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Novedades editoriales

Memoria y desgarro desde la tumba del franquismo

El 50 aniversario de la muerte de Franco impulsa un 'boom' memorialístico que ahonda en la brutalidad de la dictadura

La ilustradora y militante antifranquista Roser Rius evoca en 'Memòria dibuixada' su paso por la prisión de Yeserías y Martí Domínguez recrea en 'Ingrata pàtria' las últimas horas de vida Joan Baptista Peset, médico y rector de la Universidad de València fusilado en 1941

El espectáculo 'Chistes contra Franco' en La Modelo celebra 50 años sin el dictador

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. / ROSER RIUS

David Morán

David Morán

Barcelona
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El 24 de mayo de 1941, una pareja de la Guardia Civil conduce a Joan Baptista Peset al paredón del cementerio de Paterna. A su lado, otros tres presos, "fruta madura", como ironiza uno de ellos, esperan el fatal desenlace. Impunidad, desmemoria y barbarie en un patíbulo con más de dos mil fusilamientos y asesinatos documentados entre 1939 y 1956. Peset, médico, diputado del Frente Popular y rector de la Universidad de València, podría haber esquivado el cadalso, pero a los colegas de orla que lo denunciaron no les bastó con la condena de 30 años y un día que le había caído encima. "Tres compañeros aportaron como prueba una conferencia en la que animaba a defender la república y, a pesar de haber sido juzgado y sentenciado, fue condenado de nuevo, esta vez a muerte", recuerda Martí Domínguez (Madrid, 1966), quien condensa en 'Ingrata pàtria' (Proa; 'Ingrata patria mía' en la edición en castellano publicada por Destino) las tres últimas horas de vida del científico valenciano. “Cayó en un silencio absoluto”, lamenta Domínguez. 

En el otro extremo del calendario, diciembre de 1975, Roser Rius Camps sale de la cárcel de Yeserías de Madrid con dos bolsas, "quatre xavos" y todo lo escrito y dibujado durante catorce meses de cautiverio. "10.200 horas de reclusión", matiza, que se habían transformado en infinidad de blocs de dibujos, "libretas de apuntes más vomitados que escritos" y, en fin, el espeluznante relato en primera persona de una mujer represaliada y torturada en los estertores del franquismo.

"En un momento determinado, cansada ya de tantos golpes, me salió del corazón: 'ya podréis tantos tíos contra una mujer'. Antonio González Pacheco, conocido como Billy el Niño, contestó chulesco: 'a esta me la trabajo yo', y se me llevó a otro despacho, me esposó arrodillada un radiador y me golpeó la planta de los pies el el alma de hierro de una porra de cuero rota, durante horas", escribe en las páginas de 'Memòria dibuixada. Presó de Yeserías (1974-1975)' (L’Avenç), descarnado testimonio que, igual que 'Ingrata pàtria', resume el 'boom' editorial que ha impulsado la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Franco. 

GRAFCAT2564. BARCELONA, 30/09/2025.- El escritor Martí Domínguez cierra con 'Ingrata patria mía' la trilogía dedicada al fascismo que inició con 'La sega', recreando ahora las tres últimas horas de vida del médico, profesor y rector de la Universidad de Valencia, Joan Baptista Peset, el único rector fusilado por el franquismo en la posguerra. EFE/Marta Pérez

El escritor Martí Domínguez cierra con 'Ingrata patria mía' la trilogía dedicada al fascismo que inició con 'La sega', recreando ahora las tres últimas horas de vida del médico, profesor y rector de la Universidad de Valencia, Joan Baptista Peset, el único rector fusilado por el franquismo en la posguerra / EFE

Un ajuste de cuentas con la dictadura que presta especial atención a las últimas ejecuciones del franquismo (de ahí surge el libro colectivo 'Terrorismo y represión. La violencia en el ocaso de la dictadura franquista' publicado por la editorial Tecnos) y recupera por partida doble la figura de Xosé Humberto Baena, militante del FRAP y último ejecutado por la dictadura. A él se acercan Roger Mateos en el ensayo 'El verano de los inocentes' (Anagrama) y Aroa Moreno Durán en la novela 'Mañana matarán a Daniel' (Random House), títulos que junto a los Martí Domínguez y Roser Rius componen una suerte de póker de memoria y desgarro desde la tumba del franquismo. 

Historia cíclica

"La historia es cíclica, va por oleadas, y ahora mismo hay mucho odio", alerta Domínguez, consciente de que la figura de Peset se presta a un inquietante diálogo con nuestro presente. "Lo que me interesa es cómo de repente un mandatario como el presidente de Estados Unidos ataca a Harvard y Berkeley, carga contra el libre pensamiento y la libertad de cátedra y niega el cambio climático", ilustra. En este sentido, el escritor y biólogo recuerda que a Peset, hoy restituido públicamente en avenidas y hospitales, se le ejecutó "no por lo que había hecho, sino por lo que podría hacer". "Representa al librepensador que inquietaba a la nueva España", asegura. Tanto es así que el médico valenciano fue "el único rector fusilado en posguerra". "No hay ningún caso parecido: durante la guerra se fusiló al rector de la Universidad de Granada y al de la Oviedo, que era hijo de 'Clarín', pero lo de Peset, un renovador que venía de una familia burguesa, fue un aviso a navegantes", apunta. 

En 'Ingrata pàtria', tercera entrega de una trilogía dedicada al fascismo que completan 'La sega' y 'L'esperit del temps', Domínguez ahonda en la brutalidad del régimen a partir del sumarísimo que se publicó por primera vez hace veinte años y muestra su perplejidad ante el hermetismo que, aún hoy, rodea a los crímenes del franquismo. "¿Cómo es posible que todavía tengamos tantos problemas los investigadores o que no se haya estudiado a quienes acompañaban a Peset", apunta en relación a unos compañeros de patíbulo entre los que se encontraba Antoni Agustí Gil, alcalde de Sagunt borrado del mapa y del Ayuntamiento. "Sorprende que 80 años después aún no hayamos sanado las heridas", lamenta.

Sin cava en la cárcel

De heridas y cicatrices anda sobrada la ilustradora Roser Rius (1947), militante antifranquista de la Liga Comunista Revolucionaria detenida en octubre de 1974 y encarcelada en Yeserías durante más de un año. "La tortura no era un hecho aislado, fuesen más o menos sádicos: detrás de cada torturador había un sistema que los preparaba y protegía", escribe Rius en un relato que, entre lavabos infectos, mantas raídas y celdas que parecían un paraíso tras la violencia de los interrogatorios, entrelaza escritos carcelarios con reflexiones retrospectivas. Unas memorias penitenciarias que avanzan en paralelo a la agonía del franquismo y la muerte del dictador. "En la cárcel no podíamos brindar con cava, como tanta gente que lo había estado anhelando, porque no teníamos, pero fue una explosión de felicidad por partida doble, celebrando su muerte y el posible indulto que el rey podía conceder”, recuerda. 

'Esposada al radiador', dibujo de Roser Rius de 1975

'Esposada al radiador', dibujo de Roser Rius de 1975 / ROSER RIUS

Biografía íntima construida también a partir de la correspondencia con su compañero, apresado en Carabanchel, 'Memòria dibuixada' reflexiona sobre el papel de las mujeres en el activismo, denuncia el machismo institucional y reúne decenas de dibujos realizados entre rejas en los que recrea interrogatorios, torturas y "estampas de la vida carcelaria". "El dibujo es mágico. Me pierdo dentro de un espacio ilimitado", celebra Rius, quien durante años se ha ganado la vida como ilustradora y escritora de literatura infantil.

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