'Leer 'Lolita' en Teherán': ¿Tiene la literatura el poder de proteger la humanidad en medio de la barbarie?

¿Tiene la literatura el poder de proteger la humanidad en medio de la barbarie? Es la pregunta más evidente de cuantas se hace la nueva película de Eran Riklis, cineasta cuya filmografía se vertebra a través de ficciones -’La novia siria’, ‘Los limoneros’, ‘Shelter’ y esta misma- que cuentan historias de resistencia de mujeres de Oriente Próximo.

A la manera del libro autobiográfico homónimo de Azar Nafisi, Ricklis trata a la vez de recrear las experiencias personales de la autora desde principios de los 80 y durante medio siglo, de repasar un periodo de la historia iraní marcado por un fanatismo religioso dogmático y violento y un declive progresivo de las libertades y los derechos fundamentales -especialmente para la población femenina-, de retratar a siete mujeres que encuentran en un club de lectura tanto un espacio de debate y reconocimiento mutuo como un escudo y un escape, y de conectar todo eso con un puñado de joyas de la literatura universal. El objetivo resulta ser demasiado ambicioso, puesto que el director se centra en verbalizar y subrayar los asuntos de cabecera de la película en lugar de dotarla de niveles de hondura psicológica a la hora de retratar a un pueblo traicionado y torturado parejos a los que al parecer contribuyeron a convertir el libro en un clásico moderno. Su gran baza, dados el autoritarismo que sigue imperando en Irán y el auge del antifeminismo en todo el mundo, es su relevancia política.

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