Opinión | PERIFÉRICOS Y CONSUMIBLES

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

Javier García Rodríguez
Javier García RodríguezEscritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo
Abril y ‘cerral’ (el mes de las cifras y las letras)
Nos devuelve a los escritores como creadores de contenidos, ese oficio de tinieblas con su fiesta

Una multitud, en el paseo de Gràcia de Brcelona, el día de Sant Jordi. / FERRAN NADEU
No andaba yo familiarizado ni mucho ni poco con la anécdota televisiva que hace ya varios años convirtió a la actriz Elena Furiase (apellido que, por cierto, se asemeja a una de esas formas verbales imposibles creadas por José Mota cuando imita a Diego el Cigala) en tendencia televisiva y más recientemente en meme por obra y gracia –quizás más por gracia– de un concurso con palabras encadenadas que transformaron un infinitivo en un mes.
Cruel, para más señas, si hacemos caso de uno de los poemas intocables de Eliot. Abril será cruel, no lo dudo. Pero tampoco dudo que la tierra va al día, como van al día los escritores en este mes de abril, mes de cifras y de letras, de ventas y de firmas, de celebraciones y conmemoraciones, de listas con 'bellesteres' y publicaciones invisibles, de libros en mesas petitorias, de autores en oferta, de rosas lozanas y de autores que se sienten "cual Tántalo entre tanta lozanía".
Descubrimiento mutuo
Abril nos devuelve a los escritores como creadores de contenidos, ese oficio de tinieblas con su fiesta. Nos propone acercarnos a ellos como mirones de su Onlyfans, como usuarios de un 'peep-show' que permite ver todo, pero tocar nada. Somos Travis y Jane y queremos creer que esto es París, Texas. Abril propone el encuentro de autores y lectores, propugna una hermandad quizás algo exagerada, una cofradía que procesiona con un paso visible y luminoso –aunque pueda tener su parte algo sanguinaria– pero que oculta en su interior la anónima fuerza de los costaleros. Se descubren mutuamente autores y lectores, abren una vez más su huevo Tinder para ver qué sorpresa lleva o culpa.
Van al día los escritores en este mes de abril, mes de ventas y de firmas, de celebraciones y conmemoraciones, de listas con 'bellesteres' y publicaciones invisibles
Es abril, con sus cifras y sus letras, tiempo de poner al mal tiempo buena cara. Y de ser reina por un día. De sacar la pluma que te regalaron tus hijos y nunca usas. De romper la cuarta pared, la primera persona, el segundo sexo, la tercera ley de Newton ("toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto"), el quinto pino, el sexto mandamiento o el séptimo sello. Ser siempre otros. Una ficción mejorada de nosotros mismos. Algo falsos, pero con nuestra pizca de verdad.
Quién, si no, habría de creer que la actriz alemana Karin Dor (Kätherose Derr en el registro civil de Wiesbaden, Hesse), por su cara bonita y morena, terminaría por encarnar a la Juanita de Córdoba, espía contrarrevolucionaria en Cuba y amante de André, agente francés llamado a desenmascarar una trama dentro de los servicios secretos de su país que traspasa información de la OTAN a la Unión Soviética. Todo esto, por cierto, en la meritoria y algo alambicada película 'Topaz' del maestro Alfred Hitchcock. No sé si esto sucedió en abril, pero sé que me ha llegado el tiempo de 'cerral'.
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