El 'boom' de las librerías de barrio

Después de la pandemia ha aflorado una constelación de pequeñas tiendas de libros por todo el país. Al frente de ellas hay una nueva generación de libreros que aprovechan el atractivo recuperado por la afición de leer en papel. Los libros se venden como nunca y las nuevas librerías se ofrecen como lugares de encuentro cultural para el vecindario

Textos:
Juan Fernández
Fotos:
Manu Mitru, Jordi Òtix, Juan Carlos Rojas, Oriol Clavera
y Silvia Sánchez Fernández
Infografías:
Ricard Gràcia y Ramon Curto

Alina Zarekaite no conoce a Laia Arce ni esta ha oído hablar jamás de David Becerra. Tampoco Lorena Gutiérrez sabe de la existencia de Carlota Gelonch ni en qué anda Álvaro Muñoz. Viven en ciudades y localidades distintas y distantes, pero si un día coincidieran en el mismo lugar, no tardarían en acabar hablando de esa gran pasión que llevaban años cultivando, los libros, y que acaban de convertir en profesión.

Sin saberlo ni pretenderlo, ponen rostros e historias a una de las noticias positivas que ha dejado como herencia la pandemia: la explosión de nuevas librerías de barrio que han aparecido en multitud de ciudades y pueblos de todo el país en los últimos dos años y medio, un cuento alegre y con principio feliz que ni ellos mismos esperaban protagonizar.

No existe un cómputo oficial del número de librerías de barrio que han abierto sus puertas en los últimos tiempos. Los gremios de libreros tienen anotadas las que se han inscrito en sus registros, pero fuera de ese listado quedan las que aún no se han asociado. EL PERIÓDICO ha contabilizado hasta 70 nuevas librerías de barrio inauguradas en ciudades y municipios de toda España desde que terminó el confinamiento de 2020.

La mayoría comparte perfil y estrategia comercial. Al frente suele haber amantes de la literatura de entre 30 y 45 años de edad, en muchas ocasiones mujeres, que llevaban toda la vida especulando con la idea de montar una librería y que ahora, tras el zarandeo emocional de la pandemia, se han decidido a hacer realidad ese sueño.

Saben que con este negocio no se van a hacer ricos, pero tampoco es eso lo que buscan. Aspiran a vivir de un trabajo que adoran, porque lo conocen de tantas visitas como hicieron en el pasado a sus librerías favoritas como clientes, y ahora lo defienden a través de proyectos que trascienden el tradicional oficio del librero.

Se acabó lo de expender libros y nada más. Las nuevas librerías de barrio se anuncian como lugares de encuentro para la comunidad de vecinos que, aparte de dejarse recomendar por su nuevo librero de cabecera, acuden a las presentaciones de libros, clases de escritura, sesiones de lectura y otras muchas actividades que se desarrollan en espacios pequeños, pero acogedores y cálidos como una sala de estar.

“Se ha producido un relevo generacional. Tras años de cierres de librerías por jubilación de sus propietarios, esta joven cosecha de libreros ha llegado con nuevas ideas y muchas ganas”, explica Álvaro Manso, portavoz de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL). Según el ‘Mapa de librerías’ que elabora esta entidad, en 2021 había 3.208 librerías en toda España que dan empleo a 8.277 trabajadores fijos, de los que 4.929 (casi el 60%), son mujeres.

El trabajo de librero está envuelto en un aura de romanticismo. "Pero estos no son unos locos de los libros. Antes de abrir el local, estudian bien la zona donde se ubican y saben que tienen cerca una clientela que les comprará a ellos en vez de ir al centro de la ciudad o pedirlos a una gran plataforma”, apunta Eric del Arco, presidente de Gremi de Llibreters de Catalunya.

No necesitan grandes espacios porque están conectadas a la red de distribuidores y pueden poner a disposición de sus clientes el título que buscan en 24 horas. Algunas, incluso, se lo llevan a su propia casa. “El servicio online ha revolucionado el oficio del librero. Esto antes solo lo daba Amazon. Ahora te lo ofrece el local de tu calle, y quien te atiende no es un algoritmo”, señala Pablo Bonet, secretario del Gremio de Libreros de Madrid.

