ENTREVISTA
David Trueba, escritor y cineasta: "Dejamos de vivir cosas por el juicio ajeno"
El 7 de noviembre estrena su nueva película, 'Siempre es invierno', la primera adaptación a la gran pantalla que hace de una de sus novelas, 'Blitz', publicada hace una década

El escritor y cineasta David Trueba. / José Luis Roca

Cuando David Trueba (Madrid, 1969) tenía 9 años, murió el mayor de sus siete hermanos. Esa desaparición, que aún no estaba preparado para asumir como una ausencia permanente, definitiva, irreparable, la experimentó como un fogonazo, tuvo en él un efecto de trascendencia muy importante, hasta el punto de que cambió, a partir de entonces, su forma de ver el mundo, de observar el regalo que es la vida, y comprenderla.
Se convirtió, tan joven, a raíz de esa pérdida, como a tantos nos ha sucedido, en un ser con una sensibilidad extraordinaria, y la empezó a proyectar en todo lo que amaba, en todo lo que hacía. También en la literatura, en la que debutó en 1995 con la novela 'Abierto toda la noche', y en el cine, donde se estrenó como director un año después (antes había sido guionista de 'Amo tu cama rica' y 'Los peores años de nuestra vida') con la película 'La buena vida', escrita por él.
Debuts de los que se han cumplido ya más de tres décadas durante las que el pequeño de aquella familia numerosa ha llegado a ser, lo es, uno de los grandes de la cinematografía y la narrativa españolas contemporáneas. El 7 de noviembre estrena 'Siempre es invierno', un filme extraordinario, entre otras razones porque es la primera vez que adapta un libro suyo, 'Blitz', una historia de amor que desafía las convenciones sociales y resignifica la idea de belleza.
Me ha dicho antes de empezar la entrevista que no cree que vaya a repetir la experiencia de adaptar al cine una novela suya... ¿Por qué?
Porque me obliga a volver al escritor que la hizo. A mí me gusta que tanto las películas como los libros reflejen la manera en que ves el mundo en ese momento. Siempre he estado en contra de los autores que han rehecho sus novelas del pasado, porque pienso que incluso los errores te representan, has mejorado a lo mejor técnicamente, pero eso no significa que seas mejor escritor que el primer día.
De hecho, es la primera vez que lleva al cine su propio libro.
Y yo creo que va a ser la última, pero no porque haya sido mala experiencia, sino por eso. Si adaptas la novela de otro no tienes que desplazarte adonde está él, buscas en lo que ha hecho y tratas de contarlo cinematográficamente o de adaptarlo, en toda la amplitud de la palabra.
Recuerdo que cuando leí la novela, al principio el comportamiento de él hacia ella me incomodaba.
Claro, sí. ¿Y en la película no?
Algo menos, quizás.
En la novela eso es deliberado.
Siempre he estado en contra de los autores que han rehecho sus novelas del pasado, porque pienso que incluso los errores te representan
Sí, lo entiendo, y por eso le pregunto si en la película también es deliberado que el espectador no experimente tanto rechazo.
No. Para mí, el momento cumbre de la película es cuando él reniega de lo que ha hecho, pero no reniega por sí mismo, sino por los demás.
Por el qué dirán, claro.
Eso es. Me parecía que era imprescindible, porque es esa crueldad que hacemos a veces porque nos sentimos observados. Para mí es capital en el libro, es de lo que trata, de como te niegas a aceptar algo que para la sociedad es inaceptable. ¿Cómo es posible que yo pueda sentirme atraído por una persona que no representa los rangos de atracción según los estándares convencionales que son brutales, ejercen una presión terrible? Dejamos de vivir cosas, de experimentar cosas, por ese juicio ajeno, que es implacable.
Hace unos días, Miriam Reyes me decía que las miradas del escritor y del poeta son distintas. ¿Qué sucede cuando el guionista es el autor de la novela que adapta y, además, el director de la película? Ese cruce de miradas, ¿cómo es?
