La larga lucha por la supervivencia del libro 

Por Elena Hevia / Diseño: Andrea Zúniga

En el momento en el que EL PERIÓDICO DE CATALUNYA asomaba la cabeza por primera vez, la edición en España respiraba a fondo con los nuevos aires que traía la Transición. Era la asignatura pendiente libresca que el futuro se ofrecía como una gran biblioteca todavía vacía pero prometedora. Tan rápido creció entonces esa industria -englobada entonces en una fuerte crisis internacional- que en muy pocos años se convirtió en la cuarta potencia mundial editorial por el número de títulos publicados y eso a pesar de que las librerías y los sistemas de distribución fueran entonces más bien deficitarios.

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En los 80 se consolidó una tendencia que marcaría un antes y un después respecto al negocio del libro: se consolidó el fenómeno del ‘best-seller’ muchas veces apoyado en productos audiovisuales que propiciaron la venta de títulos como ‘Tiburón’, ‘Holocausto’, ‘Raíces’ o ‘Love Story’. Fue un momento clave para que el libro dejase de estar asociado al concepto cultura y se convirtiera en un producto de ocio y entretenimiento. Sin embargo, esos libros superventas actuaron a partir de entonces de muro de contención para ayudar a capear los vaivenes y las fluctuaciones de la industria.

En la primera década de los 2000, se empieza a dibujar un panorama editorial en España tal y como lo conocemos en la actualidad. Empiezan a perfilarse las dos grandes plataformas que hoy conocemos -simplificando y pese a los vaivenes del segundo- como grupo Planeta y grupo Penguin Random House. Pero a la vez, y como la incipiente digitalización simplifica y abarata los costes de edición, empieza a surgir el fenómeno local de las pequeñas editoriales independientes que se ha multiplicado exponencialmente desde entoces. Muchas nacieron poco antes de que la gran crisis del 2008 lo echara todo a rodar y, en líneas generales, aguantaron bastante bien el tipo alimentado una bibliodiversidad que puede disfrutarse actualmente en todas las librerías. Hoy el libro de papel, que no cedió a la profecía que lo quería muerto asesinado por el libro electrónico hace una década, ha sorprendido a propios y extraños al superar una pandemia con mucho éxito. El libro sigue fuerte.

Y en los próximos 45 años...

'Poner el libro en la conversación de la gente', artículo de Juan Cruz