Gracias a herramientas como Todostuslibros.com, 900 librerías independientes de todo el país ponen al alcance de sus clientes el libro que están buscando en cuestión de horas.

Tras una década negra para el sector editorial, 2021 figura en la memoria de los libreros como el año de los récords: entre enero y diciembre vendieron en sus tiendas 174 millones de libros, la mayor facturación de la historia. En ese ejercicio llegaron a facturar 2.576 millones de euros.

“Hace poco parecía que nos enfrentábamos a la tormenta perfecta: Amazon, el libro electrónico, las plataformas audiovisuales… Sin embargo, el libro en papel ha resistido el embate y hoy goza de una estupenda salud”, valora Daniel Fernández, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España. En su opinión, este factor ha influido en el ánimo de muchos apasionados de las librerías en un momento crucial de sus vidas. “La mayoría viene de tener otros trabajos y han querido darse una segunda oportunidad. En vez de abrir un bar, han apostado por probar suerte con el objeto de su afición”, añade.

La eclosión de librerías se puede comprobar en el siguiente mapa interactivo. En él se ofrece la dirección y la especialidad de muchas de ellas.

Mitja Mosca

Carrer Ignasi Iglesias, 48. Badalona (Barcelona)

El cierre de una vieja librería de Badalona por jubilación del dueño brindó a Laia Arce y a su hermana gemela Carla, de 32 años, la oportunidad con la que soñaban desde que empezaron a trabajar en el mundo de los libros hace siete años: tener una librería de su propiedad en la ciudad donde crecieron.

Aunque el espacio es el mismo, el proyecto no tienen nada que ver con lo que albergaban estas paredes. "Hemos empezado de cero", reconocen. Que el establecimiento estuviera en Badalona fue decisivo para animarse a dar este paso: así podían vincular la librería al vecindario que conocían tan bien. “Al final, esto es un comercio local y ayuda a crear barrio”, sostienen. Abrieron las puertas en noviembre de 2021.

La Anónima

Calle Embajadores, 166. Madrid

En los días previos a la inauguración de la librería, mientras acababa de montar las estanterías, Lorena Gutiérrez, de 39 años, no puedo evitar emocionarse. “La gente entraba a darnos las gracias, y aún no habíamos abierto”, recuerda.

Proviene del periodismo y ha trabajado en marketing y contabilidad. “Pero ya estaba cansada de reinventarme y retrasar este sueño que llevo años posponiendo. Tenía que intentarlo”, dice. Son cuatro socias, pero ella es la única que se dedicará a la librería en exclusividad. ¿Ha acertado? Cree que sí, viendo la reacción de los vecinos. "Vienen con pantallazos de la web de Amazon, pero dicen que prefieren comprarlo en una tienda del barrio", revela. Abrió en diciembre de 2022, hace menos de dos meses, y de momento está contenta.

La Fabulosa

Calle del Barco, 40. Madrid

Alina Zarekaite, lituana residente en España desde hace 20 años, lleva toda su vida rondando las librerías, a veces como lectora, a veces como empleada. Pero tenía una cuenta pendiente consigo misma: abrir su propio local. Hasta que llegó la hora.

“En realidad, la librería es la tapadera para todas las actividades que planeo poner en marcha aquí”, advierte. Quiere vivir de esto, pero su meta es más cultural y social que empresarial: “Busco crear una comunidad de amantes de la literatura. Al final, la librería es una excusa para hablar de libros”, reconoce. Lleva desde septiembre de 2021 probándolo, y por ahora con viento a favor. "Las ventas van funcionando y no soy la única. En la zona de Malasaña, donde está la librería, hay muchos locales como el mío y también les va bien. Entre todos estamos revitalizando el barrio", señala.

