Opinión | PERIFÉRICOS Y CONSUMIBLES

Javier García Rodríguez

Javier García Rodríguez

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

¿Y no estás escribiendo ‘todo esto’?

Por lo que pueda pasar. Por los que puedan pasar. Por lo que pueda pesar. Escribir como prueba, como huella. Que luego se te olvida

El escritor Jorge Luis Borges, en Barcelona.

El escritor Jorge Luis Borges, en Barcelona. / Jaume Mor

Me lo preguntan a menudo últimamente. De ahí saldrá un buen libro. Tienes material más que de sobra. Eso no puede quedar ahí, sin que lo cuentes. Estarás escribiendo, seguro. Al menos tomando notas. Escribir te tiene que ayudar mucho esta temporada. No dejes que quede solo como una vivencia personal. Compartirlo te ha de servir. No solo ocupas tu tiempo y te entretienes, también te vendrá bien como una especie de terapia, ¿no?, como una proyección, un exorcismo, un vaivén a tantos fantasmas como seguro se te aparecen cada día.

Aunque solo sea para ocupar el tiempo. Que no es bueno estar todo el día rumiando. Cómo no vas a haber pensado en dejar por escrito tu testimonio. Qué digo tu testimonio: tu TESTIMONIO. Un escritor se nutre también de lo que vive, ¿verdad? Eso se dice siempre. Ahí tienes una mina. Hombre, no se trata de que nos cuentes tu vida, no fastidies. Eso lo hemos hablado mil veces. Que una cosa es la vida y otra la literatura. Pero tú siempre has sabido contar con mucha gracia. Sí, sí, incluso situaciones tristes, dolorosas y “durillas” (déjame que las denomine así, para quitarle hierro al asunto).

Un escritor se nutre también de lo que vive, ¿verdad? Eso se dice siempre. Ahí tienes una mina

Habrás visto cómo otros muchos escritores, la mayoría si me apuras, no tardan ni un segundo en morder como un cachorro de 'golden retriever' o como un dóberman adulto -eso va en carácter- en su yo, su superyó, su poco yo y su yoyó para conseguir páginas llenas de vida y de emoción que puedan encuadernar sus editores y compartir sus lectores mientras mueven su cabecita de arriba abajo como los perrillos -otra vez los perros, qué manía- que se colocaban en la bandeja trasera de los coches (ese Seat Ritmo 65, ese Renault 5, ese Supermirafiori) para mostrar su acuerdo más insobornable con la historia o la historieta compartida. Vagamente.

Literatura con mayúsculas

Escríbelo, hombre. ¿No dicen que la escritura salva? Bueno, tú, que siempre has sido un poco 'tocahuevos' -distancia irónica lo llamas tú-, escribiste un poemilla en el que una alumna con 'brackets' decía aquello de “Si no he entendido mal, señor García, / el poema no nos salva / pero nos entretiene”. Qué descreído has sido siempre, chaval. Pues por lo menos que te entretenga, que los días de invierno son muy largos. Esas tardes. No te ha de costar encontrar un editor que quiera publicar esas páginas. Esos libros ayudan mucho. Y autoayudan mucho. La literatura hecha con vida es LITERATURA con mayúsculas, Javi. Y dentro de ti ahora hay mucha vida, no me digas que no. 

Muchos escritores no tardan ni un segundo en morder como un cachorro de 'golden retriever' en su yo, su superyó, su poco yo y su yoyó

¿Cómo no vas a estar escribiendo 'todo esto'? Por lo que pueda pasar. Por los que puedan pasar. Por lo que pueda pesar. Escribir como prueba, como huella. Que luego se te olvida. Claro, que a lo mejor Borges tenía razón. Y todos somos un poeta menor. Y la meta es el olvido. Y tú has llegado antes.