En la adaptación al cine hay un momento en que tienes que desarmar el libro, tienes que coger la esencia, que ni siquiera la coges, porque está dentro de ti, en la lectura que hayas hecho, pero tienes que coger las piezas y volver a reconstruir el juguete. Cambias cosas, pero sobre todo transformas un poco el material. No tienes que tener miedo a poner tu mirada. Y esto muchas veces en las adaptaciones literarias al cine ha causado problemas porque la gente dice: ¿por qué esto cambia, por qué es diferente? Y yo digo, cuando esto pasa bien: lo que se impone es la mirada del director, porque es la que tiene que estar, es la que vas a compartir. Si el director no ha sido capaz de crear una mirada propia seguramente la película no vuela. Suele pasar mucho con novelas muy conocidas, que hay un cierto miedo a desarmarlas. Yo creo que eso va en perjuicio. Es como esa distinción que hace Miriam entre poeta y novelista. Yo creo que tiene que ver con la técnica que usas, tú tienes que mirar desde otra manera, porque lo estás construyendo con otras herramientas.
Si el director no ha sido capaz de crear una mirada propia, la película no vuela. Suele pasar mucho con novelas muy conocidas, que hay cierto miedo a desarmarlas. Yo creo que eso va en perjuicio
En ese sentido, ¿las potencialidades del lenguaje cinematográfico son mayores que las del literario?
El lenguaje cinematográfico tiene una limitación mayor que el literario por el realismo, te obliga a no permitir que se adjetive, tú lo has adjetivado todo. Al mismo tiempo, la sugerencia del cine es muy potente en lo que tiene de evocación.
¿Y hablan el mismo lenguaje el cine y literatura?
No.
Pero se entienden.
Se entienden. Digamos que el efecto que quieren causar es muy parecido. Yo creo que todos trabajamos en el aislamiento del lector/espectador y la emoción o la evocación de algo. Queremos provocar lo mismo, lo que pasa es que el modo para provocarlo es bastante diferente.
'Blitz', el título de la novela, significa relámpago en alemán. ¿Aspira a provocar ese relámpago en el espectador o en el lector con la misma intensidad que hace 20 años?
Sí, claro, igual. En mi vida he buscado un equilibrio bastante razonable; es decir, la novela me permitía distanciarme del mundo del cine y el cine distanciarme del mundo literario lo suficiente como para regresar con el entusiasmo y las ganas de la primera vez y no convertir ninguna en una rutina laboral. Ese ir de una a otra para mí ha sido una bendición. Cuando yo vuelvo a escribir una novela después de hacer una película es como si volviera a un lugar mucho más excitante, te conserva mucho el entusiasmo que lo genera. El relámpago de que tanto al lector como el espectador sientan que lo que están leyendo o viendo es real, eso para mí ya es un destello, que confundan la ficción con realidad. El mejor ejemplo son Sancho Panza y Don Quijote, la gente habla de ellos como si fueran personajes históricos, tienen la misma preeminencia que Churchill. La gente cree que Madame Bovary existe, y a mí me parece que no puede haber algo más maravilloso como escritor, eso es más importante que el Nobel.
La gente cree que Madame Bovary existe, y a mí me parece que no puede haber algo más maravilloso como escritor, eso es más importante que el Nobel
Y, en su caso, ¿cuáles han sido los más importantes deslumbramientos que ha tenido en su vida?
El fogonazo de entender la vida, entender que la vida es un regalo. Por desgracia, como mucha gente, lo entendí con la desaparición de seres, más que con la aparición, porque a los 9 años murió mi hermano mayor y eso tuvo un efecto de trascendencia muy importante. A partir de ahí, mi manera de ver el mundo cambió. Luego, también está tu capacidad de análisis o de percepción de lo que te está pasando. Hay muchísima gente que no se ha parado nunca a analizar lo que está viviendo o lo que está sucediendo y eso entra, por ejemplo, en muchos elementos de la violencia. Las personas violentas no tienen capacidad de análisis. Si tú resuelves a puñetazos un conflicto es porque no sabes resolverlo de otra manera.