La Insòlita

Carrer Ciutat de Granada, 76. Barcelona

La pandemia dejó sin trabajo a Carlota Gelonch, formadora en temas de género en institutos y licenciada en Historia del Arte de 34 años. Lejos de venirse abajo, vio en este contratiempo la oportunidad para dar forma a su eterna idea de abrir una librería. Ella, que nunca había montado un negocio.

En un curso del Ayuntamiento, ‘Barcelona Activa’, le enseñaron los trucos del emprendimiento, habló con otras libreras para conocer los entresijos del oficio y, tras tener todos los permisos y solicitar las subvenciones a las que tenía derecho, lanzó su proyecto. Su librería concede especial protagonismo a los libros de ciencia ficción y fantasía, pero con mirada feminista. “Quiero dar visibilidad a autoras que no suelen ocupar los escaparates”, señala. En septiembre cumplirá dos años de librera, su nueva profesión.

Isop

Plaça del Mig, 12. Olot (Girona)

Albañil, cartero, repartidor, mozo de almacén… La vida laboral de David Becerra es variada, pero en ella no hay referencias de su afición lectora y su pasión por las tiendas de libros, donde se veía algún día tras el mostrador. Últimamente había conseguido tener un trabajo estable, pero seguía con una espina clavada. A sus 44 años se dijo: ahora o nunca.

En marzo cumplirá un año al frente de una de las dos librerías que quedan en pie en toda su comarca. Ya ha hecho un Sant Jordi y está preparando el siguiente. Le acompaña su socia Júlia y ahora se ha unido una tercera colaboradora al proyecto, Ágata. ¿Pueden tres personas vivir de una librería de barrio en Olot? "La respuesta es sí. Los libros que no tenemos en la tienda los pedimos online y los servimos en 24 horas, y no paramos de vender. La gente conoce las plataformas, pero valora el trato personal que ofrecemos en la librería”, dice.

La Puerta de Tannhauser

Calle Roso de Luna, 7. Cáceres

Cada vez era más los clientes de Álvaro Muñoz y su mujer, Cristina Sanmamed, que viajaban desde Cáceres hasta Plasencia, donde tienen una librería desde 2011, y les pedían que abrieran una sucursal en la capital de la provincia.

Al final, la pareja de libreros no ha tenido más remedio que atender los requerimientos de su parroquia de "replicantes" (así llaman a sus clientes, jugando con el título del local) y en octubre de 2021 abrieron una nueva sede en Cáceres, pero con la misma vocación. “Lo nuestro no es una tienda de libros, sino una experiencia literaria”, advierten. En Plasencia, además, han inaugurado otra "librería artística" inspirada en una casa victoriana, que han bautizado 'Mery & Percy'. Muchos de sus clientes online, que se cuentan por centenares en todo el país, peregrinan hasta Plasencia para conocer en persona a su librero de cabecera y ver sus proyectos literarios.

Este fenómeno comercial y empresarial no se comprende sin otro de mayor calado y de naturaleza cultural: el público ha recuperado el placer de leer. El estudio de hábitos de lectura que elabora todos los años el Ministerio de Cultura ya venía anunciando esa tendencia a finales de la década pasada –entre 2016 y 2019, el porcentaje de ciudadanos que declaraban leer en su tiempo libre pasó del 59,7% al 62,2% de la población-, pero el mayor aumento se produjo en 2020, cuando ese índice creció dos puntos en apenas doce meses.

“El boom de nuevas librerías que estamos viviendo está relacionado con la pandemia. En aquellos días difíciles, aparte de ver series, mucha gente buscó refugio en los libros”, observa Pablo Bonet. Pero la gran noticia vino después: “Cuando pudimos volver a la calle, los lectores no se olvidaron de los libros, sino que acudieron a las librerías en busca de más ejemplares. En esas estamos hoy”, concluye el librero.

Textos:
Juan Fernández
Fotos:
Manu Mitru, Jordi Òtix, Oriol Clavera
y Silvia Sánchez Fernández
Infografías:
Ricard Gràcia y Ramon Curto
Coordinación:
Rafa Julve