Entrevista

Daniel Mordzinski: “Un escritor muy premiado le puede decir que no a muchos fotógrafos, pero difícilmente le va a decir que no a un lector”

El ‘fotógrafo de los escritores’ acude por primera vez a Sant Jordi invitado por ‘El Periódico’ para llevar a cabo una “travesura foto-literaria” en las calles de Barcelona

Daniel Mordzinski, ante algunas de sus fotografías, en una de sus exposiciones.

Daniel Mordzinski, ante algunas de sus fotografías, en una de sus exposiciones. / Javier Cebollada

Inés Martín Rodrigo

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Cuando cumplió 8 años, su padre llevó a Daniel Mordzinski (Buenos Aires, 1960) a ver un espectáculo para niños. En la entrada, con el tique, daban el número para una rifa que se celebraría durante la función. Ambos se sentaron y esperaron, pacientes, a que el payaso hiciera el sorteo, el pequeño Daniel con la esperanza de llamar a la suerte, pues tenía dos papeletas en sus manos. Pero, al salir el 7, resultó que una de ellas se había extraviado, su padre no sabía dónde la había metido, se les había caído, tal vez.

Daniel se tiró al suelo y la buscó. Nada, ni rastro de ella. Estaba perdido. Aun así, ante la advertencia del payaso, “Si no está el galardonado, voy a repetir el sorteo”, subió, "extremadamente tímido", al escenario. “Tu numerito, pibe”, le dijo, a lo que él respondió: “Mi papá lo perdió”. “Andá a sentarte”, le contenstó, y Daniel, apesadumbrado, bajó la mirada, los escalones, y volvió con su papá, intentando contener las lágrimas, no llorar delante de él. A los pocos minutos, hubo un nuevo sorteo y el niño ganador se llevó una Kodak Fiesta.

“No hay que ser ni muy freudiano ni muy argentino para llegar a la conclusión de que toda mi vida de hombre de imagen y hombre de letras es la búsqueda de esa cámara que a los 8 años un payaso me negó”, asegura un emocionado Mordzinski por teléfono desde Lisboa, ciudad en la que recaló hace dos años y medio desde París, donde estuvo viviendo varias décadas. Una búsqueda que en unos días proseguirá en Barcelona, ciudad a la que regresará para vivir por primera vez Sant Jordi. Lo hará atendiendo a la propuesta de 'EL PERIÓDICO', para el que, durante la jornada del 23 de abril, llevará a cabo una “travesura foto-literaria”, así la define, retratando a escritores.

“Estoy un poquito asustado, porque, no sé, tal vez me quede grande. Tengo que hacer muchas fotos, algunas resultonas, en muy poco tiempo”, confiesa el fotógrafo, abrumado e ilusionado al mismo tiempo, motivado por la “mucha curiosidad” que le provoca, pues es algo en lo que siempre quiso participar. El debut de Daniel Mordzinski en Sant Jordi. Un hecho histórico, casi. La continuación del relato de una intensa pasión que comenzó en su Buenos Aires natal en 1978, cuando retrató a Jorge Luis Borges.

Aquella fue la primera captura del 'fotógrafo de los escritores'. Al autor de 'El Aleph' le sucedió, ya en París, Julio Cortázar, que acudió a la llamada de un joven que había marcado su número, sacado del listín telefónico. Después, a lo largo de los años, esa “vida de hombre de imagen y hombre de letras”, ante su cámara posaron Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Alvaro Mutis, José Donoso, Guillermo Cabrera Infante, Roberto Bolaño, Camilo José Cela, Eduardo Mendoza, Javier Cercas, Miguel Delibes, Rosa Montero, Almudena Grandes, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán y un largo etcétera de escritores universales que no se detiene, sigue, continúa, cada día.

Retrato literario

“Lo de 'fotógrafo de los escritores' al principio, cuando lo escuché, me sacó urticaria. Me pareció cursi, un lugar común. Toda etiqueta reduce, aprieta, se sienten las costuras, ¿entiendes?”. A Mordzinski, que está a punto de terminar un libro con Silvio Rodríguez (es el primer y único fotógrafo que ha entrado en la casa habanera del trovador cubano), le gusta llamarlo “retrato literario”. “Yo me preparo mucho”, cuenta sobre su metodología, palabra fea donde las haya, que no alcanza para describir, capturar, la esencia de ese trabajo que es pasión. “Leo, por supuesto, pero pretender que he leído a todos los escritores que he retratado sería una mentira gigante. Lo importante es entender que los escritores son fabricantes de sueños, nada menos, y que son personas normales y corrientes que tienen las mismas manías, miedos, ocurrencias que, no sé, los enfermeros”.

Leo, por supuesto, pero pretender que he leído a todos los escritores que he retratado sería una mentira gigante

En esta época que vivimos, con los autores tan acostumbrados, hasta el hartazgo a veces, a ser retratados, “el difícil arte consiste en, con pocas palabras, con algunas miradas, hacerle entender a ese autor que tú no conoces, que nunca has retratado, que el viaje que le estás proponiendo es particular, es único y que nada tiene que ver con el que acaba de hacer con tu colega”. Y todo eso, claro, “sin caer en el terrible pantano de las vanidades, porque si alguien vanidoso hay es el escritor. Un escritor muy premiado y muy solicitado le puede decir que no a muchos fotógrafos, pero difícilmente le va a decir que no a un lector”.

Mordzinski, que es "un hombre de abril, del 25 de abril", según puntualiza antes de acabar la conversación, está convencido, evocando a sus amigos perdidos Vargas Llosa y Luis Sepúlveda, de que “el arte sirve para recuperar sensaciones, sentimientos, emociones, como una suerte de cajoncito de la memoria donde vamos poniendo recuerdos, fotografías, páginas, viajes”. Y este Sant Jordi colocará, en ese “cajoncito de la memoria” suyo, tan particular, el “homenaje” de 'El periódico', también.