Fotograma de la película 'Siempre es invierno', escrita y dirigida por David Trueba. / EP
Pero yo creo que ahí la sociedad tiene responsabilidad, porque somos una sociedad cada vez menos analítica, todo es inmediato.
Sí, es una sociedad muy de urna, entonces eso genera una autodefensa increíble. La gente tiene muy poca capacidad de relacionarse con los demás y, si tienes poca capacidad de relacionarte con los demás, con el suceso de los demás aún más, con respetar los problemas del otro, las decisiones del otro, con asumir que existirá siempre una fricción cuando hay un elemento colectivo.
El pensamiento crítico es cada vez más un acto de resistencia.
Sí. Yo cuando voy a los institutos a hablar con los chicos les digo: ¿Os habéis fijado en vuestros padres cuando conducen, notáis un cambio de carácter? Y ellos dicen: Sí, mi madre insulta, dice tacos. Y digo yo: ¿Sabéis por qué es? Porque el coche te aísla del exterior, lo más parecido a un tanque que tenemos o que podemos conducir es un coche. El otro es el enemigo, me está violentando y yo desde mi coche me siento protegido. Y siempre les digo: Eso es lo que hacéis vosotros desde vuestro móvil. Es una actitud de yo aquí estoy protegido, hay un anonimato, nadie me ve y además no pueden pegarme. Entonces, yo insulto, falto al respeto, digo cosas que no diría nunca en persona a alguien. Yo creo que eso les hace pensar un poco sobre cómo usan la distancia, porque hemos hecho un mundo donde todo el mundo está en compartimentos estancos y luego no queremos que sean violentos. Pero es muy difícil, porque la urna es violencia.
Volviendo a la película, al libro, uno de los temas más importantes es la orfandad sentimental.
Sí, el naufragio, cuando te quedas sin asideros. De ahí el título de Siempre es invierno. ¿Qué ocurre cuando te quedas en una estación y eres incapaz de pasar a la siguiente? La naturaleza enseña muchísimo y alejarnos de la naturaleza nos ha cegado sobre la condición humana. Muchas veces en la vida hay un naufragio, por muy preparados que estemos, por mucha gente que nos rodee, gente que nos quiere y nos ayuda, hay un momento de naufragio vital, de desánimo, de desamparo.
En ese sentido, el paso del tiempo está muy presente en la historia, no sólo porque transcurre en un año, sino por la diferencia de edad entre los protagonistas, ella el doble que él.
El paso del tiempo sobre la carne humana es muy gráfico. ¿Acaso tenemos algo que nos hable más del tiempo que nuestro propio físico? Cómo es el cuerpo, qué cosas hace el tiempo con el cuerpo y por qué rechazamos eso desde los baremos de belleza, eso es una cosa que siempre me ha molestado. ¿Cómo no va a ser bella una mujer mayor, cómo no va a ser bello un hombre mayor si son bellos? Se puede ser joven y rutilante y no ser nada bello.
Pero el efecto del paso del tiempo en el cuerpo, en el caso de una mujer, a veces tiene consecuencias terribles, sobre todo en el cine.
Es una tiranía.
¿Cómo no va a ser bella una mujer mayor, cómo no va a ser bello un hombre mayor si son bellos? Se puede ser joven y rutilante y no ser nada bello
A partir de los 50, es muy difícil conseguir un papel.
Y además lo aceptamos con una naturalidad total. Muchas veces digo a los del cine: Deberíais ocuparos menos de las causas externas y denunciar más causas internas, entre otras el desplazamiento de muchas personas por el edadismo dentro de nuestra profesión. No denunciáis nada de esto pero es que además no sois conscientes al decidir los repartos. Eso forma parte de unas convenciones cinematográficas que me resultan un poco hirientes.
Para acabar, dos citas parafraseadas de la película: "Las artes no se consideran un oficio en España", y "Los premios se lo llevan las víctimas".
Sí, los premios… Detrás del galardón hay siempre algo.
¿Usted cree?
Mira, en los festivales se pasan 20 películas y en las discusiones del jurado la balanza se termina inclinando hacia una película que necesita la resonancia del premio para ser más popular, porque consideran que va a ser más minoritaria.
¿Y pasa también en los Goya?
Sí, claro que pasa. Hay muchos que son obvios porque destacan muchísimo, pero luego en el reparto, por ejemplo, si ya lo tiene o lo ha ganado recientemente, esto va en contra. El premio siempre hay que salir a recogerlo diciendo: ¿qué habrán percibido para que lo necesite?
¿Y lo de las artes, que no se consideran un oficio en España?
En España se usan expresiones que no existen en ningún país del mundo: vivir del cuento, hacer teatro, las subvenciones... Yo no voy a ningún país del mundo donde una bailarina, por ejemplo, esté avergonzada porque su trabajo reposa en el Estado. En cambio, en España es como que te tienes que avergonzar. Y eso te aseguro que, en Francia, en Alemania, en Inglaterra no pasa.

David Trueba. / Jose Luis Roca

Siempre es invierno
Dirección y guión: David Trueba.
Estreno en cines: 7 de noviembre.

Blitz
David Trueba
Anagrama
176 páginas
18,90 euros
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