16 parejas de gemelos.

Maradona

En el año del mundial, en Sónar decidieron tirar de un icono preexistente. Complicado icono. “Cuando pusimos a Maradona, fue un acto de rebeldía. Hablábamos de un jugador que era todo un antihéroe popular y muy vinculado a la ciudad de Barcelona y a su noche".

"Tenía muy claro que molestaría a muchas personas”. ¿Le gustaba la electrónica al Pelusa? "Le gustaba porque iba bastante de discotecas". Pero, ¿compraba maxis? "No, no creo".

La Pajarraca y amigos

La fauna de esta campaña, supuestamente procedente de un laboratorio chino donde se están creando nuevos animales de compañía, dejó su huella en el imaginario mainstream.

Un bicho en particular: La Pajarraca (el mismo Caballero con algo de plumaje), llegó a presentarse como candidata para representar a España en Eurovisión. "Recuerdo estar ahí con cuarenta y pico de años, vestido de Pajarraca, esperando para salir en directo con Raffaella Carrá en TVE… Y pensando ‘¿qué hago yo aquí?’ Pero fue divertido".

Los fantasmas de "Finisterrae"

Ya en la campaña de los padres asomaban los paisajes lentos, marca Tarkovski o Béla Tarr, después explorados por Caballero en "Finisterrae" o "La distancia", sus dos largometrajes desdoblados en campañas para Sónar. El primero de ellos premiado en el Festival de Cine de Rotterdam.

La sinergia es insólita: películas del circuito de arte y ensayo que son, a la vez, herramienta promocional para un evento multitudinario. "Siempre he creído que es interesante utilizar un festival por el que pasa mucha gente para enseñar una imaginería totalmente diferente. Todos los festivales están haciendo la misma gráfica que el cartel de Coachella".

El parque infantil para gatos

Una de las campañas más sencillas es también una de las más extrañamente mágicas. Su autor se limitó a mezclar un par de cosas por entonces en auge: los gatos, reyes de Internet, y el mundo de los drones.

El casting fue rápido: "Teníamos a una chica en recepción que era muy simpática, una chica rusa, y le dije si quería salir en la campaña del festival. Montamos esta especie de circo raro, rodamos cuatro o cinco días y de ahí sacamos las imágenes. Yo trabajo sobre todo desde la intuición".

La trituradora de objetos de oro

Antes de que la visión ecologista fuera una norma impuesta por la emergencia más palmaria, Sónar ya propuso una campaña de rechazo a la apoteosis consumista.

Seres frondosos y verdes trituraban objetos de oro, "un ordenador antiguo, teclados que no funcionaban, libros", recuerda Caballero. Una visión con algo de homenaje a los mayores, otra vez: "Mi abuelo lo pintaba todo de nimio para que no se oxidara. Incluso la madera, aunque yo le recordara que no se oxida".

El impacto de la inteligencia artificial

Tenía que pasar y ha pasado: en el año de debate sobre la IA, Sónar se autohomenajea y mira hacia el futuro entregando las campañas de estos años a la nueva tecnología para que ofrezca su indescriptible visión. “Hemos hecho 29 entrenamientos [durante los que se generan multitud de imágenes prueba/error] y me he quedado siempre con errores, que me parecía lo interesante”.

El experimento se podrá admirar también en forma de videoinstalación de gran formato en Sónar de Día: “Processing… 30 years of Sónar” nos sumergirá en paisajes audiovisuales generados por la IA a partir de imágenes tan icónicas como las que hemos comentado.

Un reportaje de El Periódico

Textos: Juan Manuel Freire
Diseño: David Jiménez
Imágenes y vídeos: Sónar Festival
Coordinación: Rafa Julve