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Concierto en el Palau

Michael Barenboim, música y compromiso con la paz entre árabes e israelís

Michael Barenboim, violinista descendiente de una gran familia de intérpretes implicado en la paz en Oriente Medio, inaugura la temporada BCN Clàssics con la Orquesta Sinfónica Nacional de la RAI dirigida por Andrés Orozco-Estrada

Michael Barenboim.

Michael Barenboim. / Neda Navaee

Marta Cervera

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Barcelona
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La apertura del ciclo BCN Clàssics este lunes en el Palau de la Música ofrece el debut del Michael Barenboim con la Orquesta de la RAI dirigida por Andrés Orozco-Estrada. Interpretará el 'Concierto de para violín y orquesta núm 4 en Re mayor' de Mozart tras el cual la formación italiana afrontará la 'Sinfonía fantástica' de Berlioz. Barcelona es la primera parada de una gira española que también recalará en Alicante y Madrid.

"Hace bastante que no tocaba esta pieza pero este año 2025 es una de las obras que me han solicitado a menudo y me alegro porque la disfruto mucho. Es muy común que te la pidan en audiciones y como soy profesor la escucho a menudo. Pero sigo amándola y tocándola", admite este violinista profesor en la prestigiosa Academia Barenboim-Said de Berlín, una iniciativa creada por su padre, el director y pianista Daniel Barenboim, de familia judía, y el intelectual palestino Edward Said (1935-2003). El mismo tándem había impulsado antes, en 1999, la West-Eastern Divan Orchestra convencidos de que la paz duradera en Oriente Medio dependía más de construir puentes y empatía que de las armas y la guerra. Esta formación con la que suele tocar como concertino cuenta con músicos árabes e israelís de diferentes países cuya música es fruto de la escucha, el diálogo y de un esfuerzo que va más allá de lo estrictamente musical. Su mensaje es más necesario que nunca. "En Europa Occidental muchos solo ven el sufrimiento del pueblo palestino. Hay que luchar contra su deshumanización".

Nacido en Francia hace 40 años y afincado en Alemania desde los 7, Barenboim suele tocar con destacadas orquestas como solista pero la West-Eastern Divan ocupa un lugar especial en su corazón. Con ella actuará en el Palau de la Música y en L'Auditori en febrero, dirigida por Zubin Mehta.

Preocupación

"Llevamos más de dos años de genocidio en Gaza y durante el alto el fuego decretado los bombardeos solo en las primeras noches han matado a un centenar de personas [desde que se hizo esta entrevista la cifra ha aumentado]", resalta. "Además, la ayuda humanitaria no puede entrar. Casi no hay medicamentos ni suministros. La gente está muriendo a causa de heridas y enfermedades fáciles de curar y prevenir. Y en Cisjordania hay una acción coordinada de limpieza étnica con demoliciones de casas, violencia física y bloqueo del acceso al agua".

Así como en Catalunya los teatros púbicos han abierto la temporada con una declaración condenando el genocidio palestino, en su país no pasa igual. "En Alemania hay una fuerte represión de los discursos pro Palestina en instituciones. Las protestas están en la calle". Lamenta que en la clásica se hayan levantado tan pocas voces a favor de Palestina. "La mayoría evita el tema porque le resulta incómodo y somos pocos los que hablamos sobre el genocidio en Gaza. En Alemania todavía genera controversia calificarlo como genocidio", resalta. Amnistía Internacional lo calificó como tal en diciembre de 2024.

"La mayoría evita el tema del genocidio en Gaza en la clásica. En Alemania todavía genera controversia calificarlo como genocidio"

Él forma parte de un colectivo de artistas que organizan conciertos benéficos 'Make freedom ring' que recauda fondos para oenegés. También colabora con el Ensemble Nasmé, una formación de cámara donde toca con cuatro jóvenes músicos de diferentes lugares de Palestina. "Solo hacemos música de compositores palestinos y clásica. Con ellos también vendré a España de gira", avanza. Sólo ha habido algunas estrellas como Jordi Savall, "pero no muchos más", comenta, que se han preocupado de invitar a músicos palestinos para promover el diálogo intercultural y la paz.

Savall solo acepta a palestinos que acepten la existencia del Estado de Israel y se niega a colaborar con músicos israelís que apoyen o no se posicionen sobre el genocidio en Gaza. "A nivel institucional hay casi silencio total, especialmente en Alemania. Es algo muy revelador porque legitima la complicidad del gobierno alemán en el genocidio en Gaza". Y añade: "En el mundo académico hay un gran silencio. No hacer nada también les convierte en cómplices".

La reacción ha sido muy diferente que la que hubo con Ucrania. Entonces se habló claro, se cancelaron contratos a artistas y orquestas rusos. Pero el genocidio en Gaza no ha despertado la misma condena unánime. "En Alemania solidarizarte con Palestina tiene un precio. A nivel institucional si muestras tu solidaridad con los ucranianos tienes el respaldo de todo el gobierno pero si haces lo mismo con los palestinos, vas a contracorriente de instituciones, medios y grupos de presión", opina.

El Holocausto cometido por los nazis todavía pesa en su país. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el gobierno alemán ha apoyado a Israel. El 7 de octubre fue prohibida en Berlín una manifestación bajo el lema 'Detened el genocidio'. "Tenemos documentados muchos eventos académicos y artísticos que han sido cancelados. Escritores, artistas, pintores y poetas palestinos y árabes pero también bastantes judíos, todos cancelados". Añade que "el miedo a una llamada o una mala crítica contribuye a no organizar nada". Nadie quiere arriesgarse "a perder oportunidades de trabajar con otros músicos u otras instituciones" .

La West-Eastern Divan Orchestra nunca ha actuado en Israel y sólo una vez en Palestina, concretamente en Ramala en 2005. No será fácil volver. ¿Imagina un 'tour' por Israel y Palestina? "Solo ocurrirá cuando no haya 'apartheid'. Mientras exista, ni me lo planteo".

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