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Primera vez en España

El faraón del sol ilumina el Liceu en 'Akhnaten', la ópera sobre el Antiguo Egipto de Philip Glass

El contratenor Anthony Roth Costanzo, que ha triunfado con el rol del faraón revolucionario del título, y la mezzo Rihab Chaieb como Nefertiti protagonizan este viaje al Antiguo Egipto con Karen Kamensek a la batuta y sorprendente puesta en escena de Phelim McDermott

Marta Cervera

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Barcelona
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Todo listo en el Liceu para uno de los estrenos importantes de la temporada: 'Akhnaten', una hipnótica ópera de Philip Glass que sube a escena por primera vez en España. Es la última creación que el compositor norteamericano realizó dentro de la trilogía sobre figuras revolucionarias que empezó con 'Einstein on the beach' (1976), sobre la noción espacio-tiempo, y 'Satyagraha' (1980), inspirada en Gandhi, representante de la política de la no violencia. 'Akhnaten' habla de un faraón revolucionario, el primer líder monoteísta.

Lo interpreta el contratenor Anthony Roth Costanzo, que vuelve a ponerse en la piel de su aclamado personaje, que ya cantó en la Ópera Nacional Inglesa de Londres, la Ópera de Los Ángeles y el Met de Nueva York, con cuya orquesta grabó el álbum que consiguió el Grammy al Mejor Disco de Ópera en 2022. Su directora musical, Karen Kamensek, especialista en Glass, también estará en el foso capitaneando la orquesta y el coro del Liceu, así como al resto del elenco.

Destaca el imponente bajo-barítono Zachary James, que también participó en el premiado disco. El rol de Nefertiti, esposa del faraón, lo interpretará la mezzosoprano Rihab Chaieb, mientras que el de la reina Tye lo encarnará la soprano Katerina Tretyakova. “La música de Philip es todo menos simple”, ha destacado la directora. “Está influenciada por la música clásica india y los ritmos de los ragas. Más que minimalista, su música es aditiva porque va añadiendo elementos de forma sutil”. Es una pieza exigente para los músicos. Lo más difícil es “transmitir la pureza de su sonido; requiere un gran compromiso por parte de todo el mundo y aguantar hasta el final”.

Estrenada en 1984, 'Akhnaten' se centra en una figura revolucionaria del Antiguo Egipto: Akenatón, padre de Tutankamón. Fue el primer líder que proclamó la existencia de un solo dios, Atón, una de las numerosas formas de Ra, el dios Sol, y se convirtió en su intermediario. Su revolución influyó en otros aspectos de la sociedad y el arte, pero no duró más allá de su reinado. La ópera muestra la construcción de la ciudad de Atón, la vida de Akenatón en la nueva capital, la rebelión de los sacerdotes y cómo desapareció su legado hasta llegar al siglo XX, cuando se redescubrió la potencia de su mensaje.

La fluidez de género de Akenatón y los juegos malabares de la compañía Gandini, que han enseñado a todos los intérpretes sus trucos, aportan una dimensión visual única. “Los malabares crean una metáfora visual de la caleidoscópica música y generan una tensión que atraviesa la obra”, comenta Phelim McDermott, el director de escena, que crea potentes imágenes con momias, símbolos, jeroglíficos y ritos.

La presentación en el Liceu de 'Akhenaten', una hipnótica ópera de Philip Glass que sube a escena por primera vez en España.

La presentación en el Liceu de 'Akhenaten', una hipnótica ópera de Philip Glass que sube a escena por primera vez en España. / EPC

Cuenta con una escenografía de Tom Pye, con tres niveles, y un espectacular vestuario de Kevin Pollard que integra elementos del Antiguo Egipto y de la época victoriana. “Esta producción busca provocar emociones y entrar en otra percepción del tiempo.” Pasado, presente y futuro se unen en este montaje que transmite una idea de eternidad. La música combina repeticiones y polirritmos, creando una atmósfera inmersiva e hipnótica en una partitura sin violines, que interpretarán casi 50 músicos, algunos de los cuales se alternarán para poder soportar el ritmo. La sección de cuerda se compone de violas, violonchelos y contrabajos.

Durante tres lustros, Akenatón cambió la historia del Antiguo Egipto, no solo por acabar con el politeísmo, sino por poner a su esposa Nefertiti a su mismo nivel. Representado en esculturas y jeroglíficos con rasgos femeninos, este faraón era un ser mitad hombre, mitad mujer. La nítida voz aguda del contratenor Anthony Roth Costanzo le va como anillo al dedo. “A veces mi voz y la de Anthony se parecen tanto que cuesta diferenciarlas. Hay una unificación”, dice Chaieb, su esposa en la obra.


Aria en catalán

El texto fue creado con fuentes de la época e incluye partes tomadas de un poema del propio Akenatón, del Libro de los Muertos y de decretos y cartas del período de Amarna. Glass, autor también del libreto, utiliza lenguas antiguas que no permite traducir, y se intercala un narrador en inglés. Se indica que el aria de Akhnaten del segundo acto ha de interpretarse en la lengua del lugar donde se monta la ópera. En el Liceu, el Himno al Sol se cantará en catalán.

En él se resume el pensamiento de Akhnaten: “Es como una plegaria interior que intentaré cantar lo mejor posible en catalán. Me esforzaré con la fonética de sus vocales”, ha señalado el cantante. Akhnaten dirige una oración al Sol después de consagrar la Ciudad del Horizonte a su dios. El fragmento, inspirado en una inscripción encontrada en las ruinas de Al-Amārna, se atribuye a menudo al mismo faraón y constituye el gran momento del protagonista. “Me gustaría que el público saliera de la sala preguntándose, como yo: ¿fue Akenatón bueno o malo? ¿Fue un visionario que intentó mejorar la sociedad o un líder de culto que solo la destruyó?”, apunta el contratenor.

Su rol es exigente y no solo en lo vocal. Antes de cada producción debe depilarse, como hacían los egipcios, símbolo de limpieza y estatus. “Hay escenas en las que salgo desnudo y no sería creíble un faraón peludo.” Lo de afeitarse la cabeza, algo que también había hecho anteriormente, no lo tiene previsto.

Hasta ahora, de la trilogía de Glass, en el Liceu solo se ha visto 'Einstein on the beach' en la temporada 1992, con puesta en escena de Robert Wilson y coreografías de Lucinda Childs, que fue todo un shock para el público liceísta.

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