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Entrevista

Anne-Sophie Mutter, la violinista comprometida: "Quiero dar voz a compositoras"

La artista, que inaugura este lunes la nueva temporada del ciclo Palau 100, ha estrenado este año 'Likoo', de la iraní Aftab Darvishi, y ha encargado otra composición con una compatriota de esta creadora árabe

La violinista alemana Anne-Sophie Mutter, en una imagen de 2024.

La violinista alemana Anne-Sophie Mutter, en una imagen de 2024. / Mao Xinlin

Marta Cervera

Marta Cervera

Barcelona
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La célebre violinista Anne-Sophie Mutter inaugura este lunes la nueva temporada del ciclo Palau 100 con un concierto con obras de Beethoven y Chaikovski junto al aclamado violonchelista Pablo Ferrández y el experimentado pianista Yefim Bronfman. Cada una de sus visitas al Palau de la Música se vive como un acontecimiento. Anne-Sophie Mutter es una de las artistas más valoradas de la clásica desde que con solo 13 años sorprendió al mundo dando su primer concierto con la Filarmónica de Berlín apadrinada por Herbert von Karajan. En 1982 lanzaba un disco con la prestigiosa formación, el primero de una amplia colección con el sello Deutsche Grammophon.

Desde hace unos años ella es quien ayuda a nuevos y extraordinarios intérpretes a darse a conocer. Y presta especial atención en la música compuesta por las mujeres de hoy. Acaba de grabar 'Likoo', de la compositora iraní Aftab Darvishi (Teherán, 1987). "Espero que salga pronto. Sigo con el objetivo de grabar todas las obras que se han escrito para mí, tengo una docena y quiero grabarlas en un disco. Una de ellas es el cuarteto para cuerda nº6 'Estudio sobre Beethoven' de Jörg Widmann", comenta con este diario recordando la pieza que estrenó con Pablo Ferrández, Ye-Eun Choi (violón) y Vladimir Babeshko (viola). "Pablo es un grandísimo violonchelista", resalta encantada de volver con él al Palau de la Música Catalana. Su concierto se enmarca en una gira por Europa que se detuvo en Zúrich el pasado jueves, donde realizó esta entrevista con EL PERIÓDICO vía telefónica.

Necesidad de música

Las salas donde actúan están llenas. Mutter nota un renovado interés por la clásica. "Aunque vivimos en un mundo complejo, y pese a la crisis financiera, la gente tiene necesidad de reunirse y escuchar una música que le transporte a otra dimensión. Es algo que yo también necesito". Lleva años en el sector pero sigue sintiendo cada concierto como algo único. "La música remueve emociones por eso es tan poderosa. Basta ver la fuerza que tiene 'Las siete puertas de Israel', de Kristoff Penderecki", dice citando la poderosa obra sinfónico-coral de 1997 para celebrar el tercer milenio de la ciudad de Jerusalén.

"Más allá de la igualdad me preocupa el aumento de feminicidios en el mundo"

Mutter tiene muchos proyectos por delante, especialmente con su Fundación. "Dar voz a las mujeres compositoras es uno de mis objetivos", destaca la artista. Ya ha encargado otra obra a Golfam Khayam, otra compositora iraní compatriota de Darvishi quien, a diferencia de esta, permanece en su país de origen. "Más allá de la igualdad, me preocupa el aumento de feminicidios en el mundo. Muchas mujeres están en peligro", apunta. Es su manera de contribuir a un mundo mejor, de implicarse en causas sociales a través de aquello que mejor sabe hacer. "La música, como el arte, te lleva a explorar y experimentar. Te permite no solo salir de tu zona de confort, también para protestar y posicionarte. Es importante mantenerse firme y defender aquello en lo que crees. Basta ver lo que hicieron Prokofiev y Shostakovich en la URSS y cómo desafiaron a su manera al régimen. O Gubaidulina, compositora a la que durante muchos años no permitieron salir del país. Ella también se mantuvo fiel a sus ideas".

La humanidad ha atravesado por periodos de guerra y de paz pero desde el origen de los tiempos la música ha acompañado a nuestra especie. "La música refleja los sueños, los miedos y los derechos de todos nosotros. Podemos ser diferentes como personas pero los seres humanos tenemos mucho en común y somos más parecidos de lo que algunos piensan o nos quieren hacer creer".

¿Cómo ve a las nuevas generaciones, a los intérpretes que ahora están en la veintena y se están abriendo camino en la música? "No me gusta generalizar porque cada músico es único. No podemos comparar, igual que no se puede comparar un Picasso y un Matisse. Cada cual tiene su lugar en la historia de la música". La gran diferencia entre sus comienzos y los de quienes lo hacen hoy son las redes sociales y la proliferación de pantallas. "Los músicos ahora pueden ser más libres respecto a los grandes sellos discográficos. Ellos mismos pueden llegar a la gente a través de sus redes sociales y tener su propio canal. Lo único malo es que muchos jóvenes se vuelven esclavos del 'post' y eso les quita tiempo de contemplación y de estudio. Uno siempre ha de saber elegir entre lo innecesario y lo esencial. La música es mucho más que un mercado. La música significa amor y dedicación. Nadie debería hacerse músico por dinero. El arte no va de esto".

"La música significa amor y dedicación. Nadie debería hacerse músico por dinero. El arte no va de esto"

Le encanta venir a España, un país que en los años 80 y 90 construyó auditorios y potenció los estudios superiores con la creación de nuevos centros como el Reina Sofía en Madrid y la Esmuc en Catalunya, entre otros. Pero el panorama está cambiando a peor y le preocupa la escasez de miras de quienes planifican los currículums educativos. "Lo que echo en falta hoy es que cada vez es más difícil tener la posibilidad de estar inmerso en la música desde pequeño. ¡Y es una lástima porque la música forma parte de nuestra historia pero cada vez hay menos oportunidades para acercarse a ella!". Es algo que ocurre incluso en su propio país, Alemania. "Ahora sólo interesan asignaturas que se consideran útiles para la vida mientras otras como la Literatura, la Historia y la Música están menguando. Si nos olvidamos de su valor repetiremos los mismos errores de siempre". Recuerda una frase que se atribuye a Einstein para reforzar su defensa de las artes: "La imaginación es más importante que el conocimiento". Y Mutter añade: "El arte es fundamental".

"Cada vez es más difícil tener la posibilidad de estar inmerso en la música desde pequeño"

Considera que en un mundo tan interconectado a través de redes sociales y pantallas donde la IA gana terreno, el arte y la música tienen un potencial enorme porque remiten a nuestra esencia como seres humanos. Mutter ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Aunque al principio le costó, a sus 62 años dice disfrutar con la relación que mantiene con sus fans a través de las redes sociales. "Lo encuentro divertido porque me permite mostrar lo que pienso, lo que me parece divertido y hablar de música con una comunidad de gente a quien también le gusta". Y puntualiza: "Lo disfruto porque es algo que hago con total libertad, cuando yo quiero y sin que nadie me diga lo que he de hacer. Me permite mostrarme como ser humano pero siempre respetando mi espacio personal. Como mucho saco a mi perro".

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