Festival Perelada

Poéticas reflexiones sobre la deshumanización

El certamen ampurdanés acogió con éxito el estreno absoluto de ‘Genius Loci’, un recital dramatizado del contratenor Xavier Sabata con guion y dirección de Rafael R. Villalobos

Espectáculo 'Genius Loci' de anoche en el Festival Perelada.

Espectáculo 'Genius Loci' de anoche en el Festival Perelada. / Miquel González

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Tras la inauguración, el jueves pasado, con el debut en el Festival Perelada de la mezzosoprano Joyce DiDonato, el certamen continuó el viernes con un poético paso a dos dancístico al aire libre a cargo de Lorena Nogal y el sábado con el estreno absoluto de un espectáculo concebido por el director de escena sevillano Rafael R. VillalobosGenius Loci’, en un mano a mano con el contratenor catalán Xavier Sabata. El título alude a los espíritus que, según los romanos, cuidaban y protegían un bosque, un río, un mar, un jardín. El montaje se inspiraba en el libro ‘El jardín perdido’ de Jorn de Précy, un texto y un autor inmersos en un aura de misterio. El nombre del escritor en realidad es un pseudónimo del paisajista italiano Marco Martella, que también ha publicado con el heterónimo de Teodor Ceric. El caso es que tanto la rareza del libro como lo desconocido del autor le daban su puntito a un espectáculo en el que Villalobos firma el concepto, el guion, la dirección de escena, la iluminación y el vestuario, contando con la complicidad del artista plástico Cachito Vallés en la propuesta escenográfica. Sabata ponía la actuación, declamaba el texto e interpretaba canciones y arias de grandes compositores ingleses, con la base sonora del archilaúd de Jonas Nordberg, que también actuaba, y de la viola da gamba y la electrónica de Liam Byrne, a lo que se unía música, canto y textos pregrabados que funcionaban con fines dramáticos.

El espacio escénico estaba cargado de poesía; unos árboles famélicos, electrificados, con sus destellos y patrones visuales, junto a la viola da gamba y a la electrónica marcaban un arranque no apto para sensibles dando paso a la poesía y a la música en un recital dramatizado que conllevaba una crítica a la pérdida de identidad e individualidad, al consumismo y a la manera de vivir de la moderna sociedad occidental –“todas las ciudades, mañana, serán lo mismo”– y que utilizaba el concepto de jardín como un refugio de salvación, como “una declaración de guerra contra el progreso” o directamente como “una forma de rebelión” en un proceso “lento y suave”.

Espectáculo 'Genius Loci' de anoche en el Festival Perelada1 copia

Espectáculo 'Genius Loci' de anoche en el Festival Perelada1 copia / Miquel González

A través de citas a la naturaleza y a “sus pequeños misterios”, el texto se paseaba por diversas instancias que mostraban al jardín como un lugar seguro, pero que también representa “una lucha entre el hombre y la naturaleza; y la naturaleza siempre gana”, mirando a la muerte (“¿Qué tipo de planta abonará mi cuerpo?”), incluso a la forma contemporánea de hacer política y a la devastación de la guerra, cuando el desierto fulmina la poesía y la libertad porque el jardín es también “el lugar más frágil de la tierra”.

Para Xavier Sabata este espectáculo significaba todo un ‘tour de force’ como actor, como cantante, como interprete: debía medir sus fuerzas para que los movimientos, el texto declamado o las posiciones que debía adoptar le dejaran el aliento intacto para que sus canciones se escucharan con todas las sutilezas que exigían. Y lo consiguió con sabiduría y concentración, controlando siempre la emisión, los ornamentos y la línea de canto, creando momentos mágicos con Purcell, Dowland, Britten, hasta concluir cuando su jardinero le abandona en el desierto, cual reina Dido añorando a su héroe Eneas.

Una noche de emociones que acabó invitando al público a perderse por los jardines del Castillo de Peralada.

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