MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Mercedes Duque Espiau, autora de 'Animales pequeños'

Si algo supe desde el inicio, desde las primeras imágenes que aparecieron en mi cabeza, es que esta historia tenía que tratar sobre la ruptura de una amistad

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La escritora Mercedes Duque Espiau, autora de 'Animales difíciles'.

La escritora Mercedes Duque Espiau, autora de 'Animales difíciles'. / EPE

Mercedes Duque Espiau

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Podría decir que he tardado tres años en escribir Animales pequeños, pero sería mentira. De hecho, no sabría asegurar cuándo se empieza a escribir una novela, ni tampoco cuándo se termina. Si tuviera que arriesgarme y dar una respuesta, diría que las historias se escriben siempre, que están ahí incluso antes de que nos demos cuenta. Y que nunca se terminan, al menos no todo.

Antes de dar con la voz y la historia de Rita, la protagonista, hubo decenas de intentos anteriores. Este relato me persiguió por mucho tiempo, se empeñaba en ser escrito, aparecía convertido en imágenes, lugares, diálogos. Pero entonces no tenía las herramientas, o el tiempo, o las ganas, o no conseguía darle la forma necesaria a eso que se empeñaba en ser narrado. Todos aquellos intentos fueron desechados y reducidos a una sensación leve de frustración, igual que cuando se intenta enhebrar una aguja y el hilo se resiste a cruzar al otro lado.

Un día me encontré con Rita. Su voz –tan insistente– apareció en mi cabeza, la verdad es que todavía no sé bien cómo. Supongo que nos reconocimos la una a la otra. Al fin y al cabo, compartimos un mismo juego. Es un juego privado, tal vez un hábito o una obsesión, que tengo desde niña: asignar un animal a cada persona que conozco.

Me intrigan las personas felinas, admiro a quienes se comportan como insectos, las personalidades acuáticas me dan miedo. De alguna manera, entiendo a los humanos solo si los identifico con algún otro animal. Con una forma de vida que se dirija menos por lo que consideramos la razón y más por el instinto, por una inteligencia intuitiva. En esto, Rita y yo nos parecemos.

Una amistad rota

En esto y, claro, en nuestra ingenuidad. Si algo supe desde el inicio, desde las primeras imágenes que aparecieron en mi cabeza, es que esta historia tenía que tratar sobre la ruptura de una amistad. Igual que la protagonista, para mí las amistades han sido una clave importantísima de quién soy, y, en gran parte, mi identidad está definida por estos vínculos, en especial aquellos que vienen de muchos años atrás. Durante un tiempo romanticé esta idea: de manera inocente y egoísta, pensé que las amistades están ahí pase lo que pase, casi como si se alimentaran de sí mismas o se regasen solas. Pero en estas relaciones, igual que en las de pareja, el amor no tiene por qué durar para siempre.

Mi primer desengaño amoroso fue con una amiga. No sabía qué hacer, dónde ubicarme después del zarandeo. Nos enseñan a superar una ruptura de pareja, pero, ¿qué se supone que debemos hacer cuando lo dejamos con nuestra amiga? ¿Cuál es el espacio para ese duelo, cuáles son las palabras? Una escribe sobre lo que no comprende, lo que insiste en permanecer oculto. El final de una amistad es, para mí, un misterio. Un mamífero gigante con patas de insecto. Un ave de lengua bífida y pestañas largas. Un animal imposible que necesitaba diseccionar.

'Animales pequeños'

Mercedes Duque Espiau

Tusquets Editores

208 páginas

18,90 euros