Disco conceptual
Álvaro Soler canta a la esperanza en ‘El camino’: “El mundo necesitaría hacer un ‘reset’ y comenzar de nuevo"
El cantante y compositor de Sant Cugat reaparece con un álbum de pop con mensajes positivos y sonidos orgánicos, “no sacados de bases de datos en internet”

El cantante Álvaro Soler, retratado en el Casa Fuster de Barcelona. / Elisenda Pons / EPC

Con canciones como ‘El mismo sol’ (que en 2016 grabó a dúo con Jennifer López) y ‘La cintura’, Álvaro Soler se proyectó en el mercado europeo como una cara refrescante del pop latino, un perfil que él luego ha ido matizando hasta llegar a ‘El camino’, su cuarto álbum. Pop, sí, pero más abierto y con texturas más acústicas. “Hoy se utilizan muchos sonidos digitales sacados de bases de datos en internet, y yo creo en la fuerza y la magia de grabar instrumentos tocados por personas, de corazón”, explica este catalán de Sant Cugat, de padre alemán y que vivió su adolescencia en Tokio.
Después de lanzar, en los dos últimos años, canciones que tanteaban caminos diversos (‘Muero’ sonaba bastante disco-pop), atravesando una “una época de experimentación”, Soler percibió un punto de inflexión en el tema ‘Distancia’, con su ‘tempo’ inquieto, el roce de la guitarra y “una letra positiva, de esperanza”. Ahí está su esencia expresiva, subraya, porque su propósito es “dar alegría y transmitir que en la vida se puede superar cualquier percance”. Concibe el álbum como algo más que una sucesión de canciones. “Para escuchar de principio a fin, con sus interludios, no como si fuera una ‘playlist’”. El toque más sureño lo pone ‘Lo que pasó, pasó’, número flamenco-rumba que comparte con la sevillana Marta Santos. “Es una declaración de amor que responde a la pregunta de qué harías en una siguiente vida: conocerte a ti de nuevo”.

El cantante Álvaro Soler, retratado en el Casa Fuster de Barcelona. / Elisenda Pons / EPC
Un coro de Kenia
En algunas canciones hay sonidos ajenos al pop, procedentes de otras latitudes, como los de “un instrumento percusivo indonesio que es un árbol hueco, utilizado para dar la bienvenida o una alarma ante un ataque”, y otro chino “parecido al ‘shamisen’ japonés, que tocas con dos palitos, como una marimba”, y que se pueden percibir en ‘Distancia’ y ‘Buena vida’. En otra pieza, ‘Cero’, resuenan las voces del Namayana Women’s Choir, de Kenia, en lengua ‘rendille’, grabadas allí y dando empaque a un mensaje de fraternidad planetaria, como respuesta a las guerras que nos acompañan en los últimos tiempos. “El mundo necesitaría hacer un ‘reset’, pulsar un botón y comenzar de nuevo”.
En ‘Apágame’, Soler habla de pantallas y conectividad con un ánimo crítico. “Mucha gente joven sufre con las redes. Con mi mujer, cuando nos vamos a dormir dejamos el móvil en el baño y utilizamos una alarma analógica para despertarnos cada día. Lo recomiendo mucho”, explica. A su juicio, “a la gente de ahora cada vez le gusta más el mundo físico, formatos como el vinilo y poder tomarte tu tiempo para hacer las cosas”.
Un círculo de vida
Otro ingrediente del álbum es el ascendiente familiar: en la breve pieza introductoria se oye la voz de su abuelo, fallecido el año pasado, y cerrando el cancionero, en ‘Outro’ suena el latido del corazón de su hija recién nacida. “El disco refleja ese círculo de vida y por eso viene a ser un álbum de fotos, con recuerdos y sensaciones, y el mensaje de vivir el presente”. En ‘Jardín de los recuerdos’ hay un coro de familiares y amigos. “Unos veinte o veinticinco. Cantar con no profesionales le da una esencia muy natural, como cuando cantas como público en un concierto”.
Soler tiene público en Alemania (donde se lanzó) y en otros países europeos, que tal vez han visto en él a un estereotipo latino. “A veces me han dicho que, escuchándome, incluso en una balada, les dan ganas de tomarse un mojito, y les he respondido que no es eso, pero no puedes cambiar los clichés. Nosotros también los tenemos de los alemanes, con las ‘kartoffeln’ y la cerveza”, cuenta Álvaro Soler. Pero él rompe con otras ideas preconcebidas sobre los cantantes comerciales: es compositor y productor, y comenzó tocando teclados en un grupo con su hermano, en un segundo plano. “Era él quien cantaba y yo estaba más en la oscuridad. Quería ser el compositor del grupo, no necesariamente quien cantara las canciones. Era muy tímido”.
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