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Festival literario

Los cuatro magníficos del cómic conquistan el Kosmopolis del Nobel caído

Art Spiegelman, Chris Ware, Charles Burns y Françoise Mouly estrenan el festival de literatura amplificada en el CCCB con una sentida reivindicación de la historieta como vehículo para "reflejar todos los planos y estados de la existencia humana"

Chris Ware expone su universo en Barcelona, "feliz" de alejarse de Trump

Charles Burns, Françoise Mouly, Art Spiegelman y Chris Ware posan antes de inaugurar el festival Kosmopolis en el CCCB

Charles Burns, Françoise Mouly, Art Spiegelman y Chris Ware posan antes de inaugurar el festival Kosmopolis en el CCCB / Elisenda Pons

David Morán

David Morán

Barcelona
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Al Kosmopolis de este año se le he caído a última hora y por problemas de salud el Nobel de Literatura László Krasznahorkai, así que nada mejor para quitarse el disgusto que descorchar el festival barcelonés dejándose hipnotizar por otros cuatro nombres que, juntos o por separado, a dúo o en solitario, serían los primeros en la lista de un hipotético y deseable (aunque altamente improbable) Nobel de Cómic, Literatura Gráfica si de lo que se trata de despistar a los académicos suecos.

Art Spiegelman, Chris Ware, Charles Burns y Françoise Mouly. Jimmy Corrigan, 'Maus', 'Agujero negro' y 'Raw'. Casi nada. Un lujoso póker de genios del noveno arte hablando de sus cosas y de aquellos días de mugre y furia, mucho antes del respeto y los auditorios asardinados, en que todo eran cejas arqueadas y sonoros portazos en las oficinas. "Ibas a revistas como ‘Playboy’ o ‘Time’ intentando hacerte un hueco y la respuesta siempre era: ¿cómics? ¿pero por qué?", recordó Spiegelman en un Hall del CCCB insólitamente abarrotado. 

Fue más o menos así, versión muy abreviada y caricaturizada, como nació en 1980 la revista 'Raw', trampolín para el cómic underground que Spiegelman y Mouly transformaron en acelerante de la revolución que estaba por venir. "A mis 15 años en Omaha, Nebraska, buscaba porno y encontré 'Raw'. 'Bueno, parece interesante', me dije. Desde entonces pienso en vosotros cada día de mi vida", aseguró Ware dirigiéndose a sus compañeros de escenario. "Mostrasteis que los cómics podían ser un medio para reflejar todos los planos y estados de la existencia humana", añadió. "Aún hoy hay pocos medios que puedan presumir de haber tenido tanta libertad", celebró Mouly, editora de arte de 'The New Yorker' desde hace más de tres décadas. 

Barcelona 22/10/2025 Inauguración Kosmopolis con los tres tenores del comic americano, Chris Ware, Art Spiegelman y Charles Burns, y la directora de arte de The New Yorker, Françoise Mouly. CCCB. FOTO ELISENDA PONS

Chris Ware, Françoise Mouly, Art Spiegelman y Charles Burns, durante la inauguración de Kosmpolis / Elisenda Pons

Antes de eso, que es lo mismo que decir antes de Robert Crumb y su onda expansiva, como recordó Spiegelman, los cómics tenían que ser "educados" para aspirar a una audiencia masiva. "En el cómic underground de pronto la autobiografía era una posibilidad, como lo era también el sexo duro. Fue un momento muy excitante", evocó el autor de ‘Maus’. A Jordi Costa, moderador del acto crecido entre páginas de ‘El Víbora’, solo le faltó levantarse y arrancarse a aplaudir. 

Menos suerte tuvo el también responsable de exposiciones del CCCB cuando intentó llevar la charla al terreno de la política y casi todos evitaron elegantemente el cuerpo a cuerpo. "Oh, estamos aquí de vacaciones", esquivó Burns. "¿Podemos, por favor, no hablar de Trump?", suplicó Mouly. Ware, que ya estuvo en Barcelona el pasado mes de abril para presentar la sensacional exposición 'Dibujar es pensar', se reafirmó en lo dicho -"venir aquí es como visitar la civilización", dijo- y aprovechó para preguntar si alguien entre el público tenía "espacio extra" en su casa. Spiegelman, habilidoso, cazó la pregunta sobre la censura que le lanzó Costa y la remató al más puro estilo Eric Cantona. “No creo que Trump haya leído otro libro que no sea ‘Mein Kampf’", dijo. 

Barcelona 22/10/2025 Inauguración Kosmopolis con los tres tenores del comic americano, Chris Ware, Art Spiegelman y Charles Burns, y la directora de arte de The New Yorker, Françoise Mouly. CCCB. FOTO ELISENDA PONS

Spiegelman, en el CCCB / Elisenda Pons / EPC

Aún hubo tiempo, antes de terminar, de sacar a pasear a otra sospechosa habitual de este tipo de debates: la novela gráfica como versión elevada y evolucionada de la historieta ¿A favor? ¿En contra? ¿Ninguna de las anteriores? "Ahora se ha popularizado el término, pero cuando empecé solo había historias cortas o largas. A mí lo que me gusta es hacer objetos y contar historias", relativizó Burns. "Odio el término novela gráfica, suena pretencioso. Y también odio la palabra Holocasuto, Así que, ¿novela gráfica del Holocausto? Imagínate", irrumpió Spiegelman, primer ganador del Pulitzer no con una, ejém, novela gráfica, sino con un cómic. "Me gusta más la idea de cómic como mezcla de palabras e imágenes, como código de signos. Al fin y al cabo, así es como empezó el lenguaje", dijo.

Para Ware, ideólogo del encuentro y tipo tirando a pragmático, hablar de novela gráfica resulta especialmente útil para "denominar a los cómics para adultos no necesariamente humorísticos". También, añadió el autor de 'Catálogo de novedades ACME', para salir al paso de reuniones escolares y corrillos de padres curiosos. "En el cole de mi hija, siempre que me preguntaban a qué me dedicaba y decía que era 'cartoonist' , me decían: ‘ah, suena divertido’; ¿pones también voces?'”. Con menos que eso se construyen historias como la de ‘Rusty Brown’. 

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