Opinión | ISLAS A LA DERIVA

Periodista y escritora

Olga Merino
Olga MerinoPeriodista y escritora
Escritora y periodista. Master of Arts (Latin American Studies) por la University College of London (Beca La Caixa/British Council). Fue corresponsal de EL PERIÓDICO en Moscú en los años 90. Profesora en la Escola d'Escriptura de l'Ateneu Barcelonès. Su última novela: 'La forastera' (Alfaguara, 2020).
Montserrat Roig, el feminismo y un debate intergeneracional incómodo pero necesario
La editorial Consonni rescata el olvido ‘La hora violeta’, de Montserrat Roig, un texto fundamental del feminismo que puede descolocar a las lectoras más jóvenes

Montserrat Roig, autora de 'La hora violeta'. / SANTIAGO BARTOLOMÉ
Recuerdo a Montserrat Roig a fogonazos. Sería a mediados del año 1987 cuando la vi por primera vez, un día en que la escritora se acercó a la sede de ‘El Periódico de Catalunya’ a despachar algún asunto con el director de aquel momento, Enrique Arias Vega. Era articulista del diario; lo fue durante una década, más o menos, con una columna a la que bautizó ‘Melindros’, un dulce de la repostería catalana para mojar en la taza de chocolate, como los bizcochos de soletilla, un epígrafe con trampa porque invitaba a creer que lo escrito iba a entrar goloso y blando en la boca pero acababa arreando un mandoble en el paladar del lector.
Roig se dio una vuelta por entre las mesas; charló un rato con este y con el otro. Me dedicó una sonrisa fugaz, pero no pude tragarme la timidez, despegar el trasero del asiento y saludar a aquella mujer tan admirada, que se movía con soltura, que escribía con la letra firme, que se había atrevido a hurgar en las heridas de la memoria (‘Els catalans als camps nazis’) cuando aún estaban en carne viva. No me atreví a acercarme a ella porque era una pipiola recién salida del huevo y aterrizada en una redacción muy masculinizada entonces. Las jóvenes y las más veteranas, todas con los pantalones bien puestos; se llevaba fumar, decir tacos y esconder cualquier atisbo de feminidad. Éramos la primera generación de mujeres en incorporarnos en masa al mercado laboral, y pretendíamos hacerlo en pie de igualdad. Aquella periodista abordaba estas cuestiones en sus columnas sin que le temblara el pulso, sin adoctrinar. Nos dejó a los 45 años, demasiado pronto.
Tercer eslabón
Viene la batallita a cuento porque la editorial Consonni acaba felizmente de publicar ‘La hora violeta’ (1980), en traducción de Gemma Deza Guil, un libro capital que llevaba años descatalogado. Sin ser el artefacto más redondo de la factoría Roig, resultaba imperdonable que hubiese desaparecido de las librerías este tercer eslabón de una trilogía que había comenzado con ‘Ramona, adiós’ (1972) y ‘Tiempo de cerezas’ (1976), también repescadas del olvido por el catálogo de Consonni. El título alude a un verso de ‘La tierra baldía’, de T. S. Eliot, ("at the violet hour, when the eyes and back / turn upward from the desk"), ese momento de resplandor malva, al alba o en el crepúsculo, que preludia una transición radical hacia la luz o las tinieblas. Como los cambios que atenazan a las protagonistas de la obra, Natàlia y Norma. Luchan por construirse una identidad femenina en la nueva sociedad democrática.
Un coro de voces femeninas, desde la Segunda República hasta los primeros años de la Transición, tamiza y repiensa cuestiones como el fracaso, la angustia de vivir, el desconcierto de los hombres, las ausencias, el sexo, las relaciones de poder, la amistad entre mujeres y cómo los ideales políticos se van vaciando de contenido hasta el desencanto. Sobre todo, el conflicto entre la autonomía personal y esa idea del amor romántico que anhela al príncipe azul.
Un coro de voces femeninas, desde la Segunda República hasta los primeros años de la Transición, tamiza y repiensa cuestiones como el fracaso, la angustia de vivir, el desconcierto de los hombres, el sexo, las relaciones de poder...
Muy inteligente y certero el prólogo de Nerea Pérez de las Heras, comunicadora y autora del monólogo ‘Feminismo para torpes’. Al principio, la periodista confiesa su "exasperación" con a voz de Roig y de las feministas de los años 70, que se comunica muy a contrapelo con las lectoras actuales. Como si estuvieran conversando con su madre o on una tía irritante; han pasado más de 40 años, claro. Sin embargo, reconoce que ‘La hora violeta’ abre una conversación intergeneracional incómoda pero necesaria y que, después de todo, las discusiones ahora tan en boga ya tienen bastante solera. "Antes que nosotras ya estuvieron todas esas mujeres militantes, aisladas, agotadas y chamuscadas". Montserrat Roig fue una magnifica retratista de la sociedad de su época, de lectura también hoy imprescindible para comprender de dónde venimos.

'La hora violeta'
Autora: Montserrat Roig
Editorial: Consonni
290 páginas. 22,90 euros
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