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Clásico del pop británico

Muere Rick Davies, cofundador de Supertramp

El teclista y cantante, autor de hitos del grupo como ‘Crime of the century’ o ‘Goodbye stranger’ fallece a los 81 años de un mieloma múltiple que se le diagnosticó hace una década

Una imagen promocional de Supertramp, con Rick Davies en primer plano.

Una imagen promocional de Supertramp, con Rick Davies en primer plano. / Shutterstock

Jordi Bianciotto

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Barcelona
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Estableció, con Roger Hodgson, la marca sónica de uno de los grupos más populares del rock de los años 70 y 80, Supertramp, caracterizada por su balance entre tonadas melódicas y desarrollos instrumentales con sello progresivo. Muchas de las canciones más populares de la banda las compuso Hodgson, pero eran de Rick Davies piezas distintivas como ‘Crime of the century’, ‘School’, ‘Goodbye stranger’ y ‘My kind of lady’. Un legado que queda definitivamente cerrado tras la muerte de Davies, de un mieloma múltiple, en su casa de Long Island, este viernes, hecha pública este lunes a través de un comunicado.

Hablamos de un cantante, teclista y armonicista (nacido en Swindon, Reino Unido, el 22 de julio de 1944) que se abrió paso en la música a través de diversas bandas en los años 60, una de ellas, Rick’s Blues, cuyo batería fue durante un tiempo el futuro cantautor Gilbert O’Sullivan. Ayudado luego por un mecenas, el holandés Stanley ‘Sam’ August Miesegaes, dio forma en 1969 al grupo Daddy, donde se integró Hodgson, y que en enero de 1970 se rebautizó como Supertramp, bajo el influjo de la figura del trotamundos, reflejada en el libro ‘The autobiography of a super-tramp’, publicado en 1908 por W. H. Davies.

Clase trabajadora y voz gruesa

Mientras que Hodgson venía de la escuela privada y tenía un don por la tonada pop, Davies era de familia trabajadora y se decantaba por el jazz y el blues. La voz de Hodgson era aguda, propicia para el falsete, y la de Davies, grave y gruesa. De esa confluencia de bagajes y sellos dispares salió la música aventurada que se abrió paso en el primer álbum de Supertramp (1970) y que alcanzó la notoriedad a partir del tercero, ‘Crime of the century’ (1974). Aunque gran parte del catálogo de Supertramp se firmó a medias, Hodgson-Davies, el proceso de composición era más bien individual, y era habitual que cada uno asumiera la voz solista de sus creaciones. Los álbumes ‘Crisis? What crisis?’ (1975), ‘Even in the quietest moments…’ (1977) y ‘Breakfast in America’ (1979) consolidaron al grupo entre los grandes del circuito rock. La esposa de Davies, Sue, responsable del ‘merchandising’, se convirtió en mánager y en ese tiempo Hodgson incubó su propósito de dejar el grupo y establecerse en solitario, materializado tras ‘…Famous last words…’ (1982).

Davies pasó a liderar Supertramp en solitario, desde su teclado Wurlitzer, a partir de 1985, cuando ‘Brother where you bound’ representó el inicio de una nueva era de Supertramp, con mayor peso de las instrumentaciones progresivas y el influjo jazz-blues, aun con algunas canciones de éxito, en particular ‘Cannonball’. Hubo otros tres álbumes y sus respectivas giras, más la antológica (40º aniversario) de 2010. El inicial acuerdo con Hodgson de que, en sus giras respectivas, cada uno interpretaría solo canciones de su autoría se fue diluyendo con los años, y este Supertramp de Davis acabó integrando en sus repertorios piezas de su excompañero como ‘The logical song’, ‘Dreamer’ o ’It’s raining again’.

Desencuentros con Hodgson

El grupo planeó una gira en 2015, ‘Supertramp forever’, que tuvo que suspenderse cuando a Rick Davies se le diagnosticó el mieloma. La última actuación resultó ser en Madrid, en 2012, un bolo privado en IFEMA como cierre de la convención ‘Sapphire now’. Las peticiones de reunión Davies-Hodgson por parte de nuevas generaciones de fans nunca llegaron a ser atendidas, aunque hubo intentos de acercamiento. Sí se pusieron de acuerdo cuando, en 2018, tres miembros de la banda, John Helliwell, Bob Siebenberg y Dougie Thomson, les demandaron por cuestiones de ‘royalties’.

En los últimos años, Davies mantenía una ocasional actividad musical en el circuito de clubs con Ricky and the Rockets, “porque cuando eres músico, eso va siempre contigo”, cuenta a este diario Gay Mercader, promotor de todas las giras de Supertramp en España, de 1977 a 2010, incluyendo logros como las tres noches en el barcelonés Palau d’Esports, en 1979. “Algo nunca visto”. Antes de las desavenencias que los distanciaron, ellos eran “un grupo de buen rollo”, y Davies era “una persona de carácter llano, con sentido del humor cáustico y muy buen paladar”, a quien llevó una vez al Celler de Can Roca. Un detalle no menor: “Supertramp es el único artista, con Sting, que me ha devuelto dinero cuando una gira no ha ido bien, en ese caso por inclemencias meteorológicas”.

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